(*) Jesús Santana Mayorquín – Antes, durante y después de Cristo, quien facilita el aprendizaje ha sido calificado como un Maestro, maestro que -a diferencia de una persona común y corriente- desarrolla técnicas, métodos y teorías empíricas o científicas, para hacer más eficiente su aplicación en el aula, creando con ello una gerencia efectiva y eficiente hasta donde alcance su capacidad gerencial, en múltiples ocasiones desconociendo que lo que ejecuta como rol no es más que gerenciar el aula, por lo tanto, valdría la pena preguntarse en comparación con la profesión de ingeniería industrial: ¿cómo desarrollar un producto de calidad sin contar con la materia prima?
Lo aplicado al ámbito educativo serìa: ¿cómo desarrollar calidad humana y profesional sin contar con la dotación pedagógica necesaria? Necesario es recordar, que un ingeniero debe tener las ideas de lo que la gerencia quiere colocar en el mercado como producto, para de esta manera sustentarla en planos, maquetas u otros elementos, hacer el cálculo respectivo de materiales y equipos necesarios para su fabricación; debe dotar de la materia prima o insumos necesario para que el proceso no se detenga en ningún momento, garantizar un ambiente de trabajo agradable, además de brindar condiciones económicas satisfactorias del personal, y así asegurar que se alcancen los objetivos trazados al inicio.
Pasos similares deben cumplirse en el Sistema Educativo Venezolano: se crea y se dan a conocer las políticas educativas nacionales en forma de proyecto, se debe preparar el personal para su debida aplicación, el Estado dotar del material didáctico teórico-práctico en cada institución educativa, aplicar técnicas de medición y control de calidad a través de instrumentos de supervisión, y elaborar los planes de ubicación en el campo laboral o la consecución de estudios superiores, y garantizar condiciones económicas de incentivos para el maestro, ofreciendo planes de superación continua y recreación familiar.
En un informe emitido por el Banco Mundial (1998), se destaca lo siguiente: «los estudiantes venezolanos reciben una enseñanza que no está de acuerdo con la realidad moderna; la situación se agrava por la utilización de equipos anticuados y docentes que no están debidamente capacitados».
Por tanto, de aplicarse este proceso de manera eficiente, se alcanzaría un nivel educativo de la sociedad venezolana nunca visto, garantizando un amplio desarrollo cultural, económico y social con alto nivel de proyección mundial; lamentablemente esto solo ocurre de manera ideal, porque la realidad está de manifiesto, situación que nos induce a reflexionar lo siguiente: ¿acaso los planificadores y gerentes de las políticas educativas del país no pasaron por un aula de clase?, ¿pensaràn que la preparación y formación de un ciudadano capacitado para el bien se forja como el acero en la industria siderúrgica, o en una línea de proceso industrial?
Valdría la pena ver hacia abajo después de escalar bien alto, para ver lo que hubo que pasar, y divisar la escuelita que se dejó atrás, e imaginarnos aquel maestro que mal o bien supo gerenciar con dificultades, necesidades y malas condiciones nuestro aprendizaje, y que hoy por hoy continua desarrollando ideas y gerenciando el aula a expensas de un ambiente de trabajo digno para seguir produciendo mano de obra calificada y ciudadanos de bien.
(*) Profesor egresado de la UPEL en el año 2008, profesor de la E.T.I.R «SAN FERNANDO» de la UPEL-MACARO, cursando estudios de Maestria en Gerencia Educacional.
Fuente: http://www.articulosya.com/article/8250/el-maestro-gerenciando-en-contra-de-la-realidad-caotica.aspx