Importancia y Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (Mypes) en Países Periféricos

Definitivamente el surgimiento de la Micro Empresa, en los países pobres es el resultado de la necesidad individual y/o grupal, por la falta de puestos de trabajo y la obligación de proveer un sustento familiar. En su gran mayoría informales, que sumadas a las formales en este rublo, representan una opción muy interesante para el desarrollo personal, familiar y nacional; las mismas que sobrepasan, en forma completamente desproporcionada, a las empresas medianas y grandes, de cualquiera de las sociedades de los países pobres.

Si el Estado, como ente de control y apoyo positivo, con la integración del sector privado, tuviera la oportunidad de poder transformar, agrupar, formalizar y orientar esta fuerza productiva, la situación de los países pobres podría ser revertida en forma casi inmediata, situación que permitiría a las mismas convertir una economía pobre en una próspera, en un tiempo relativamente corto.

Sin embargo, el análisis de realidades sobre este sector de empresas, nos demuestran que no hubo una real intención o preparación adecuada para desarrollarlas y aprovecharlas. En el caso de haber existido este planteamiento, los resultados no fueron efectivos. Este escrito busca dar pautas para corregir los esfuerzos del Estado y sector privado que buscando conseguir este objetivo caminaron en vías diferentes por celos profesionales en algunos casos, falta de conocimiento en otros y no supieron aplicar sistemas de trabajo en forma coordinada como tampoco efectuar los respectivos seguimientos y análisis de resultados, en los momentos oportunos.

También hablaremos de la manera tradicional de esperar que las MYPES, lleguen al sistema, bajo la política del menor esfuerzo que esta representa, método no adecuado para países pobres y que realmente tengan necesidad de transformarse y crecer con desarrollo, a la brevedad posible, para poder generar riqueza.

Siendo necesario en forma inmediata revertir esta situación y salir al medio a buscar y/o crearlas, de acuerdo a necesidades reales sin dejar de lado en el camino, el hecho de tecnificarlas, capacitarlas y, sobretodo, apoyarlas en todos los sentidos.

Todos los países y, en especial, los pobres, tienen la obligación de insertarse en la globalización, mediante el desarrollo de una cultura exportadora, único camino para afrontarla y poder conseguir los beneficios que implican ser parte de un mundo global.

No dejaremos de lado la idiosincrasia de cada sociedad, la misma que lamentablemente no es analizada debidamente por las sociedades desarrolladas, factor fundamental para buscar la superación, dando pautas de desarrollo, instrucción e implementación en las mismas de manera apropiada y entendible para cada uno de los sectores componentes de cada sociedad.

Tampoco podemos dejar de mencionar el cuidado que debe haber, por la parte menos influyente, en cualquier tratado de libre comercio entre las partes, que el mismo no perjudique ni disponga a actuar en contra de los intereses propios del país menos fuerte, situación que se ha podido observar en algunos tratados, por la falta de previsión o análisis obligado por parte de las autoridades competentes o por corrupción de ciertos funcionarios del mismo sistema.

Como punto adicional en el desarrollo y crecimiento de una sociedad, la micro empresa informal representa un peligro constante, que afecta mayoritariamente a la pequeña y mediana empresa al competir en un mercado por precio y no necesariamente calidad, siendo el perjudicado final el mercado y lógicamente el país.

Estoy convencido de que este es el momento oportuno para que cada uno de los países periféricos realicen, en principio, su mejor inversión, incentivando el retorno de sus profesionales que se radican en el extranjero, dándoles los estímulos necesarios y, con la participación de ellos, aplicar los nuevos conocimientos requeridos.

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