Hacia dónde vamos en Política Económica

Con motivo de conmemorarse el décimo aniversario de gobierno de Hugo Chávez, él mismo, de manera súbita y sin consultar con ningún sector, decretó el día 2 de febrero, como un día no laborable donde se suspenden las actividades de la banca, empresas y escuelas; y que la medida tiene que ser acatada, tanto por el sector público como el privado. Por tanto, quienes se nieguen serán sancionados. ¿Quiénes son los beneficiarios con tal medida?

Por otro lado, este ha sido un Gobierno que se ha declarado socialista hasta la saciedad y que aspira eternizarse hasta que se le seque el esqueleto. Pero, valdría la pena preguntarse: En estos 10 años, ¿ha sido una década de cambios económicos?; ¿una pérdida de oportunidades?; ¿una década de desarrollo o progreso? o ¿una década de pérdidas? Para responder a estas interrogantes, se presentan algunas consideraciones que permiten explicar las anteriores dudas.

Una primera consideración señala que la actual administración, está basada en lo que se ha denominado Socialismo del Siglo XXI; que no es más que el fracaso del Socialismo del Siglo XX en diversos países del Planeta.

Una segunda consideración es, la semejanza en materia económica con los gobiernos de la mal llamada de la IV República, debido a la excesiva dependencia en materia petrolera; es decir, colocar el acento en la extracción del recurso petrolero con altos precios, lo que estimuló el aumento del gasto público y el menoscabo la diversificación de la economía.

Una tercera consideración es, que el Ejecutivo nacional en esta década, ha recibido la astronómica cifra de 890 millones de dólares por concepto de la renta petrolera. No obstante, hasta la fecha, no se sabe dónde están esa inmensa masa de recursos monetarios y a quiénes ha beneficiado.

Aunado a esto, el Gobierno no se ha tomado la molestia de ahorrar estos recursos adicionales, con la creación de un fondo de estabilización para acumular recursos en los tiempos difíciles, o tiempos de crisis. Pero, ¿qué ha sucedido? La respuesta es muy sencilla.

Como puede observarse, esta película se ha repetido en varias oportunidades. Indudablemente el Gobierno, para resolver su problema, apelará siempre a los ajustes, que significan a la creación de nuevos impuestos, los cuales limitarán la capacidad adquisitiva del venezolano. En síntesis, es apretarse más el cinturón.

Precisamente, otro elemento importante tiene que ver con la inflación. En esta materia el Gobierno se ha equivocado reiteradamente, en el cálculo de sus metas inflacionarias. Todo ello, producto de las distorsiones económicas presentes en el modelo económico. De lo anterior se deduce, por qué Venezuela ha liderado los índices inflación en Latinoamérica en los últimos años y es uno de los países con mayor inflación en el mundo.

Por otra parte, en el país se observa una devaluación de facto, a pesar de que el Gobierno la intenta ocultar. Significa que CADIVI no otorga las divisas a tiempo para la compra de bienes, materias primas, servicios; ante esta realidad, los empresarios tienen que acudir al mercado paralelo para adquirir las divisas.

Dentro de este contexto, en este mercado, las divisas son más caras y superan con creces las divisas del tipo de cambio fijo y oficial. En consecuencia de lo expuesto, inevitablemente esto empujará hacia presiones inflacionarias.

En virtud de lo antes planteado, el escenario del 2009 será por lo demás, complejo y difícil. Se tendrá una inflación por el orden del 40 por ciento, el deterioro de de la balanza de pago, la contracción o desaceleración de la economía, la caída del producto interno bruto, lo que se verá reflejada en el sector laboral, al haber menos oferta de empleos; se prevé un aumento de las tasas de interés, el restricción de créditos, (Palma, 2009, p8). Por ello, en los próximos meses se observará que la situación puede ser más difícil, en caso de que no se tomen los correctivos necesarios para enfrentar la situación.

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