Es difícil confiar en la economía de Venezuela

Un informe preparado por Jefferies, banco global de inversiones de Estados Unidos, ha advertido sobre las dificultades para creer en la economía venezolana

El texto confidencial para sus clientes, al cual tuvo acceso Quinto Día, dice en su resumen:

Jefferies, Estrategia de Mercados Emergentes

América Latina: Visión estratégica al día

Se ha convertido en un ejercicio sombrío el monitorear el creciente diferencial entre la tasa de Simadi y la tasa del mercado negro. Dicha disparidad seguramente limitará la dimensión del ya marginal mercado de Simadi.
A la vista de un nuevo régimen cambiario fracasado, declina la confianza en que las autoridades venezolanas podrán recomponer la economía, en respuesta al impacto petrolero.
Todo ello traslada la atención hacia las opciones de financiamiento, y al debate sobre la oportunidad de la cesación de pagos o default.

Es difícil tener confianza en el manejo de la política económica venezolana, después de tantas medidas fallidas, especialmente si se considera la severidad del shock petrolero y las distorsiones macro-económicas. Es otro golpe negativo a la confianza el nuevo fracaso cambiario, luego del lanzamiento del Simadi. Ahora existe un creciente diferencial entre la tasa Simadi y la tasa del mercado negro, lo que seguramente hará declinar el suministro de dólares a Simadi, dado el desplazamiento de la oferta de dólares del sector privado hacia el mercado paralelo. El suministro de dólares a Simadi ha sido marginal, representando solamente entre el 0,65% y el 1,8% del total de transacciones cambiarias, y la tasa del mercado negro está elevándose. Así mismo, la invariabilidad de la tasa Simadi no sugiere que se trate de una tasa de libre flotación.

¿Por qué se lanzó este mercado sin el ofrecimiento de dólares provenientes del sector público? Ello no inspira confianza en la disposición de reformar la economía en respuesta al shock petrolero, y rebaja las expectativas acerca del ajuste de los precios de la gasolina. Se necesitaría un extraordinario compromiso político para eliminar los subsidios a la gasolina, y aún ello, por sí mismo, no sería suficiente para cerrar la brecha financiera externa, sin recomponer el sector eléctrico y sin reducir el consumo de diesel. El enfoque gradual que sólo incluye cambios que sean políticamente aceptables, no resuelve las distorsiones macro-económicas.

La respuesta autocrática sirve de contención a las presiones sociales y políticas pero, desafortunadamente, perpetúa un régimen político que no está dispuesto a realizar los ajustes necesarios para la sustentabilidad de la deuda. Nosotros todavía podríamos caracterizar una solución que incluiría financiamiento directo por uno o dos años, que podría permitir un lento ajuste de los pasivos (importaciones y salida de capital), o el aumento de los activos (mayor producción petrolera). Esto sólo significaría una aproximación gradual a la reforma de la economía y a su financiamiento. En el presente se especula acerca de bursatilizar las reservas de oro, pero hasta 1,5 billones de dólares, y no hasta 2,8 billones, lo que aumentaría la brecha financiera de este año. No hay transparencia en el inventario de los activos externos y, más importantes, de los activos líquidos y convertibles. Todo ello hace difícil el apreciar con convicción la oportunidad -timing- para el default. Nosotros aún no identificamos suficientes fondos para el financiamiento externo de la brecha en este año. Tampoco podemos descartar la posibilidad de que aparezcan recursos inesperados que quizás ayuden a sobrellevar las voluminosas amortizaciones de octubre/noviembre del 2015. No obstante, luego de revisar a fondo las posibles fuentes de financiamiento para el 2015, queda una enorme brecha para el 2016.

Fuente: http://mobile.quintodia.net/noticia/ver/33888