El perfil del consumidor venezolano

El 58% de los consumidores venezolanos son menores de 30 años, urbanos y pobres, además son compradores compulsivos, son fanáticos de las marcas reconocidas, no son propensos al ahorro, les gusta mantener un estatus y sentirse poderosos, lo cual logran -por ejemplo- al adquirir celulares de última tecnología y ropa a la moda.

Como lo explica Luís Vicente León, Director de Datanálisis, “los más pobres son los que han visto una mejora más importante en sus niveles de ingreso en los últimos años. Si antes no tenías trabajo y ahora lo tienes, sientes que tus ingresos han aumentado muchísimo; además en la actualidad, muchas de las personas que conforman estos estratos, son los principales beneficiarios de las misiones, lo que ha aumentado su capacidad de compra. Estas personas son intensas en su consumo, por que tienen necesidades básicas no cubiertas”

El director de Datanálisis describe al consumidor de bajos ingresos, como personas que tiene limitaciones para comprar todo lo que planean, que tienen que diseñar una estrategia para distribuir su presupuesto y que, a pesar de ello, no puede ahorrar.

Es un mito pensar, que los gastos de la personas de bajos recursos se limitan a sus necesidades básicas. Al contrario, los pobres suelen comprar artículos de lujo; un estudio realizado por Datanálisis sobre la posesión de activos y servicios, reveló que el 95,2% de los hogares en el país posee televisor; 93,5% cuenta con una nevera; 77,2% tiene equipo de sonido; 77,2% celular; 73,8% DVD; 40,8% disfruta de televisión por cable; y 25,4% cuenta con vehículo propio. Y sólo el 3,1% de estos hogares tiene una póliza de vida.

Otro mito desmentido es, que los pobres compran únicamente bienes baratos, ya que la realidad es, que los consumidores de bajos ingresos suelen pagar precios mayores que los consumidores de clase media, por las mismas cosas. Por ejemplo, la comida les cuesta más, pues no tienen acceso al descuento por volumen.

En general, el perfil del consumidor venezolano es joven, urbano y pobre; le gustan las marcas reconocidas y es comprador compulsivo; le gusta la moda y las cosas nuevas que salen al mercado. Cuando llega el fin de mes, ya no tiene dinero; pero cuando le provoca algo, tiene que comprarlo.

El señor León también señala, que luchar contra la tendencia consumista del venezolano, es ir contra la corriente. Por que, al analizar la popularidad del presidente Chávez, el resultado es que ha creado una relación igualitaria con la población. Y el Gobierno es un reflejo del ciudadano; es un gastador compulsivo como lo es cualquier persona de barrio. El presupuesto crece y permanece el déficit fiscal.

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