El nuevo escenario geopolítico de Oriente Medio

Las últimas elecciones democráticas del último quinquenio han estado marcadas por acusaciones inequívocas de fraude electoral (Irán y Afganistán), aislamiento internacional de los gobiernos democráticamente elegidos (Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua); pseudo-elecciones para intentar edulcorar “golpes de mano blandos” (Honduras) y aceptación por la comunidad internacional de sistemas políticos devenidos en meros gobiernos autocráticos (Bielorrusia, Georgia y Rusia), de lo que se deduce, que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico, de la nueva ola desestabilizadora mundial, originada por el ocaso de la economía global; la pérdida de credibilidad democrática de incontables gobiernos de países del Tercer Mundo; el declive de EEUU como primera potencia mundial y la irrupción de nuevos actores en el marco geopolítico mundial como China, Rusia, India y Brasil.

TURQUÍA La ilegalización por el Tribunal Constitucional de Turquía del pro kurdo Partido de la Sociedad Democrática (DTP), ha roto el clima de acercamiento, propiciado por Ankara para poner fin al conflicto kurdo y podría ser el desencadenante de una nueva espiral de violencia, lo que aunado con un agravamiento de la crisis económica, asistiríamos a escenarios de alta inflación, galopante tasa de paro y deuda desbocada y la radicalización y auge del TKP (Partido Comunista de Turquía) .

Además, sin el paraguas protector de la UE (al posponer “sine die” su inclusión como Miembro de pleno de derecho) y con los antecedentes del polémico caso Ergenekon, en el que numerosas personas -incluyendo funcionarios y miembros del ejército-, están acusados y siendo juzgados por planear varios asesinatos y atentados selectivos, con el objetivo de instigar un golpe de estado contra el gobierno del AKP), es previsible que el ejército protagonice un nuevo golpe «virtual» o «posmoderno”, que acabaría con el mandato del Primer Ministro Erdogan, (rememorando el ‘golpe blando’ de 1997, cuando los generales arrebataron el poder al Gobierno del presidente Necmettin Erbakanpor, quien lideraba una coalición Islamista) y surgiendo posteriormente un sistema político fracturado, que producirá una serie de coaliciones de gobierno inestables en el parlamento turco.

ORIENTE MEDIO: Obama se verá finalmente obligado a participar personalmente en el proceso de paz palestino-israelí, con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina) y que podría concluir con la firma de un Tratado de Paz, entre el nuevo Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina, (que sería el representante del nuevo Gobierno de Unidad, que surgiría tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah).

Dicho acuerdo, contaría con las bendiciones políticas de Egipto, Rusia, Siria e Irán y como colaboradores económicos necesarios en la reconstrucción de Gaza a Arabia Saudí, EEUU, UE, Japón, y Emiratos Árabes (con un costo aproximado de 2.000 millones de $) y debería ser global y vinculante para todos los países del área geopolítica de Oriente Próximo y lograr la instauración de un nuevo “status quo” en la zona (“Pax obamaniana”), una vez resuelto el contencioso nuclear de EEUU con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

IRÁN: Irán ha adquirido una dimensión de potencia regional, gracias a la política errática de Estados Unidos en Iraq, (fruto de la miopía política de la Administración Busch, obsesionada con el Eje del Mal) al eliminar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Sadam Husein, con el subsiguiente vacío de poder en la zona. y ha reafirmado su derecho inalienable a la nuclearización.

La nueva estrategia de la Administración Obama para Oriente Medio, buscaría profundizar las líneas de la negociación “multilateral”, (incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, y la conformación de un frente aliado árabe, para aislar a los halcones “militaristas”, tanto de Teherán como de Tel Aviv) y estaría además apoyada en las nuevas sanciones impuestas por la ONU a Irán, con el objetivo de lograr el debilitamiento real de la economía iraní y con el posible renacimiento de la llamada “Marea Verde” y complementada con las medidas del Pentágono para contentar a los halcones del lobby judío, no siendo descartable un ataque preventivo a Irán, antes de culminar el proceso de la obtención de armas nucleares, caso de no llegarse pronto a un arreglo diplomático), pues para el Mossad, (Teherán ya estaría en el “umbral” de la bomba y para la CIA y la AIEA, el régimen iraní ocultaría aspectos avanzados de su plan, para construir una ojiva nuclear en menos de un año.

Caso de lograrse finalmente la resolución del contencioso nuclear de EEUU con el régimen iraní, Irán asumiría el papel de “gendarme del Golfo“, que los estadounidenses confiaron al Sha de Persia, (incrementándose de paso la cooperación con EEUU, relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán), pero Estados Unidos se verá obligado a contar con dos actores fundamentales, en el nuevo status quo que surgirá, tras la actual crisis económica global: Rusia y China y asistiríamos a la entronización de la “Geopolítica interpares” basada en la troika EEUU-Rusia-China.

La posible resolución del contencioso nuclear con Irán, plantea sin embargo, el problema de la pertinencia de las opciones estratégicas del grupo de los Estados árabes, situados en la órbita estadounidense: Así, Egipto habría renunciado a la opción nuclear y entregado el control del espacio estratégico de Oriente Próximo a la aviación israelí, a cambio de una ayuda anual de mil millones de dólares .En desequilibrio frente a la opinión pública, se ha autorizado a Egipto y Jordania para que a finales de año, emprendan la producción nuclear para uso civil bajo control estadounidense, con lo que han acumulado un retraso tecnológico de cincuenta años, con respecto a su vecino israelí, que se vería compensado con el incremento de la ayuda económica de EEUU, hasta alcanzar los 2.000 millones de $ anuales.

Por otra parte, la carestía de productos agrícolas básicos para la alimentación (trigo, maíz, arroz, sorgo y mijo) y el incremento bestial de dichos productos en los mercados mundiales, que tuvo su punta de iceberg en el 2.007, e irá presumiblemente “in crescendo” a lo largo de la próxima década, hasta desembocar en una crisis alimentaria mundial en forma de desorbitante, carestía y escasez de alimentos básicos y que en el caso egipcio vendría agravado por su desarrollo económico suicida, al favorecer crecimientos desmesurados de macrourbes y megacomplejos turísticos y la consiguiente reducción de superficie dedicada al cultivo agrícola.

Ello podría provocar violentos estallidos sociales y un posible golpe de estado (rememorando a Nasser (1.956) y posterior estrechamiento de relaciones ruso-egipcias que convertirían a Egipto en el portaaviones continental de Rusia, lo que aunado con la extensión de su área de influencia al resto de países árabes que circundan a Israel (Siria, Líbano, Palestina y Jordania), podría terminar gestando la semilla de un nuevo movimiento panislamista, que podría terminar por reeditar en la próxima década la Guerra de los Seis Días.

Caso de consumarse el enfrentamiento bélico y una nueva victoria militar israelí, asistiríamos a la anexión de la Franja de Gaza, del Sur del Líbano y del Sinaí, quedando Israel parapetado en un escudo protector completado con la culminación del Muro de Cisjordania, (que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este) y el control de los Altos del Golán, contando Israel con EEUU y su fuerza nuclear disuasoria, como únicos aliados y quedando el pueblo palestino condenado a la Diáspora y al ostracismo político internacional.

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