¿Empleo o trabajo?

Ha escuchado usted esa famosa frase: “El empleo se recuperará en el próximo trimestre móvil”. El asunto no deja de ser controvertido. Pero, ¿qué es empleo y qué es trabajo?

Empleo es una fuente laboral fija, con contrato, horario, una hora para almorzar, una descripción de cargo, jefe, vacaciones anuales, salario mínimo, sueldo y “seguridad laboral”, sin considerar imposiciones y el derecho a licencias por enfermedad. En síntesis, beneficios muy estimados por la sociedad moderna.

En el caso de quienes trabajan en una oficina, el beneficio de un empleo le da derecho, además a un escritorio, a un cubículo, una lámpara, un teléfono, una computadora y un archivo para los papeles. Todo esto se resume en estos tiempos, en muchos casos, a una bolsa plástica donde se lleva lo esencial cuando lo despiden

Mientras tanto, trabajo, es una función sin dependencia laboral fija, más bien temporal y flexible. Puede ser resultante de una actividad por proyecto, por trato, “outsourcing”, temporal o, inclusive, por honorarios o por tiempo definido

De tal forma que cuando los índices de desocupación del INE señalan que se han creado nuevos empleos, lo que en realidad se han generado son nuevos trabajos.

Generar empleos se tornó muy caro. Antiguamente, con un 1% de crecimiento económico se generaba un 0,5% de empleo; hoy se necesita más de un 2% para obtener lo mismo. Es bien probable que de mantenerse la rigidez del mercado se incremente esta diferencia.

1.- El empleo, como expresión de trabajo fijo, disminuye en el mundo. Durante estos años en Chile se perdieron muchos empleos fijos, mientras que los empresarios crearon centenas de nuevas organizaciones de servicios, educación, comercio, finanzas, Internet y otras, que han estado absorbiendo a los desvinculados, bajo otras formas de trabajo.

2.- El empleo fue una figura creada por la sociedad industrial, gran consumidora de mano de obra. Pero la actual sociedad del conocimiento, no requiere gran cantidad de empleos, sino más bien de trabajadores. En los últimos años los empresarios están desarrollando alianzas con ex empleados, colaboradores “free-lance” y contratando servicios externos (“outsourcing”), subcontratación, etc. transformando costos laborales fijos en variables, gente que permanece o participa en la organización, mientras el proyecto se desarrolla, con resultados satisfactorios. Ahora estamos siendo capaces de producir sin empleo, pero no somos capaces de consumir sin empleo. Una paradoja del siglo XXI.

3.- Mucha gente cree que ingresa a una empresa a un trabajo fijo, pero no percibe que está participando de un proyecto que podrá continuar sólo si las cosas van bien. Las estadísticas así lo demuestran, verificándose un drástico aumento de la rotación en los cargos. Las empresas están rápidamente reconociendo a los participantes flexibles, y exigiéndoles nuevos requisitos a los empleados fijos, quienes disminuyen en número por su falta de adaptación al cambio y porque tienen un costo más elevado de contratación ante un mercado -que somos nosotros- que desea productos y servicios cada vez más baratos, presionando a las empresas a reducir costos y a tener gente que brinde mejor servicio.

Estos nuevos participantes que trabajan para la empresa, son personas que permanentemente desarrollan habilidades técnicas y profesionales que los hacen empleables y que son capaces de agregar valor en su trabajo. Gente con más habilidad intelectual, comunicacional y de trabajo en equipo. Trabajadores que se ganan el pan con el sudor de sus mentes.

4.- De alguna manera las empresas están siguiendo el siguiente camino:

– Más de un 60% de ellas están decidiendo tener la mitad de la gente con que trabajan ahora y haciendo outsourcing de sus funciones medios.

– Otra mayoría reducen los sueldos y aumentan las obligaciones a los que se quedan.

– Esperan que los sobrevivientes produzcan mucho más que todos los que operaban antes la empresa.

– Cambian trabajo rutinario, que es la mayoría, por tecnologías, ERP o software de gestión, etc.
5.- En Chile, 4 de cada 5 personas ya no trabajan en empresas industriales, sino en empresas de servicio, comercio, intermediación, etc. La era fabril está agonizando, las industrias ahora ya no fabrican, en su mayoría, arman, externalizan producción, unen; en síntesis, tienen clientes.

6.- Las empresas ahora no compran tu tiempo, sino el resultado de tu tiempo.

Por lo visto, las empresas desean contar cada día con menos empleados, de 9 a 6, y cada vez más gente que solucione problemas, que agregue valor, que sean capaces de innovar para satisfacer un mercado repleto de buenos productos, precios bajos, buena calidad y sobreoferta.

Por lo tanto, si dejas de agregar valor, te cambian. La idea entonces es mejorar la versión de uno mismo, de uno como producto, ver qué voy a ofrecer a mi empresa, cuál es el valor agregado que voy a dar, para que mi organización me siga considerando rentable.

7.- Mientras en 1982 los servicios temporales o part-time, a contrata o subcontratados, respondían por pocos reemplazos en funciones de secretaría y similares, transcurridos 24 años, dan trabajo temporal a cerca de 1.000.000 de personas al mes, incluyendo las más variadas áreas profesionales. Personal de diversos niveles que no posee un empleo fijo, todo lo contrario; y que constituye motivo de discusión en la determinación de los índices oficiales de cesantía, que consideran a este tipo de trabajadores como personas con empleo. Miden todavía cantidad, pero no calidad.

Este tipo de trabajador se puede ver en los negocios de comidas rápidas, en los reemplazos de personal en las empresas y en otras manifestaciones laborales, que poco tienen que ver con el trabajo fijo y seguro de antaño. Mientras el empleo se reduce matemáticamente, el trabajo flexible aumenta geométricamente. Sin embargo, para los organismos oficiales, esta gente está empleada y tiene un empleo. La verdad que sólo tiene un trabajo temporal.

Hay empresas estatales en que, más de la mitad de su personal, no es empleado sino trabajadores subcontratados a través de empresas externas, sistema conocido con el nombre de outsourcing o subcontratación o a contrata.

8.- Para el obrero o empleado, el desafío lo constituye luchar contra la tecnología que reemplaza vertiginosamente el trabajo rutinario y manual, debiendo desarrollarse un nuevo tipo de educación y capacitación que habilite mentes y no brazos. Las empresas nos dicen tácitamente: ¡No queremos más tu lealtad, queremos tu trabajo! El profesional de hoy debe comenzar a administrarse a sí mismo, como si él fuera una empresa; como un proveedor más, que un empleado, ser capaz de negociar, traducir, interpretar, capacitar, unir y proporcionar servicios. En síntesis, son tres las características básicas: Ser empleable, poseer mentalidad de proveedor independiente y, además, contar con un alto grado de flexibilidad.

Sin lugar a dudas que estamos transitando, desde las carreras basadas en los empleos, a las carreras basadas en el trabajo. Pero, para poder hacerlo, debemos modernizar las leyes laborales que ya no se ajustan a los tiempos que vivimos, como también, cambiar el paradigma que nos obliga a dar empleo fijo.

9.- Hay que romper el viejo long-play 33”-1/2 que sigue sonando sobre la recuperación del empleo a partir del crecimiento económico: lL nueva sociedad del conocimiento, dará muchos menos empleos que la sociedad industrial, pero dará mucho trabajo. Por lo tanto, hay que generar nuevas oportunidades, incentivando una gran campaña emprendedora que desarrolle nuevas empresas y genere más trabajo de valor, menos orientado a la industrialización básica, habilitando una generación empresarial que asuma los riesgos y cree nuevas oportunidades, no dándole tanta importancia a los índices de cesantía, sino a los índices de nuevas oportunidades. La solución no pasa por los anuncios de las autoridades para flexibilizar el pago de las deudas de los pequeños y medianos empresarios, sino que además, el cómo reinventar sus negocios para que tengan sustentación globalizada en el tiempo. Las medidas hasta ahora adoptadas, son como tratar de reducir el alcoholismo reduciendo el tamaño de la botella. Necesitamos de nuevos emprendedores con ideas sustentables y creativas, con apoyo estatal y privado. También como Capital de Riesgo. Como estos osados e intrépidos aventureros no abundan en nuestro país, es necesario generar incentivos para la creación de nuevas empresas con nuevos sistemas de capacitación, educación universitaria y fomento al emprendedorismo.
10.- Conclusiones finales.
Las principales manifestaciones del cambio son las siguientes:

· Proceso de anorexia estructural en las empresas. Menos personas hacen las mismas funciones. Reingenierías, reestructuraciones (downsizing).
· Nuevas tecnologías desplazan la mano de obra.

· Incremento del trabajo intelectual.

· Las empresas buscan subcontratar a terceros, para funciones como los servicios, la producción y las ventas, eliminando empleos (outsourcing). · Se privilegia al personal que agregue valor a su trabajo y que sea conocedor de tecnologías computacionales.

· El principal capital de una empresa no son las máquinas y los equipos, son las neuronas activables de su gente.

· Las estructuras de las empresas competitivas son ahora desmontables, descartables, desechables, transportables, franquiciables y virtuales. En medio de todo esto, un ser humano desconcertado.

· Las empresas quieren gente joven y la carrera laboral termina a los 45 años, mientras las expectativas de vida se estiman en 85 años. Esto deja en jaque nuestro sistema de pensiones, ya que es muy difícil que alguien tenga un empleo hasta los 65 o 60 años, dependiendo del sexo. Además nos demuestra, que las grandes mayorías tendrán que vivir sin empleo muchas décadas. El mejor consejo para los jóvenes que salen de la Universidad es decirles: “Hijo, no busques empleo en una empresa, desarrolla habilidades, productos y servicios. Véndelos en el mercado abierto y tendrás trabajo toda tu vida”.

*Ingeniero Comercial y Master en Administración de Empresas.

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