El estimulo es mi motor

Que yo recuerde, tendría como 5 años y me estaban enseñando a nadar, pero no sabia sumergirme, cuando la persona que me enseñaba tiró unas canicas al agua y me dijo: “Si te sumerges y las tomas, son tuyas”. Ese mismo día tuve canicas nuevas.

El estímulo es lo que hace que las personas superen sus propias metas y límites, él estímulo a ganar, al reconocimiento, al aplauso a ser el mejor, etc.

Si tenemos en cuenta que la tecnificación, lleva al ser humano a la monotonía, imagínense los cambios que podemos obtener de las personas que nos rodean, si supiéramos emplear correctamente la técnica del estímulo.

Todo extremo es malo; por eso tenemos que saber manejar la relación laboral con un criterio salomónico. El estímulo, es bueno en cuanto a la superación de las personas; es malo en cuanto a crearles necesidades superfluas. Es bueno en cuanto alcanzan objetivos, es malo en cuanto no se les cumple.

Uno mismo debe saber estimularse poniéndose objetivos a corto, mediano y largo plazo y, periódicamente, irlos evaluando, para determinar los cambios en caso que hubiese necesidad y proceder con las correcciones.

Respecto al personal, es muy importante, manejar él estimulo continuamente; pero siempre con metas y objetivos alcanzables; cumpliendo siempre lo prometido, porque caso contrario, puede ser sumamente negativo, perjudicando a la empresa y nuestra imagen, ya que desarrollaríamos en el personal rasgos de comportamiento negativos hacia la Empresa, su sistema y jefatura.

Nunca debemos olvidar que es más fácil crear que cambiar.