El saqueo como estilo de gestión

A los cuatro vientos la Administración Maduro proclama la moral revolucionaria, convoca a marchas en defensa de quienes son acusados por corrupción a nivel internacional y, al mismo tiempo, anuncia en su maltratado uso de la lengua hispana, que el “2015 será el redespegue económico”, donde asumirá personalmente los ajustes y equilibrios necesarios y dejará a su gabinete la agenda política y social.

Imagínense lo que nos espera a los venezolanos el próximo año, que no sea el fruto podrido de dos años de desgobierno, iniciado realmente al momento que el difunto comandante lo ungió como heredero de Miraflores. Lo que vivimos y sufrimos es un Gobierno, cuya herramienta primordial es el anuncio de golpes publicitarios, orientados a obtener un poco de credibilidad en sus diezmadas huestes, mediante dakazos, montajes de almacenes de acaparamiento de medicinas, comestibles hasta camiones de dólares en containers. En fin, exhibe una inagotable imaginación para esconder la peor crisis económica, política, social y moral de nuestra historia republicana y así correr la arruga de la desprestigiada gestión.

Lo dramático del asunto es, que para sostenerse además de utilizar grotescamente los recursos del Estado y burlarse de la esperanza popular como ningún gobierno anteriormente lo hiciera, recurre a invadir y afectar la condición humana para obtener en forma ilícita los bienes que generaciones de trabajadores, empresarios, académicos han labrado a partir del trabajo digno y la inversión generadora de cientos de miles de empleos estables.

Al manejar la economía como si fuera un botín de guerra, nos genera a todos la ruina y la miseria. Los trabajadores vemos como nuestros salarios se tornan en polvo cósmico ante las devaluaciones diarias, el estancamiento de la economía y una inflación destructora del poder adquisitivo, fraguada en los laboratorios del Ejecutivo, quien acapara dólares y multiplica la ilusión del bolívar pulverizado.

En el caso de los empleadores privados, son miles los casos durante estos 16 años de gestión, donde las víctimas son los propietarios del capital e igualmente cientos de miles de puestos de trabajo desaparecidos irracionalmente. Destacando en el presente 2014, la confiscación del recién construido Hotel Perlamar de Parsifal De Sola en la isla de Margarita, puntal del turismo nacional y del Caribe, factibles fuentes de empleo de miles de trabajadores directos e indirectos, ahora frustradas en la región, a partir de una ejecutoria con similar modus operandi entre otras, al de Sivensa, contratistas petroleras, sin indemnización alguna y la complicidad del aparato estatal.

En definitiva: Las cuentas no cuadran para un Estado fallido, por tanto prepara para 2015 políticas más agresivas para colmar su voracidad e incapacidad; ante la caída de los precios petroleros, hurga todo recurso a la vista para tratar de aumentar las alicaídas reservas, por tanto más impuestos, más confiscaciones, que conllevan al saqueo de una población extenuada por la gestión presidencial más incapaz de nuestra historia.

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(*) Movimiento Laborista