El Sicad 2 no es subasta

En el idioma Español, se entiende por subasta un tipo particular de venta en la cual la mercancía subastada no tiene un precio preestablecido, sino que éste es determinado por los demandantes de la misma, los cuales hacen ofertas al respecto. El que realiza la mejor oferta -es decir, el que está dispuesto a pagar el precio más elevado por la mercancía ofertada- se queda con ella.

El SICAD 2 no parece ser una subasta. Parece más bien ser un mecanismo mediante el cual, el Banco Central de Venezuela se entera de las voluntades de ofertantes y demandantes, en relación a la compra y venta de dólares; pero sin que nadie sepa cuánto está ofertando y demandando cada uno, y sin que el precio final tenga algo que ver con la oferta más elevada. Al final, el Banco Central, emite una suerte de edicto, mediante el cual se conoce cuantos dólares se  han adjudicado a  cada quien, y a qué precio. Eso  no es una subasta. Pudiera ser calificado como una adjudicación de dólares por parte del BCV.  Pero como no todos los dólares pertenecen al propio BCV, sería más propio hablar de un reparto ordenado realizado por el BCV de los dólares disponibles y originalmente pertenecientes a diferentes empresas y organismos autorizados a ofertar dólares en esa extraña organización creada por el ingenio de nuestros gobernantes.

¿Cómo se reparten los dólares disponibles? Nadie lo sabe con certeza. Lo que sí está claro es que los dólares no van a manos de quienes ofrecen más bolívares por ellos. ¿Se reparten de acuerdo al uso que se le va a dar a esos dólares? Nadie lo sabe. En algún momento -cuando estaba por crearse el CECOEX- se mencionó que se contaría con un presupuesto nacional de divisas, que sería expresión de los usos socialmente necesarios que la nación venezolana establecía con relación a ese bien escaso que son las divisas. Ahora, con el SICAD 2 en pleno funcionamiento, se sabe con claridad que ese tal presupuesto nacional de divisas no existe y no se ve que en el futuro cercano vaya a existir. Los dólares no se están asignando de acuerdo a un plan elaborado por un puñado de tecnócratas iluminados -ni tampoco por el viejo y criticado mecanismo de mercado- sino que están asignándose por el peor de todos los métodos posibles: en forma secreta, mediante la aplicación de criterios desconocidos, por parte de funcionarios gubernamentales, a empresas y personas que ni la prensa ni la sociedad venezolana conocen con nombre y apellido.

¿Se reparten los dólares de acuerdo al grado de amistad que las empresas demandantes tengan con el Gobierno o con algunos de sus funcionarios? Nadie lo sabe y nadie puede asegurar que así sea. Lo único seguro es que personeros generalmente bien  informados y cercanos al Gobierno -incluso la propia ex Presidente del Banco Central- dijeron públicamente, que el año pasado se habían asignado alrededor de 20 mil millones de dólares a empresas fantasmas para que realizaran importaciones ficticias. Si eso se hizo el año pasado, no habrían razones como para suponer que no se hizo también en los años  anteriores, ni para suponer que no se está realizando en el presente. Existe hoy en día el mismo grado de secretismo y el mismo grado de discrecionalidad en la repartición de las  divisas que existía en años anteriores. En esa materia el CECOEX no es diferente a Cadivi. Es altamente probable que los altos funcionarios que están a la cabeza de estos nuevos organismos y mecanismos sean santos varones, personas de una alta moralidad pública y privada, incapaces de hacer ninguna acción incorrecta. Pero la mujer del César no solo tiene que ser honrada, sino que tiene que parecerlo, y con los  niveles de secretismo y discrecionalidad que hemos comentado la mujer del César quedaría sujeta, desgraciadamente, a las dudas y las sospechas de todo el mundo.   

Mientras las cosas sean como son, no lograrán eliminar el dólar paralelo, aun cuando logren efectivamente bajar el precio que allí impera.  Mientras una cantidad importante de demandantes de dólares quede por fuera de las  asignaciones del SICAD 2 -sin que se les explique el cómo ni el por qué- se les estará invitando claramente a recurrir al mercado paralelo, donde lo más probable es que terminen encontrando, a un precio superior, los dólares a los cuales aspiran.

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