Fracaso magallanero y otros más

Viendo los primeros juegos de la temporada del 2008, nos dimos cuenta que el Magallanes, tendría otro fracaso; en uno de ellos, notamos jugadas infantiles que promovieron las pérdidas de juegos: un jugador en segunda base, el bateador de turno, batea roletazo de frente a la tercera base, quien espera al corredor de segunda y lo pone fuera de calle; con un batazo de frente el corredor debe esperar en la base. Otro, corredor en primera, cuenta del bateador, 3 bolas y un strike, el lanzador descontrolado, sin embargo, el corredor intenta robar segunda y es puesto fuera; luego de deslizarse, regresa el corredor a su cueva y se nota que el pantalón esta desgarrado, no aguantó el roce con la arena, por lo podrido del uniforme. Esos aspectos, más la guerrilla por hacerse de la dirección del club, fomentada por el Ejecutivo carabobeño, contribuyeron a este rotundo fracaso, en que el equipo carabobeño no pudo clasificar.

Antes del inicio de la campaña, se presentaron dos directivas: la original y una presentada con gente que pretendía hacerse de la dirección, esta última promovida por el propio Gobernador, la lucha encarnizada entre las partes, no permitió una buena estructuración de la organización, necesaria para que todo marchara con una buena gerencia y lograr objetivos, precisos y necesarios para ejecutar una buena campaña deportiva.

Todo lo contrario, luego de varias escaramuzas, las partes acordaron una tregua; formando una dirección con gente de ambos bandos, pero sin el debido mutuo respeto y el diálogo conciliador, lo que sugería que era un año, con nubes tormentosas, sobre el horizonte del equipo que mayor afición tiene en Venezuela, ya en una oportunidad, el propio Chávez, le espetó al Gobernador que dejara tranquilo al Magallanes; eso fue durante la campaña pasada, y hoy vuelve por sus fueros: tratar de imponer su voluntad, y por lo visto, he ahí el resultado: un equipo desplazado de la campaña y una fanaticada defraudada.

Luego, una solución que partió de la Directiva, fue la de destituir al manager, Alfredo Pedrique, quien muy dignamente se retiró, aludiendo que siempre es el director deportivo, quien carga con la culpa; es lo más fácil de afrontar, sin tomar en cuenta, que la mayor carga de culpabilidad en el fracaso, fueron las querellas internas de la Fundación.

No es una sola muestra. Con las empresas que ha enfrentado la Gobernación carabobeña, la semana de fin de año ocurrieron 40 muertes violentas en el Estado central, la guerra entre las bandas, el alcohol, el atraco a mano armada, el asalto a personas y entes comerciales, hacen de la suya en la población, sin que la Seguridad estadal le ponga coto a este desbarajuste, que hace de Carabobo una de las entidades, con mayor inseguridad en la Nación.

Los cuerpos de seguridad, policía municipal, estadal, DISIP, y lo que sea, es dar vacuas explicaciones, incontables ofertas de protección, estadísticas amañadas; pero mientras tanto, el pueblo se desangra, los hospitales y morgues amanecen apretujadas de cadáveres, producto de la inseguridad y la falta de apoyo del Gobierno.

Pero no sólo con estos dos ejemplos podemos exponer la mala Administración estadal: ahí vemos cómo la salud del pueblo soberano, principalmente el infantil, viene resistiendo por si sola a los embates de las enfermedades, como el dengue. Esto ha hecho que los habitantes sientan temor por su vida, porque el Gobierno, propio para resolver los problemas de salubridad, no tiene la voluntad, ni los recursos para enfrentar las secuelas malignas de una enfermedad que ya ha superado los esfuerzos públicos y privados.

Al contrario de buscar soluciones, niega que esto este ocurriendo, que es producto de una mala acción mediática, lo que hace que decenas de vehículos, pinte sobre el vidrio trasero: “Dengue en Carabobo 100%”, y las autoridades no reaccionan positivamente ante la magnitud del problema. Para colmo, una nota periodística anuncia que la lepra, una fea enfermedad, no ha desaparecido del ambiente carabobeño, es como para echarle más leña al fuego.

Otro problema que donde se deben tomar medidas drásticas, es el tránsito vehicular, el cual se ha tornado demoníaco en el centro de la ciudad; no hay calles ni avenidas con libre tránsito, todo está vuelto un pandemonio; los conductores y pasajeros, que entran en una interminable cola, sufren de los nervios al no encontrar salida expedita que los lleve a su trabajo, o de regreso de su hogar, o hacer cualquier diligencia en oficinas públicas, privadas o gubernamentales; nadie le garantiza que usted pueda resolver un asunto en una hora determinada, y si la puede hacer, puede estar seguro que una segunda diligencia no la podrá lograr hacer, debido a lo intricado del tránsito automotor.

Hace unos meses, algunos concejales mencionaron ciertas recomendaciones al respecto, en combinación con otras autoridades, para luego ser abandonadas sin ninguna solución eficaz, por lo que este nuevo año, se tiene la esperanza, que las autoridades competentes, tomen en serio, que el problema del tránsito es una molestia para de salud mental, y si no quieren ampliar el centro de tratamiento para la insania físico mental o centro psiquiátrico, tienen que abocarse de inmediato a solucionar la difícil situación, que molesta a toda la ciudad valenciana.

Las recomendaciones de este vecino valenciano, es la práctica del día de parada, una vía expedita para los conductores para que transporten a vecinos a sus centros de trabajo y, luego, el regreso a sus hogares, una especie de pool de carros, además del arreglo de las avenidas y calles, terminar la construcción de varias avenidas, cambiar señales de tránsito y finalizar el transporte masivo, el Metro de Valencia.

Indicios de que el año que recién comienza, junto a la inflación, será terrorífico para todos los residentes de este pedazo de tierra, donde no hay autoridad ni voluntad de resolver los problemas que nos acogotan.

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