En pro del crecimiento espiritual (II/V)

Debemos saber aprovechar cada momento que se nos da de permanecer con vida en la dimensión en que nos encontramos y aprovechar al máximo la oportunidad de evolucionar, especialmente en lo espiritual, cultivar nuestras virtudes que alumbran nuestra llama interna permitiéndonos ver con claridad la senda por donde debemos transitar. No olvidemos que somos luces y energía en constante transformaciones.

• Aquel que se cultiva así mismo de acuerdo con el Tao, debería disipar las quejas y tener una mente abierta, renunciar a la naturaleza física a favor de su Naturaleza original, poner en práctica la igualdad, expulsar la avaricia, conservar un corazón satisfecho, cambiar la mente violenta, crear un corazón indulgente, no ser tacaño, tener un corazón generoso, renunciar a los caminos del mal y expandir su corazón virtuoso.
• En el camino por esta vida, la confianza es la mejor compañía, la provisión más dulce y la más grande riqueza.
• La confianza ayuda a soportar todas las cargas pesadas, nos guía en el camino correcto e iluminado y nos permite enfrentarnos a verdaderas dificultades.
• La confianza tiene el poder de desafiar la tentación dándonos fuerza para combatir a través de largos períodos de pruebas.
• La dificultad es la benefactora del éxito así es que deberíamos sentirnos agradecidos por las dificultades en vez de quejarnos por ello.
• Todo lo que sucede tiene su causa y efecto. Así que, ¿qué son causas y efectos? Causa es sembrar la semilla de bendición o de desastre. Efecto es cosechar lo que se ha sembrado.
• La cosecha, (premio para las buenas obras, retribución por las malas obras), puede dividirse en dos clases: una es llamada pago al instante, (saliente), lo que se refiere al pago o castigo que uno recogerá durante su vida presente; la otra se llama pago con retraso, (latente), que se refiere al pago o castigo que uno recibirá en vidas futuras.
• Evitar cometer los siguientes males: Matar, robar, ser obsceno, ser arrogante, chismoso, crear problemas entre las personas, usar lenguaje abusivo, profanar, avaro, ira, enojo y malos pensamientos.
• Obedecer las cinco prohibiciones: no matar, no robar, no ser obsceno, no alardear, no tomar alcohol o comer carne.
• Cultivar las cinco virtudes: Benevolencia, rectitud, corrección, sabiduría y fe, (u honestidad).
• Practicar la misericordia y virtud todo el tiempo, evitar dejarse dominar por los egos, deformaciones que den paso a contaminaciones que deterioran la evolución del espíritu.
• Tener una larga vida y tener bendiciones es el resultado de haber cultivado virtudes.
• Aboliendo el concepto de vida y de muerte podemos convertirnos en un verdadero iniciado en la transformación y evolución de nuestro espíritu divino.
• Aquel, cuya ambición no sea afectada por la gloria es uno que ha dado un buen paso en pro de su evolución.
• Aquel que no es influenciado por la tentación de riqueza y de alta posición se le puede llamar sabio.
• Se debe poner en práctica la igualdad, equidad, expulsar la avaricia, conservar un corazón satisfecho, cambiar la mente violenta, crear un corazón indulgente, no ser tacaño, tener un corazón generoso, renunciar los caminos del mal y expandir su corazón virtuoso.
• Nada es más poderoso que una persona que actúa desde su verdadera conciencia, y de esa manera ayuda a que nazca la conciencia colectiva. No importa lo que digamos, sino como vivimos y es la integridad de nuestro propio ser y el alineamiento de nuestro propio espíritu.
• Cuando está muy oscuro en la habitación, no podemos ver ningún sucio en la mesa y pensamos que está limpia. Para ver donde está el sucio, una condición importante es la iluminación. Sin la luz en nuestro corazón, no podemos ver en donde están nuestras imperfecciones. Cuando una persona verdaderamente descubre dónde están sus errores, es ya una persona que conoce su corazón. Ha comenzado a iluminar su corazón.
• Corregir nuestras faltas, es el comienzo de la sabiduría. Para corregir el error, debemos cultivarnos.
• Nosotros usualmente medimos y juzgamos nuestros actos de acuerdo a los principios de nuestra verdadera naturaleza. Para ello debemos cultivarnos y ayudarnos con el Tao.

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