¿Estaremos importando comida descompuesta para el reprocesamiento de alimento animal?

Desde hace algún tiempo se vienen denunciando irregularidades en la compra-almacenamiento-distribución de alimentos en el puerto de Puerto Cabello. La prensa ha denunciado que miles de kilogramos fueron encontrados el pasado año en mal estado, unas fueron incineradas, otras enterrados y no sabemos cuantos más desaparecidos para ocultar así las cantidades definitivas.

De nuevo este año, se han hecho denuncias al respecto y justo la semana pasada se repitió la misma situaciòn en Carabobo. El ministro Osorio aclaró (sic) “que la comida descompuesta tenía como objetivo su utilización en el reprocesamiento, y destinada al consumo de bovinos, porcinos y pollos”. Cabría preguntarse entonces ¿cuánto cuesta esa comida para animales? ¿Será una buena decisión, importar alimentos dañados o próximos a dañarse, pagar traslado, aduana, almacenamiento y demás impuestos del puerto, para después reprocesarlos como alimento animal?

Pareciera que, en la mayoría de los casos, los alimentos se descomponen por no tener un sistema de refrigeración ni distribución adecuados. Todo parece indicar que esa es la situación, por cuanto se encontraron salchichas y mortadelas con fechas de vencimiento de diciembre de 2011 y enero de 2012.

Según información aparecida en la prensa carabobeña, la Gerente de la red de distribución de Mercal en Guacara, tiene una respuesta similar a la del Ministro: “parte de esa comida sería reprocesada para la elaboración de harina destinada al consumo animal”.

La capacidad de asombro del venezolano pareciera no tener límites, cuesta creer que la comida importada para animales, sea más económica que la producida en el país. Y además, utilizar dólares preferenciales para importar alimentos con estas características no luce muy razonable que se diga.

Si, efectivamente esos alimentos no fueron importados ya descompuestos, ¿còmo es que no se distribuyeron entre las personas más necesitadas en nuestro país? Eso estaría significando aparentemente, un alto grado de ineficiencia de los funcionarios o de la red de distribución.

Es conocido por todos, el proceso por el cual ha pasado este incidente, y a pesar de la cuantiosa cantidad de dinero involucrada en el manejo de este negocio, supuestamente, los pocos culpables de estos hechos, están libres bajo fianza, según información periodística.

La impunidad pareciera reinar por todas partes. No es nada difícil cometer actos ilícitos y no recibir castigo. Estas situaciones cada vez se harán más frecuentes, si no hay culpables con sanción.

Pareciera evidenciarse, que el país está urgido de más sensibilidad y transparencia en la conducta de sus funcionarios públicos y que no se puede improvisar con los recursos y menos con los alimentos de los que menos tienen.

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