Es el momento de darle más importancia a la Teoría Situacional o de la Contingencia

A la Teoría Situacional o de Contingencia se le ha atribuido la expresión de que ¨no hay nada absoluto en las organizaciones, ni en la forma como éstas se administran¨, porque todo es relativo y usualmente dependen de más de un factor, lo que da lugar a los  fenómenos multivariantes. 

La traemos a colación por el hecho de que las actuaciones o comportamientos de los agentes económicos, políticos y sociales del país, han generado un nivel tan alto de incertidumbre y desconcierto, que nadie ungido de racionalidad en este país puede seguir comportándose de la misma manera que en años anteriores y  menos los empresarios, bien sean pequeños, medianos o grandes.

Lo que, a muy ‘grosso modo’, cabría rescatar de la teoría de la contingencia, es que la misma reconoce la complejidad que rodea, no solo a las organizaciones modernas, sino a todas. Y que, por tanto, comprende las relaciones que se establecen entre las variables relevantes, al entorno de la organización y los conceptos y técnicas administrativas apropiadas, capaces de orientar hacia la consecución de metas y objetivos.

Bajo las premisas anteriores, se puede afirmar que  la teoría mencionada comprende uno de los enfoques  pertinentes para el abordaje de los problemas o situaciones adversas que pueda estar enfrentando la organización, dado el uso que se hace de las variables ambientales y administrativas, que es sabido  no son las mismas para todas las empresas.

Para cualquier situación se debe disponer, en primera instancia, de un ¨análisis situacional¨ que le permita a la gerencia  identificar sus verdaderas fortalezas y debilidades. Pero también, que la organización disponga de una estructura que permita captar los mensajes de las amenazas y oportunidades que el ambiente exterior le está enviando.

El conocimiento y comprensión de los factores mencionados, permitirá a la empresa formular los escenarios o pronósticos, que se desencadenarían de las situaciones diagnosticadas. Con esa información, se reposicionan los nuevos objetivos si  fuera el caso, y se procede a formular las estrategias que permitan atacar las causas y de ese modo prevenir las consecuencias.

En resumen: Pudiéramos decir, que la corriente contingencial establece una interdependencia causal entre las organizaciones y los factores externos. Mientras mayor confluencia de factores incida en la estructura organizacional, mayores riesgos debe afrontar la organización por los cambios suscitados en su entorno. Por tal razón, la formulación de los escenarios posibles, obligaría a la organización a desarrollar estrategias más adecuadas a la situación considerada.

Lo que cabría preguntarse a continuación, es: ¿Si los empresarios nuestros están preparados para esa contingencia de factores que los amenazan?

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