En el gobierno no se percibe una voluntad política favorable con el proceso de descentralización.

Para tratar sobre el proceso de descentralización administrativa en Venezuela, hemos recurrido a las opiniones de tres especialistas venezolanos preocupados por el futuro de esta temática y que hemos considerado pertinente transmitir a nuestro gran número de suscriptores.

A decir del Dr. Román Duque Corredor – ex constitucionalista y hombre de amplia trayectoria jurídica en nuestro país, el proceso descentralizador venezolano ha sido debilitado porque, en primer lugar, se ha paralizado la transferencia de competencias del Poder Nacional a los Estados y Municipios; y en segundo lugar, en otros casos, se han revertido al Poder Nacional algunos servicios públicos anteriormente transferidos, como los de administración de puertos, aeropuertos y autopistas, y se ha centralizado aún más el servicio educativo; y, no se ha configurado ni funciona el Consejo Federal de Gobierno y tampoco el Fondo de Compensación Territorial. Además, e igualmente, se ha impedido la participación de los Estados y Municipios en los ingresos provenientes de hidrocarburos al no reconocérseles las asignaciones especiales, y al eliminarse del situado constitucional partidas importantes como los provenientes de la ganancias petroleras extraordinarias , al no ingresar éstas al presupuesto nacional sino a presupuestos paralelos, lo que disminuye la cuota de participación de los Estados y Municipios en esos ingresos extraordinarios derivados del alza de los precios del barril de petróleo.

Todo lo anterior ha aumentado la centralización, en materias propias de las competencias estatales y municipales, y la de hacer cada vez más dependientes del presupuesto nacional los ingresos de las entidades territoriales federales y municipales. Además, el servicio de policía, que forma parte de la autonomía de los Estados y de los Municipios, va a depender ahora de órganos centrales, existiendo el riesgo que decisiones tan importantes, como la designación de los jefes policiales, queden a cargo de autoridades nacionales, o sujetas a su aprobación. Por otra parte, no se han promulgado las leyes de base o leyes marco del ejercicio de competencias concurrentes y de armonización de las competencias tributarias nacional, estadal o municipal, Pienso que no existe, por parte, del Poder Nacional, una voluntad política favorable al proceso de descentralización.

De haber voluntad política, el camino es relativamente fácil: cumplir con los mandatos de la Constitución en materia del proceso de descentralizador por parte del Poder Nacional, que fue uno de los cometidos del proceso constituyente para llevar a la práctica una democracia participativa.

La Dra. Carlota Salazar conocedora de la materia y colaboradora de nuestra revista, expresó: Urgentemente hay que parar el proyecto de ley de descentralización que se está discutiendo en la Asamblea Nacional, que de aprobarse habría que demandar su inconstitucionalidad. En razón a que su artículo 2, quedará así: “a fin de tutelar el interés general de la sociedad y salvaguardar el patrimonio de la República, el poder público nacional, por órgano del ejecutivo, podrá revertir conforme al ordenamiento jurídico las transferencias de competencias concedidas a los Estados, para la conservación y aprovechamiento de los bienes o servicios considerados de interés público general. El Ejecutivo Nacional por órgano del Presidente de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar la intervención de bienes y prestaciones de servicios públicos transferidos para su conservación, administración y aprovechamiento, a fin de asegurar a los usuarios un servicio de calidad en condiciones en condiciones idóneas y de respeto a los derechos constitucionales, fundamentales para la satisfacción de las necesidades públicas…”. Como se ve es un instrumento netamente centralista.

El Dr. Argenis Flores especialista en Derecho Constitucional y profesor universitario afirma que eliminar el proceso de descentralización: “No sólo excluye la promoción de liderazgos sanos en las regiones, sino algo más grave, asfixia a Estados y Municipios y por consiguiente el Estado se convierte en centralista, autoritario y por añadidura militarista.

Del discernimiento efectuado por nuestros entrevistados se puede concluir que el actual gobierno ejecutivo y legislativo, no apoya la descentralización tal como fue aprobada en la constituyente y por el contrario lo que auspicia es un Estado centralista y autoritario como han coincidido las tres personalidades entrevistadas.

Ahora bien, es probable que en el pasado reciente la descentralización no haya sido lo suficientemente efectiva, inclusive, hasta por el poco tiempo del que se ha dispuesto para consolidarla; pero de lo que no cabe duda es, que un número importante de ciudades y estados presentan otra cara a la luz de esa realidad.

La sola idea de volver al centralismo, en honor a la verdad, da miedo, porque según lo que uno observa, es que la desidia, la ineficiencia y la corrupción pareciera ser lo que prevalece. Y eso no es lo que los venezolanos nos merecemos.

Así que de nosotros dependerá que volvamos al centralismo, aunque se nos trate de vender otra manera de participación más directa que uno no le encuentra ni pies ni cabeza.