El Poder de Creer

Lenin J. Wilhelm F. – Pigmalión, escultor legendario de Chipre, su obra máxima fue Galatea, una estatua a la cual le dedicó tal tesón y energía, que al ser terminada era sencillamente perfecta. Su corazón entonces se hinchó de amor por su obra sin mácula. Afrodita, la Diosa del amor, se conmovió ante aquella pasión imposible entre el hombre y su obra, así que le infundió vida a la estatua… Pigmalión logró entonces materializar su amor al casarse con su propia creación.

La Psicología a través de la historia, e inspirada en la mitología griega, ha utilizado los nombres de sus personajes para bautizar, complejos, estados y efectos psicológicos humanos. Así por ejemplo, el efecto llamado Pigmalión consiste en poder hacer realidad aquellas cosas en las cuales tenemos la plena convicción de que serán verdaderas.

En educación este efecto fue comprobado de la siguiente manera: en un grupo o salón que comenzaba su año escolar, se tomaba un niño de calificaciones promedio al azar, entonces se le decía a la maestra que aquel niño era excepcionalmente inteligente y de una conducta excelente. Para asombro de los investigadores, aquel niño que había mantenido un promedio de calificaciones en años anteriores, durante ese año, su índice de rendimiento mejoraba notoriamente.

Pigmalión tomó una roca común y corriente y con muchísimo amor infundió en aquel burdo material la dignidad y la perfección, plasmó en él su propio sueño, su propia idea, para luego verlo materializarse.

¿Cuántas veces hemos tomado en nuestras manos empresas que parecieran imposibles de alcanzar y por no creer en ellas las hemos dejado a un lado mientras que otros si lograron alcanzar el éxito? Y entonces nos preguntamos ¿Qué pasó los otros no son más capaces que yo? Y para satisfacer nuestro ego y justificar nuestra incompetencia, se lo achacamos a un golpe de suerte. Ellos tienen suerte y nosotros no.

Y la principal diferencia entre los que alcanzaron su meta y los que no, es que los primeros creyeron en ellas. La magia reside en creer, para después crear. Pero creer sin un ápice de duda, creer con la mente, el alma y el corazón.

Siempre me ha llamado la atención que en español existen dos verbos que conjugados en la primera persona del singular se escriben igual y son CREER y CREAR así que podemos decir, YO CREO LO QUE CREO. Lo que está en mi mente, mi sistema de creencias determina de una manera total el mundo que estoy creando en mi exterior, mis relaciones, mi éxito, mi salud.

Así pues como conclusión, uno de los secretos del éxito en cualquier empresa que comencemos es CREER.

Una de las herramientas mas poderosa de la P.N.L. que he podido apreciar a partir de mi propia experiencia y la de mis amigos y alumnos es la Formulación de Objetivos o como metafóricamente la llamo “La Estructura de los Sueños”. Cuando un objetivo está claramente formulado tiene el poder de motivarnos, aún mas, de inspirarnos en la consecución de los ¿Cómo? Y los ¿Para qué? En lugar de los ¿Porqué? Que en muchas situaciones nos dejan paralizados en conseguir las interpretaciones o explicaciones de lo que nos ocurrió en el pasado, sin mirar hacia delante.

El enfoque entonces es el “ve por ello”, el disponernos a soñar, a arriesgar lo que soy ahora por lo que puedo llegar a ser (que siempre fui).

CREER en nosotros mismos, en nuestras capacidades, nuestro potencial, en nuestra forma diferente de hacer las cosas.

CREER en nuestros sueños convertidos en metas, ese será nuestro motor de arranque y nuestra gasolina.

CREER para CREAR el futuro que deseamos para nosotros.

Convertirnos en los Pigmalión de nuestras propias vidas.

Fuente: http://www.ivpnl.com.ve/index.php?option=com_content&view=article&catid=36%3Arelacionados-a-pnl&id=349%3Ael-poder-de-creer&Itemid=67