El no querer ser

Es inminente la búsqueda y puesta en marcha de políticas de seguridad, ya que es evidente la negligencia que, hasta ahora, han mostrado los designados por el Gobierno Central, para dictar lineamientos en materia de seguridad.

Si bien es cierto, que estos cambios no son evidentes de un día para otro; también es cierto que, en los últimos 10 años, las condiciones han empeorado en muchos aspectos y la seguridad no escapa de esto.

El Gobierno Nacional, se jacta diciendo que la economía nacional tiene 15 trimestres consecutivos de crecimiento, que la recaudación fiscal cada vez cumple sus metas de recaudación más rápido, que los ingresos petroleros son cada día mayores con la alta banda de precios que se maneja hoy día; pero ¿de qué nos sirve todo esto?

Y esa es la pregunta más difícil de responder para estos días, y es que si analizamos en frío, concluimos con que las vías de comunicación cada vez están peores, las redes hospitalarias carecen de insumos e infraestructura, el sistema educativo cada vez se ve más deteriorado, el poder adquisitivo es menor con el pasar de los días, el empresariado tiene más trabas para operar en el país, y la población cada día confía menos en los organismos veedores de seguridad y encargados de administrar justicia.

La desconfianza colectiva es lo que impera y se percibe en la calle, y el no creer en nada ni en nadie, es lo que nos está conduciendo a la difícil situación que atravesamos.

Aunque parezca mentira, al venezolano lo que más le preocupa no es el alimento, sino la inseguridad que vive, según un estudio expuesto por el investigador Oscar Schmel.

Las cifras son muy alarmantes. En un articulo escrito por el doctor Carlos Mora Vanegas se expresa que: “Durante los últimos años, el tema de la inseguridad ha sido relegado por el Ejecutivo. Las cifras de delitos se incrementaron vertiginosamente. Por ejemplo, en 2006 se cometieron 2 mil 295 homicidios más que el año anterior; en el año 2007 se incremento de casi un 15% y este año, la proyección no es alentadora.

Castro Ocando, sobre este tema reporta, que el número de homicidios, registrados entre 1998 y 2004 en Venezuela, totalizó 90,027, una cifra que casi triplica el número de muertos en la Guerra de Afganistán, (2001-2006), y supera ampliamente las bajas producidas en conflictos como la Guerra de Chechenia, (1991-1994), y la Guerra del Golfo Pérsico, (1990-1992), indicó un estudio realizado por la Alcaldía de Chacao, en Caracas, presentado esta semana en el Foro Hemisférico de Alcaldes de América Latina. Según las estadísticas, la violencia venezolana también superó el número de muertos que se han producido en el conflicto armado de Colombia, entre 1985 y el 2006, que totaliza hasta ahora 73.300 decesos contabilizados”.

El profesor Mora, también agrega que: “Las cifras confirman lo que el año pasado ya había señalado en un reporte especial de la UNESCO: que Venezuela ocupa el primer lugar en el mundo en muertes causadas por armas de fuego, (22.15 por cada 100.000 personas)”.
El número de armas, de las que se tiene registro en Venezuela, es algo irrisorio; sin duda que las autoridades no saben còmo hacer para desarmar a toda la población que porta armas de fuego y que no tiene la documentación necesaria.

Las leyes y normativas existen, pero de que sirven, si no se hacen cumplir; la situación es más grave de lo que parece y, si bien es cierto, que el Gobierno ha sido negligente e incapaz de resolver los problemas de seguridad que atraviesa el país; también es cierto, que la ciudadanía tiene mucha culpa; como ciudadanos debemos colaborar con el bien común y no dejar pasar las cosas, porque no nos afectan directamente, lo que de manera fresca y tranquila dejamos pasar hoy día, porque no es con nosotros, pero mañana puede que sea un problema que acabe con nuestras vidas.

Lo más importante del gran problema de inseguridad que arropa a toda la población venezolana, aparte de conseguirle una solución definitiva y segura por más lenta que sea, es que como integrantes de una sociedad noble y colaboradora entendamos, que se debe tener conciencia colectiva y no individualista, y que las irregularidades no las podemos dejar pasar por muy tontas que parezcan. A quien infringe la ley, en mayor o menor grado, hay que castigarlo sin contemplaciones ni amiguismos.

No son pocas las personas preocupadas por la situación que atraviesa la nación, y algunos de ellos ya están tomando cartas en el asunto, para plantear posibles soluciones a las comunidades, es el caso de personas como Enrique Rubio, quien esta impulsando Proyecto Municipal, (Propuesta para el Municipio Libertador de Caracas, que tiene por objeto recoger las propuestas de la comunidad para dar soluciones a las problemáticas que los afecta), junto a otras organizaciones no gubernamentales.

El pasado 19 de enero de 2008 se llevó a cabo, el “I Congreso Popular de Seguridad Ciudadana”, en las instalaciones del Colegio de Ingenieros de la ciudad de Caracas; este tenía por objeto, reunir a la gente de la comunidad y que fuesen escuchados en relación al problema de la inseguridad y la no atención de los organismos gubernamentales, además de informar abiertamente sobre la propuesta que harán a las autoridades municipales.

En relación a materia de seguridad, se hizo presente la reconocida especialista, Odalis Caldera, ex-comisario de la antigua PTJ, y conocedora de la problemática a profundidad.

La ex-funcionaria planteó lo siguiente: “Hemos dejado de ser un país de tráfico, para convertirnos en un país de alto consumo de drogas “.

“Un aspecto fundamental que se tiene que rescatar es, el de la conducta preventiva y esto tiene que ver con el rescate de valores y principios, además de acciones de prevención, por parte de los cuerpos de seguridad del Estado”.

La Ex-comisaria comenta que, aunque no sea fácil de aceptar, “el problema fundamental es que estos organismos han sido muy mal administrados”.

Caldera comenta que las conductas permisivas de los padres y los núcleos familiares son, en muchas oportunidades, lo que hace que se vayan formando esos patrones de comportamiento equivocados que van en contra de la ley.

Otro aspecto que influye, según la Especialista en el comportamiento de los individuos es, el entorno en el que viven y con quién se relacionan, porque en muchas oportunidades, se dejan persuadir sin detenerse a pensar en las consecuencias, que pueden tener las acciones que realizan.

La Especialista enfatizó, en lo referente a la falta de valores, que ello esta conduciendo a crear infractores de la Ley: “se debe enfatizar la búsqueda y recuperación de valores y buenas costumbres, que el buen ejemplo se de en la casa, y que los hogares sean formadores de ciudadanos y no de delincuentes”.

Liderazgo popular

Enrique Rubio, dirigente vecinal y uno de los promotores de Proyecto Municipal, presentó una ponencia fundamentada en el sentir popular, recordando algunos derechos que como ciudadanos poseemos y que, al parecer, tenemos en el olvido. Es el caso de la participación en lo relacionado con los asuntos públicos, ya que podemos como habitantes participar directamente o a través de representantes, en todo lo relacionado con los asuntos que nos afectan.

El Dirigente plantea que el tema de la seguridad es demasiado importante como para dejarlo sólo en manos de los representantes políticos y no entiende còmo no ha sido llamada la colectividad a reunirse y proponer posibles soluciones.

Propone que sea la población, en parte, quien genere soluciones a sus problemas, ya que son quienes conocen la realidad de cada uno de sus sectores donde viven, porque considera que, màs allá de que se tengan que dictar lineamientos y políticas centrales de seguridad, las medidas y estrategias deben ser locales, acordes a cada una de las situaciones.

Rubio expone que: “El ciudadano Presidente de la República es, en un 99, 99%, el responsable de la inseguridad que vive el país. En este país lo que hace falta es, voluntad política y que quienes están en esos cargos, se dediquen a lo que tienen realmente que hacer”.

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