El Sapo CrecenSio: «Las Piedras en el Camino»

Un día, el Sapo Crecensio tuvo una dificultad. La lluvia torrencial había cesado pero el camino a su laguna estaba convertido en un caudaloso río.

Para llegar a su hogar, debía cruzar de un extremo al otro de ése peligroso río. Notó que dos grandes piedras sobresalían de las aguas turbias, a una prudente distancia una de otra, como pequeñas estaciones.

El Sapo Crecensio pensó:
– Si me esfuerzo, podré saltar de esta orilla hasta la primera piedra y, luego, con otro impulso llegar hasta la segunda. De allí, sólo me quedará poner un poco de fuerza para un tercer salto hasta la otra orilla.

Entonces, el Sapo Crecensio llenó sus pulmones de aire, contó hasta tres y, con un fuerte impulso, alcanzó llegar a la primera piedra o estación.

Lo que no analizó Crecensio fue que las distancias desde la orilla hasta la primera piedra; y de la segunda piedra hasta la otra orilla eran relativamente cortas y podrían ser alcanzadas con saltos dedicados y precisos; pero para acceder a la segunda piedra debía recorrer, con un salto, el doble de la distancia.

– ¿Y ahora que hago? – Pensó el Sapo Crecensio – ¡Desde la orilla, las distancias entre las piedras parecían las mismas!

Crecensio sabía que regresar a la orilla inicial era una opción que no le reportaba beneficio, ya que su laguna estaba del otro lado.

Después de pensar, pensar y pensar, tomó la decisión de saltar hacia la segunda piedra con la convicción de que lo lograría.

Se preparó, respiró profundo y con un mayor esfuerzo, pegó un salto muy fuerte. En el aire, Crecensio se fue dando cuenta que caería a la mitad de distancia, entre la primera y segunda piedra; así que casi llegando al agua y en el aire, tomó un nuevo impulso y golpeó el agua con sus patas con tal rapidez y determinación, que consiguió brincar por sobre el río y caer sobre la segunda estación.

Ya en la segunda piedra, miró hacia atrás, sorprendido e incrédulo por su logro obtenido. Minutos después, el último salto lo haría para tocar la orilla cercana a su hogar.

En la laguna, el Sapo Crecensio reflexionó acerca de la aventura vivida. Comprendió algo muy importante para toda su existencia:

1- Los obstáculos son “desafíos” que se presentan para saltar por sobre ellos.
2- Tomar la decisión de “alcanzar los objetivos”, significa ir hacia delante, dejando la idea de echarse hacia atrás o detenerse por el miedo y las dudas.
3- Cada uno tiene “talentos naturales únicos” que permiten superar las adversidades que surgen en el camino.

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