El proceso de transformación de las universidades

«Los países que más recursos han
dedicado a mejorar la educación de
sus ciudadanos son por lo general
los que poseen mayor prosperidad
y economías más competitivas»
M. Porter
La máxima casa de estudios del estado Carabobo, la Universidad de Carabobo, Venezuela; completó un nuevo proceso electoral y es tradición de este espacio de desarrollar algunas ideas y conceptos que sirvan de materia de reflexión para los miembros del Claustro Universitario, quienes tuvieron la descomunal responsabilidad de elegir las autoridades rectorales de la misma para el período 2004-2008. Por tal motivo en los procesos anteriores, fueron publicados dos espacios identificados con los títulos: «La Universidad debe ser una Institución de Aprendizaje, no Política» (09.10.00) y «Educación para ser Competitivos» (19.06.96), en los cuales se mencionaban las características internas de dicha institución y su influencia –positiva y negativa– en la formación de profesionales competitivos en un mercado globalizado cada día más exigente. El pasado proceso eleccionario, sin temor a equivocaciones fue traumático, por las causas conocidas por toda la comunidad universitaria de ese momento, Hoy día, casi que se están repitiendo los mismos escenarios de hace cuatro años. Pareciera una cosa de «replay». La culpa de estos escenarios está en quienes ocupan cargos tanto en los niveles estratégicos, como en los tácticos y operativos de la entidad, por tal motivo nunca existirá una transformación de la UC, sino hay un cambio de 180º en el estilo de gestionarla.
Las universidades venezolanas deben modernizarse «gerencial y tecnológicamente» o al menos saber a través del «benchmarking» (confrontar una organización con la mejor del orbe en su respectivo sector) dónde se están produciendo mundialmente las innovaciones significativas en los procesos de aprendizaje que aumentan la calidad de la educación y la prosperidad de las naciones por medio de un desarrollo humano sostenible, que se puede lograr, gracias a un proceso de aprendizaje altamente pertinente, de calidad y con una visión globalizada. Estas ideas surgen de la nueva visión prospectiva de los facilitadores o educadores, de los teóricos del desarrollo social y de los filósofos que han venido sosteniéndolas por mucho tiempo; por cuanto existe una correlación inmediata y muy íntima entre la calidad educativa alcanzada por la población de un país, y las capacidades del mismo para ser próspero.
Las nuevas autoridades de la máxima casa de estudios regional deben cambiar sus modelos mentales convencionales –de administrar la universidad por parcelas y criterios de grupos y partidos políticos– y desarrollar uno nuevo que esté muy consciente que la necesidad prioritaria es insertar un producto –egresados–, un bien –investigación y desarrollo– o un servicio –actividades de extensión– en su área de influencia –la «aldea global» – y partiendo por aceptar que el intercambio -mundialmente- depende críticamente de producir, recibir, procesar o reafirmar conocimiento de manera creativa. Este tipo de presiones competitivas, tendente a la producción de conocimiento actualizado y de tecnología de punta con los que se deberían planificar los procesos de aprendizaje en la máxima casa de estudios carabobeña, seguramente influirán no solamente al sector empleador, sino también a la nación; por cuanto las políticas públicas establecidas por el gobierno central inciden en los resultados de calidad de los egresados universitarios. En los países industrializados donde se concibe la calidad de la educación como una herramienta de sobrevivencia y de talento mundial, han establecido como necesidad de primer orden el estar atento acerca de los cambios introducidos en políticas públicas relacionados con los procesos de aprendizaje, sus beneficios y costos. Esta realidad no es desconocida en el país, por cuanto, gracias a la información que se adquiere por la internet; todo el conglomerado universitario venezolano sabe qué bueno está ocurriendo en otros países. Dicha inquietud se debe al siguiente axioma: «Una economía y una sociedad competitiva requieren del soporte de una educación de alta calidad».
De acuerdo con el profesor M. J. Enright, investigador de la Universidad de Harvard, quien realizó en la década pasada investigaciones de competitividad en más de diez países incluyendo a Venezuela, llegó a la siguiente conclusión en referencia a la realidad venezolana: «Mientras exista la percepción en la gente de que Venezuela es un país rico, de que la riqueza petrolera debe alcanzar para producir el dinero que el país necesita, Venezuela va a seguir siendo un país pobre. Sólo con un cambio de mentalidad provocado por la comunidad de los líderes, en el sentido de decir que el trabajo va a producir la riqueza que la gente requiere, Venezuela va a dejar atrás la pobreza y aumentar su competitividad».
Por lo antes expuesto las nuevas autoridades rectorales de la Universidad de Carabobo, tienen la ineludible responsabilidad de modificar, por medio de un proceso de Reingeniería Mental; –el estilo de actuación de los líderes para rediseñar con éxito–, cambiar el arquetipo de los modelos mentales de los docentes, así como también de los alumnos –actores principales de los escenarios de aprendizaje–, para que los primeros aprendan a gestionar más eficientemente las actividades de aula, alejándose del estilo repetitivo y memorístico, ocupándose fundamentalmente del cumplimiento de los objetivos y no de su calidad de actuación; estimulando a sus clientes –estudiantes– a la aprehensión de un aprendizaje significativo, que los ayude a ser verdaderos emprendedores al salir de la universidad y se alejen de ese modelo de ser: «GENUINAMENTE BUSCADORES DE TRABAJO Y SE CONVIERTAN EN DISEÑADORES DE SU PROPIO EMPLEO».

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