El líder y el gerente

Se tiende a confundir las tareas del gerente con las del líder. Fundamentalmente las tareas del gerente son la planificación, la coordinación y la dirección. El líder establece la visión de la organización y la estrategia a seguir para llevar a cabo esa visión. En la práctica muchos piensan que los gerentes pueden liderar los cambios, lo que conlleva a que las organizaciones no sean capaces de plantear, procesar y mantener dichos cambios. Para ejercer cada una de estas funciones adecuadamente se requieren aptitudes y habilidades diferentes; ninguna de las dos es más importante que la otra; ambas son vitales para el éxito sostenido de las organizaciones.

John P. Kotter en su libro titulado Leading Change (Liderando el Cambio), señala de forma clara cuales son las tareas que deben realizarse en estas funciones.

Los gerentes:
Planificación de proyectos y creación de presupuestos, con cronogramas precisos, esquemas bien calculados de asignación de recursos y descripción de tareas.
Resolver los problemas organizando y planificando.
Se concentran en producir los resultados que esperan los inversores.
Se sienten seguros cuando existe una estructura en la que el equipo tiene responsabilidades específicas y existen políticas y procedimientos adecuados.

Los líderes:
Desarrollan una fascinante visión sobre el futuro, luego establecen las estrategias necesarias para hacerla realidad.
Comunican su visión a todas aquellas personas que serán necesarias para llevarla a cabo.

Propician la creación de equipos que ayuden a ser realidad la visión.
Motivan e inspiran a las personas involucradas, para que logren sortear los obstáculos.
Se concentran en fomentar el cambio.
La importancia de ambas funciones es ineludible y su existencia dentro de las organizaciones es garantía de éxito, pero cuando los roles se invierten las consecuencias son fatales.

Sin verdaderos líderes las organizaciones se estancan. Los cambios duraderos y significativos sólo tienen lugar cuando son propiciados por líderes.
La gerencia debe garantizar que los cambios se realicen sin traumas, planificando, organizando, buscando los recursos adecuados y necesarios para aplicarlos oportunamente y desarrollando las políticas y normas que hagan posible la formación de los equipos integrados a los objetivos.