El nuevo escenario global y el papel de las regiones (I)

Ante la preocupación de lo que será el futuro de los pueblos, en esta oportunidad hemos querido abordar un tema que nos concierne a todos y que nos lo presenta el famoso estratega mundial en el terreno empresarial Kenichi Ohmae, en su reciente libro titulado, El Próximo Escenario Global: Desafíos y Oportunidades en Nuestro Mundo sin Fronteras (2005).
El referido estratega resume su paradigma del mundo globalizado diciendo que “La economía tal y como la hemos conocido ha muerto y que el gobierno del Estado–nación debe reinventarse o perecer ante lo que parece ser una tendencia imparable como consecuencia de la globalización”, también dice, que el escenario de la economía global se caracterizará por el ascenso de las regiones como elementos protagónicos y formula predicciones al respecto.

Destaca que las regiones más exitosas en el período reciente, han sido: la ciudad de Dalian en China que presenta una situación privilegiada en el Mar Amarillo frente a Corea y Japón, caracterizándose por su apertura a la inversión extranjera, donde actualmente existen en sus predios 3.000 empresas japonesas. Señala que en el otro lado del mundo se encuentra Irlanda, quien ha pasado a desempeñar un papel protagónico en el sector de las tecnologías de la información basado en la buena formación que proporciona el sistema educativo irlandés y a su disposición a vender la imagen de marca del país y atraer las labores administrativas y de atención al cliente de importantes empresas multinacionales. Finlandia es el otro país que, gracias a tener uno de los sistemas impositivos más elevados del mundo goza de un excelente estado de bienestar. En contrapartida, proporciona excelentes beneficios a su población, destacando su sistema educativo, considerado entre los mejores del mundo, su punto fuerte es la tecnología, lo que le ha permitido alcanzar por segundo año consecutivo, el titulo de país más competitivo del mundo.

Las tres localidades descritas por Ohmae deben su éxito a que han sabido comprender las reglas del juego denominado “economía global” que se caracteriza por no tener fronteras, ser invisible y medirse en múltiplos. Se puede decir que, la economía global es una economía sin fronteras gracias a la desaparición gradual de aranceles impulsados por los propios gobiernos, que perciben su supervivencia económica dependiente de los demás países. Se dice que el comercio global es invisible porque las transacciones comerciales y pagos no tienen lugar en ninguna localización física, sino en los terminales de las computadoras, ejemplo los intercambios comerciales conocidos como B2B (Business to Business), B2C (Business to Consumer) y C2C (Consumer to Consumer),cuyo pago se realiza mediante tarjeta de crédito o de debito. Al afirmar que la economía se mide en múltiplos, se hace referencia a que, el exceso de capital de los ciudadanos de los países más desarrollados constituyen reservas que pueden invertirse en otras regiones, multiplicando su valor.En otras palabras, cualquier región puede atraer empresas, clientes y capital si sus responsables comprenden el funcionamiento de la economía global.

Al decir de Ohmae, quienes no comprendan los nuevos paradigmas económicos se arriesgan a caer ante quienes si los comprenden, los internalizan y los practican. Se debe entender que la filosofía de Estado-región debe prevalecer a la de Estado-nación. Para este, la unidad geográfica y económica de la economía global es la región. Centrar la acción en las regiones supone dar un giro radical a nuestra forma de ver el mundo y desechar conceptos heredados de una época anterior.

Finalmente, entre las cosas que queremos destacar en esta primera entrega, es que el nuevo papel que le corresponde a los gobiernos centrales es el de ser miembros de equipos en el que toman partido otros jugadores conocidos como regiones, para lo cual es determinante que la filosofía de sus dirigentes tenga como premisas básicas: la captación de recursos provenientes de otros lares, la importancia de la tecnología y el nivel de calidad de la educación de la población, haciendo de esta más pertinente a la nueva realidad que ya hemos empezado a vivir. Es decir, regiones o microrregiones con propensión a la apertura y a la flexibilidad, evitando quedarse ancladas en paradigmas del pasado y reinventarse para enfrentarse a la economía global.