El talón de Aquiles de Putin

En su primer mandato como Presidente, Putin logró la defenestración de la primitiva clase dominante proveniente de la época de Yeltsin (oligarcas), corrupta camarilla mafiosa equivalente a un miniestado dentro del Estado Ruso (el 36% de las grandes fortunas concentrarían en sus manos el equivalente al 25% del PIB), de la que serían paradigmas Berezovksy, exiliado en Londres y Mijaíl Jodorkovski, en prisión acusado de evasión y fraude contra el Estado, procediendo a su sustitución por sujetos de probada lealtad a su persona, sin veleidades políticas y con el único afán de lucro rápido.

Posteriormente, silenciando las voces y medios de comunicación disidentes mediante el miedo escénico, la asfixia económica y la incoación de arbitrarios expedientes por delitos fiscales y las vías expeditivas, Putin habría conseguido la desaparición de la oposición propia de los países democráticas y la instauración del oficialismo: doctrina política que conjuga las ideas expansionistas del nacionalismo ruso, las bendiciones de la todopoderosa Iglesia Ortodoxa, los impagables servicios del FSB (sucesor del KGB), la exuberante liquidez monetaria conseguida por las empresas energéticas (GAZPROM) y parte del ideario jruscheviano simbolizado en un poder personalista autocrático.

En el plano internacional, consciente de que jugaba con ventaja ante la incapacidad de EEUU y sus aliados europeos de marcar la iniciativa en los conflictos de Oriente Medio y Próximo (Egipto, Siria, Palestina e Irán), Putin utilizó la estrategia del decidido apoyo al régimen sirio de Al-Assad, con el objetivo de fijar su posición como colaborador ineludible en la búsqueda de un acuerdo internacional sobre el contencioso sirio.

Así, tras su jugada maestra convenciendo a Assad para que entregue todo su arsenal de armas químicas y el escaso apoyo internacional recibido por Obama para iniciar su operación militar contra Siria, podríamos asistir a la celebración en noviembre de la Conferencia Internacional Ginebra II sobre Siria, con lo que Rusia habría recuperado la influencia geopolítica perdida tras la extinción de la URSS.

Además, Putin habría jugado con maestría sus bazas en el affaire Snowden y tras concederle el asilo, apareció ante los ojos del mundo como adalid de la defensa de los Derechos Humanos, (diluyendo de paso su imagen de represor en el conflicto checheno), siendo no obstante consciente de la nueva dinámica acción-reacción en la que verán envueltas las relaciones ruso-estadounidenses a partir de este momento.

En este contexto, habría que incluir la suspensión "sine die" de la cumbre bilateral Obama-Putin, el cruce de reproches mediático Putin-McCain, la posibilidad de que el Congreso de Estados Unidos proceda a revisar la decisión de renunciar a la fase final del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM) y la futura estrategia de EEUU de hostigamiento y aislamiento de Rusia en los escenarios internacionales dentro de la dinámica propia de la Guerra Fría (acción-reacción).

En la esfera económica, Putin estableció como prioridad tras su primer nombramiento como Presidente en el año 2000, la Modernización de Infraestructuras de Transporte y Energéticas y el Desarrollo de Nuevas Tecnologías, (aeroespacial; robótica; biomedicina; biocombustibles y nanotecnología) aprovechando la exuberante liquidez proporcionada por los ingresos del petróleo; aunado con una posible ofensiva junto con los países del BRICS, para cambiar de patrón monetario mundial y sustituir el papel del dólar como moneda de referencia así como una reforma monetaria doméstica.

Asimismo, siguiendo la doctrina del pragmatismo económico, mantiene los acuerdos preferenciales con la UE para asegurarles el suministro de gas y petróleo rusos e incrementar los intercambios comerciales, debido a la dependencia energética europea (21% de las importaciones de petróleo y 40% de gas proceden de Rusia) y a que el 40% del comercio exterior ruso se realiza con la UE, frente a un exiguo 5% con EEUU, aplicando asimismo una política de diversificación de las ventas energéticas.

Así, según la agencia Reuters, Rusia y China habrían sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros), con la que se sentarían las bases económicas de la futura Unión Euro-Asiática como alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central de EEUU en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico.

Sin embargo, la agencia internacional de calificación de riesgos Standard & Poor's señaló, que “el actual modelo económico ruso se ha agotado, funciona al límite de sus capacidades y debe ser reformado con urgencia”, pues según el Ministro de Economía ruso Alexéi Uliukáyev, la economía rusa podría acabar el 2013 con un exiguo crecimiento del PIB cercano al 1,5% así como un incremento del desempleo hasta el 7% en el 2014.

Así pues, el Talón de Aquiles de Putin seguirá siendo la crisis económica mundial, ya que la estructura económica rusa adolece de una excesiva dependencia de las exportaciones de gas y petróleo (el 70 % de los ingresos provienen de estas vías), la devaluación del rublo (un 30% desde que comenzara la crisis), el recorte de los Superávits (un 14,7 % menos en el primer trimestre de 2013) y la obsoleta planificación estatal, pues el complejo militar, los proyectos espaciales y las subvenciones a la agricultura, siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de alimentos.

Así, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 y está previsto que en el 2013 la cifra alcance un monto total de 48.650 millones; y respecto a la carrera espacial, Putin anunció que invertirá 52 millones US$ con el objetivo de lanzar el primer vuelo tripulado desde la nueva plataforma de lanzamiento de Vostochny (cerca de la costa rusa del Pacífico) en el horizonte del 2018, establecer una estación permanente en la Luna en el 2020 y llegar a Marte en el 2025 y según lo anunciado por el Jefe de Gobierno Medvédev en un artículo publicado en el diario económico Védomosti, asistiremos a la implementación de un nuevo modelo económico que implicará una drástica reducción del sector público y la consiguiente merma de las prestaciones sociales para el 2014.

Recordar que, a pesar de ser Rusia es uno de los graneros mundiales (8% de la producción mundial de trigo), en el 2010 sufrió una sequía sin precedentes, que afectó a la parte occidental de Rusia y que provocó que el 20% de sus 10 millones de Has. de sus tierras cultivables quedaran arruinadas, con una cosecha de trigo de 60 millones de Toneladas en vez de la media anual de 90 millones y el posterior embargo de las exportaciones de trigo previstas para el 2010 (en el 2009 exportó 21,4 millones de Toneladas).

Caso de producirse un nuevo desabastecimiento de grano y productos básicos, Putin deberá recurrir a una masiva importación de productos del exterior que elevará la inflación hasta los dos dígitos y provocará la gestación de una nueva Revolución Naranja que movilizará a la sociedad rusa para protestar contra la carestía de la vida, lo que obligará a Putin a defenestrar a su Primer Ministro Medvédev y le permitirá asumir un poder cuasi omnímodo al aunar en su persona los cargos de Primer Ministro, Presidente de Rusia y Presidente de su partido (Rusia Unida), sufriendo de paso la “sui generis” democracia rusa un severo recorte de libertades plasmado en el culto a la personalidad del último zar de Rusia, Vladimir Putin.

(*) Analista

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