Fracaso y Caos en la Cumbre de Copenhague

Así se comenta, que la prensa mundial expone su percepción sobre ella, por ejemplo el diario norteamericano ‘The Washington Times’ ha denunciado el «fracaso» de los dirigentes del mundo para alcanzar pactos, evocando un «día frío para Obama en Dinamarca».

Para ‘The Washington Post’, que hablaba de un acuerdo «carente de ambición», los «gobiernos deben hacerlo mejor». El periódico insta al Senado estadounidense a adoptar la legislación sobre el clima, actualmente bloqueada en el Congreso.

Para el periódico danés ‘Berlingske Tidende’, de ideas conservadoras, «los dirigentes del mundo estuvieron dispuestos, en un momento dado, a concluir un acuerdo, la voluntad que no estaba en la cita». Si bien, «la más caótica de las conferencias debe dar a las Naciones Unidas razones para un gran examen de conciencia», según un editorial de este diario.

Para ‘Politiken’, de centroizquierda, «el fracaso es global, no local». «La realidad es que el mundo no está suficientemente maduro para ser gobernado en comunidad», agrega.

‘El fiasco de Copenhague o los límites del Gobierno mundial’, ha titulado el diario francés ‘Le Monde’, según el cual «la reunión viró hacia el desorden e ilustró la fuerza creciente de China».

El texto adoptado «abandona la filosofía del protocolo de Kioto, que imponía una limitación de reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero a sus participantes», añadía el rotativo.

El periódico portugués de referencia ‘Jornal de Noticias’ subraya: «El sistema de negociación multilateral probado por Naciones Unidas ha resultado un fracaso y no resolverá el problema que amenaza la Humanidad».

«Copenhague nos enseña varias lecciones. China es una potencia con un peso decisivo en la escena internacional, Brasil es una estrella emergente, Europa tiene grandes ambiciones pero poca influencia y Estados Unidos no cambia mucho, con o sin Barack Obama».

En la prensa griega, en conjunto muy negativa sobre los resultados de la cumbre de Copenhague, ‘Eleftherotypia’, de posturas de izquierdas, considera que «los grandes contaminantes del mundo han impuesto en resumidas cuentas en Copenhague, un acuerdo imperfecto que no corresponde en absoluto con las esperanzas de un compromiso mundial para limitar el recalentamiento del planeta».

Se dice que Greenpeace condenó enérgicamente la arrogancia de los jefes de Estado de los países más poderosos del mundo, al presentar un acuerdo ineficaz para combatir el cambio climático en la Cumbre del Clima de Copenhague.

´espanol.news.yahoo.com´. agrega, que el Director Ejecutivo de Greenpeace International, Kumi Naidoo, advirtió: «El mundo se enfrenta a una trágica crisis de liderazgo. En lugar de unirse para garantizar el futuro para cientos de millones de personas, al aceptar un acuerdo histórico que permita evitar el caos climático, los líderes de los países más poderosos del mundo traicionaron a las generaciones futuras y actuales. Evitar la catástrofe climática se ha vuelto mucho más difícil».

A pesar de que el Acuerdo de Copenhague fue aclamado por algunos como un paso adelante, no lo es. De hecho, ni siquiera ha sido formalmente aprobado por la Conferencia de las Partes (COP). No contiene medidas fuertes de reducción de emisiones en los países desarrollados. Es una gran concesión a las industrias contaminantes del clima, especialmente al sector de los combustibles fósiles, que presionó fuertemente para socavar un acuerdo y ahora tiene licencia para seguir contaminando.

La conferencia no acordó un camino a seguir, para establecer un acuerdo jurídicamente vinculante. Aunque las negociaciones continuarán el próximo año, la pérdida de un objetivo «jurídicamente vinculante», hizo de la Cumbre de Copenhague una enorme oportunidad perdida. El mundo tiene ahora que reanudar el viaje en el camino de Bali a México, donde un acuerdo justo, ambicioso y jurídicamente vinculante para evitar el catastrófico cambio climático debe ser adoptado.

Telesurtv.net señala, que el Gobierno de Brasil responsabilizó a Estados Unidos (EE.UU.) de acabar con las esperanzas del mundo y amenazar la vida humana con la imposición de un acuerdo inconsulto, generado por un mínimo grupo de países, a espaldas de los representantes de más de 190 países presentes en la Cumbre de Cambio Climático.

La posición del país suramericano, fue fijada por el ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, en consonancia con el rechazo que otros cinco países mantuvieron, luego de la presentación del documento por parte del presidente de la Cumbre, el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen, el último día de sesión, entre ellos Venezuela, Cuba y Bolivia.

El ministro recordó que Estados Unidos, el mayor contaminador histórico del medio ambiente, fue responsable del «fiasco» de Copenhague, al no haberse comprometido formalmente a reducir las emisiones de GEI y comentó, desde la capital danesa, que «el texto final (de la cumbre) deja mucho que desear, hoy es un día triste, de mucha frustración» y lamentó que «a pesar de todo el esfuerzo el resultado es muy pequeño de cara a las urgencias del mundo».

El acuerdo adoptado en la Cumbre fija como objetivo un techo de dos grados de calentamiento global respecto de la era pre-industrial, lo que fue criticado por muchas naciones, sobre todo las insulares, pues este tope supone el fin de estos países.

Además, aprueba un fondo de 30 mil millones de dólares para los países pobres de 2010 al 2012 y otros 100 mil millones cada año del 2013 al 2020. El texto, según expertos, es de alcance mínimo tras el fracaso de 12 días de negociaciones para suceder en 2012 al Protocolo de Kioto, el único tratado que obliga a 37 naciones industrializadas a recortar sus emisiones de dióxido de carbono.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se declaró decepcionado y dijo que lo ocurrido le recordó a sus tiempos de sindicalista, cuando tenía enfrente a grandes jefes empresariales.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo por su parte que se trató de un acuerdo «antidemocrático», a espaldas de la mayoría, mientras su par de Venezuela, Hugo Chávez, expresó que el texto fue elaborado por «el imperio» estadounidense. Al pie de página, el texto aclara que Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Sudán rechazaron el documento, al considerarlo como un acuerdo de mínimo alcance.

Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) declararon el fracaso de la Cumbre sobre Cambio Climático (COP15) y exigieron a las naciones industrializadas compromisos transparentes con la preservación del planeta y de la especie humana. Los presidentes de Venezuela y Bolivia, Hugo Chávez y Evo Morales, respectivamente, junto al vicepresidente cubano, Esteban Lazo y dirigentes de otras naciones del bloque, apuntaron que para el ALBA y otros países, no hay documento en Copenhague por la falta de voluntad política del Norte.

«Lamentablemente, la Cumbre es un fracaso. Seguiremos luchando para alcanzar los objetivos de salvar el planeta», apuntó el Presidente Hugo Chávez.

Lo cierto, que la 15ª. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP15), dice en sus conclusiones finales que la comunidad internacional debería evitar que las temperaturas aumenten los citados dos grados; pero no se pronuncia sobre cómo hacerlo y quiénes deben llevar el peso. La ONU ha calculado que sería necesario que los países desarrollados emitieran entre un 25% y un 40% menos que en 1990, pero las ofertas anunciadas, todas voluntarias, se limitan a un 17%. No se llega.

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