Exceso de higiene

Redacción. El exceso de higiene puede ser perjudicial para la salud. Así afirman científicos de importantes laboratorios y centros de investigación, profesionales que han seguido desde hace más de veinte años la progresiva evolución de enfermedades relacionadas con la piel, las alergias y el asma.
La pulcritud excesiva puede convertirse en un enemigo aún peor que los agentes bacterianos para la salud ya que el uso de productos para la higiene con fórmulas de eliminación bacteriana puede provocar la aparición de nuevos y más resistentes organismos infecciosos.
El menor contacto con sustancias bacterianas debido a la ‘obsesión’ de la sociedad actual por la limpieza y la desinfección, como explica Carlos Colás, jefe del servicio de Alergología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, distorsiona el sistema inmunitario de los individuos, “que en los países industrializados no madura igual que hace años, cuando se estaba en contacto continuo con las sustancias naturales del medio”.
La mayor parte de los expertos coincide con el alergólogo en señalar que la “práctica de esterilización” en que se vive en los países desarrollados es más un perjuicio que un beneficio para la salud. Así, un reciente estudio italiano recalca la importancia de estar en contacto con bacterias desde la infancia, ya que es básico para el desarrollo del sistema inmunológico de los niños.
Colás indica que estas sustancias, que muchos creen nocivas, son en realidad imprescindibles para generar los anticuerpos que se necesitarán a lo largo de la vida para combatir las enfermedades. De igual forma advierte que el exceso de higiene entre los adultos puede provocar problemas, y en el caso de los niños puede llegar a distorsionar la respuesta inmunológica de estos. Prueba de ello es el aumento de casos de alergia y asma entre pequeños que no superan los diez años.
Exceso de sustancias artificiales
Un estudio reciente, relacionado con el tema de las alergias, publicado en el Journal of Alergy and Clinical Inmmunology, cuyo autor destaca la relación existente entre el consumo de asfalto y el aumento del asma bronquial entre la población.
Según asegura el estudio, la continua desaparición de suelos de origen animal (como los suelos de tierra), en favor de pavimentos que tienen menor contenido bacteriano (como el asfalto) da lugar a que el sistema inmunitario revierta sus defensas ante otros problemas, como la lucha ante diversas partículas que se encuentran en el ambiente.
La consecuencia es que se produce una reacción inmunológica, en este caso patológica porque supone una enfermedad, el asma bronquial. “Este estudio no hace más que constatar que el hecho de vivir en medios tan asépticos”, asegura el alergólogo del hospital Lozano Blesa, “debilita las defensas y bloquea la lucha del sistema inmunológico contra los agentes patógenos foráneos”.
Consecuencias en la piel
La higiene excesiva también incide sobre la epidermis, especialmente en el mundo desarrollado, donde según asegura José Luís Díaz Pérez, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, y Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Cruces de Baracaldo, se considera la higiene como un símbolo de categoría social.
De este modo, “el hecho de que la mayoría de la población del llamado Primer Mundo pertenezca a la clase media ha llevado aparejado un aumento de higiene, un exceso que en la actualidad ha tomado proporciones exageradas”, asegura el dermatólogo. Esta costumbre de lavarse en exceso afecta a todos los individuos aunque no de igual modo, ya que en gran parte las consecuencias dependen del tipo de piel, además de la edad y la predisposición genética, según indica Díaz Pérez.
Los niños son más propensos a sufrir problemas en la piel. Los baños demasiado largos o continuos en bebés favorecen la aparición de dermatitis entre los más pequeños. El baño del bebé durante su primer año de vida no precisa del uso de jabón, y en todo caso los expertos recomiendan utilizar la mínima cantidad de jabón suave, exento de detergente.
Las pieles secas y sensibles tienen más predisposición a padecer dermatitis por exceso de aseo, ya que tienen menos grasa que las proteja. Un exceso de sequedad puede provocar la aparición de fisuras o grietas (eccema craquelé), que pueden llegar a infectarse.
En tal sentido, los expertos en el cuidado de la piel, recomiendan tener en cuenta:
· Ducha diaria. Lavarse una vez al día es suficiente para estar limpio. Es mejor ducharse que bañarse para no resecar la piel. El aseo diario debe incluir el lavado que más olor y suciedad generan, en las que se debe usar jabón sin excederse. Para limpiar el resto del cuerpo, el agua es suficiente.

· No abusar del jabón. Los efectos del agua y el jabón, que contiene pH alcalino, incrementan el riesgo de un deterioro aún mayor. El pH ácido de la piel (4,5-5,5), que forma un manto ácido que impide el crecimiento de bacterias nocivas, se ve alterado. El jabón y otros agentes limpiadores están compuestos, además, por elementos tensoactivos (naturales o sintéticos), que son los encargados de retirar la suciedad o residuos de la piel. Sin embargo, también retiran la capa de lípidos normal del cuerpo, disminuyendo la capacidad de la epidermis para actuar como barrera protectora. Se recomienda el uso de agua tibia y agentes limpiadores suaves para mantener el manto ácido. Los agentes limpiadores sin detergente (o con detergente sintético) son más suaves que el jabón detergente, porque contienen tensoactivos sintéticos (los no iónicos tienen una toxicidad menor) que disminuyen las complicaciones asociadas al jabón.

· Y por último, es importante prevenir la sequedad e hidratar la piel seca, para mantener su integridad. El establecimiento de una rutina de hidratación de la piel, especialmente en ancianos, se puede considerar una intervención de prevención muy importante. Las cremas hidratantes hay que aplicarlas procurando su total absorción. Disminuir el uso de algún tipo de alcohol en la piel, como son colonias, artesanales o no.

Tomado de Consumer Eroski (Por María Álvarez)