El Líder debe Simbolizar el Cambio

«Una Nación de borregos, engendra un Gobierno de lobos»
B. De Jouvenal

Con tantos cambios que están ocurriendo en este mundo globalizado y de una alta competitividad, se ha venido construyendo un gran debate acerca del rol que deberían jugar los líderes en la organización del siglo XXI. Los expertos en desarrollo organizacional y en arquitectura de las organizaciones, que hablan de la filosofía de calidad total, de «outsourcing», «empowerment» y de otras modalidades gerenciales se refieren al líder como el motor del proceso de cambio; el cual está comprometido totalmente con la sobre vivencia y permanencia de las corporaciones; se debe constituir en la figura máxima en donde se apoyarán los esfuerzos de la calidad de los procesos y algunos de ellos inclusive se refieren al carisma del líder y a sus competencias individuales. Sin embargo la proyección prospectiva asegura que en las organizaciones del futuro un líder exitoso dependerá mucho más de una estructura inteligente y de procesos de grandes dimensiones, que de su carisma y personalidad.

De acuerdo con L. Valdés (1996), la base de una organización inteligente está basada en un diseño que; a) estimule y rete el desarrollo mental de cada uno de los miembros de la organización; b) provoque la continua generación de conocimientos y c) asegure que cada nueva experiencia sea incorporada y compartida con toda la organización.

Como se ha afirmado en espacios anteriores, las estructuras centralizadas-descentralizadas y las organizaciones estructuradas en red se están convirtiendo en verdaderas organizaciones de alta competitividad, por cuanto han desarrollado una capacidad de respuesta frente a los dos retos más complejos del mercado mundial: ¡FLEXIBILIDAD Y RAPIDEZ!. Bajo esta exigente y nueva realidad organizacional se reafirma el papel del líder para el éxito de las corporaciones mundiales. Descentralizar la adopción de decisiones; delegar parte del poder sin evitar la responsabilidad, y compartir información y conocimientos, compromete al líder a desarrollar nuevas y mejores competencias que, aunadas a las convencionales, crearán seguidores más inteligentes y capaces de administrarse y generarse cambios por si mismos. Con esos nuevos escenarios empresariales mundiales el líder buscará gran parte de su éxito en una arquitectura organizacional inteligente, sus competencias volverán a ser determinantes para orientar y repotenciar el aprendizaje empresarial y por supuesto ayudar a sus corporaciones a encontrar el rumbo, cuando éstas pierdan la brújula.

Uno de los grandes retos del líder para garantizar el éxito del cambio, es formar a los seguidores que saben lo que tienen que hacer sin que nadie se lo diga: es decir la gente que actúa con inteligencia, independencia, valentía y un fuerte sentido de ética. Deben establecer las diferencias que distinguen a los seguidores ejemplares de aquellos que perpetúan los estereotipos negativos. En las organizaciones del futuro el valor de los seguidores será inmenso en todas las organizaciones con categoría mundial. Uno de los grandes cambios que ha venido ocurriendo recientemente en el mundo organizacional es la importancia al estudio de los seguidores. En el modelo convencional la atención se centraba exclusivamente en el líder. El supuesto más extendido era que los seguidores no tenían nada importante que decir sobre sí mismos. El estilo de los seguidores se ha convertido en un elemento de suma importancia en el mundo organizacional actual y del futuro. El impacto de la sabiduría de los seguidores ha afectado el estilo del liderazgo de la nueva era. Los tratadistas de esta materia se han venido convenciendo de que la sombra más importante es el papel del seguidor. Éstos determinan no sólo si alguien será aceptado como líder sino también su futura eficacia. Los seguidores eficaces juegan un papel crucial en el éxito de un líder o de una organización.

-«Sin sus ejércitos, después de todo, Napoleón no hubiera sido más que un hombre de grandes ambiciones» (R. Kelley, 1998).

De acuerdo con el respetado y acreditado estudioso del liderazgo W. Venís, afirma que el líder exitoso debe desarrollar las siguientes competencias: a) innovador; b) original; c) desarrollador; d) se centra en las personas; e) inspira confianza; f) tiene una perspectiva a largo plazo; g) pregunta «qué» y «por qué»; h) no pierde de vista el horizonte; i) origina; j) cuestiona el statu quo; j) es dueño de sus actos y k) hace lo que tiene que hacer. Lamentablemente después de 2.500 años de investigación, 10.000 estudios sobre el liderazgo publicados e innumerables best sellers, todavía no se sabe a ciencia cierta cómo producir líderes exitosos. Sin lugar a dudas ningún modelo de liderazgo ha sido capaz de predecir fiablemente que personas serán líderes eficaces. Ninguna universidad donde se estudie liderazgo y gerencia ha dado con un sistema infalible para crearlos. El único consejo que dan los «mitos» es «ser como ellos».

Pasa el tiempo, se hace historia, la humanidad avanza, las instituciones evolucionan, pero una vez más el éxito o el fracaso dependerán de la calidad de liderazgo ejercido por los hombres que encuentren una mejor manera de hacer las cosas y EN SU CAPACIDAD DE FORMAR SEGUIDORES EFICIENTES, los cuales le garantizará un proceso de cambio exitoso.