Internet y la comunicación social

Las oportunidades y desafíos que se desprenden de Internet para la comunicación social son tan infinitas como ese mundo que va creciendo en la Web. La Red invita a los comunicadores sociales, y también a los medios de comunicación tradicionales, a involucrarse de manera provechosa para sacar partido de esas llamadas nuevas tecnologías de información y comunicación de la mejor manera, con intenciones de permitirse ocupar dignamente un espacio en el que prácticamente todas las áreas son una oferta interesante y atractiva.
Internet incide en la comunicación social al ofrecer no sólo una nueva herramienta para facilitar el trabajo de investigación que supone el buen periodismo, porque nos coloca al mundo más cerca, sino también al permitir un nuevo espacio profesional en el cual desenvolverse y al obligar a la profesión a plantearse una nueva visión de formación.
Internet continúa su fabulosa expansión. En el curso del año 2005 se crearon 15 millones de sitios web. Actualmente existen en el mundo unos 90 millones o más de sitios e Internet cuenta con más de 800 millones de usuarios. Hoy en día es posible abonarse a Internet de alta velocidad por precios que oscilan entre los 15 y los 40 dólares y en Venezuela ni se diga, es muy barato. Actualmente, más del 70% de los diarios del mundo poseen ediciones electrónicas, a todo tipo de textos, e-mail, fotos, música, programas de televisión o de radio, películas, videojuegos, etc.

Existe además el fenómeno de los “weblogs”, característico de la cultura web, cuyo número ha aumentado de manera impresionante en todo el mundo durante los últimos años, y que, con el tono de un diario íntimo, mezclan sin complejo información y opinión, hechos verificados y rumores, análisis documentados e impresiones fantasiosas. Su éxito es tal, que se encuentran en la mayoría de los diarios digitales. Esa avidez muestra que muchos lectores prefieren la subjetividad y la parcialidad asumidas de los bloggers a la falsa objetividad y a la imparcialidad hipócrita de algunos diarios que forman parte de la denominada gran prensa. Por otra parte, la conexión a la galaxia Internet a través de los teléfonos-móviles-multifunciones puede acelerar aún más ese movimiento. De esta manera la información se vuelve más móvil y más nómada. Así es posible saber, en todo momento, lo que ocurre en el mundo.

No se trata de decir de manera airada que Internet y las Tecnologías de Información han afectado o cambiado la comunicación social, porque es evidente que la obligan constantemente a cambiar, así como lo hacen con el resto de las actividades que el hombre desarrolla en el mundo. Así mismo, se podrá afirmar que no se es del club de adoradores de Internet, pero no se podrá desdeñar sus claras virtualidades, y especialmente; la de permitirnos , el intercambio de ideas, que de otro modo sería imposible.
Se trata simplemente de destacar la importancia que tiene hoy el hecho de asumir con responsabilidad la tarea de mirar todas las innovaciones tecnológicas que surgen en el área de información y comunicación desde una perspectiva más amplia, porque es imposible ya mirar desde afuera. Cualquier cosa que se diga al respecto, no es más que un intento de mostrar cómo las tecnologías arropan toda actividad de comunicación, para mejorarla en gran medida, y cómo los comunicadores sociales y los dueños y líderes de medios de comunicación pueden hacer que tales innovaciones y mejoras resulten beneficiosas tanto para los medios tradicionales como para la profesión.
Ya no puede dudarse que los medios de comunicación forman parte de las tecnologías de información y que a su vez, en acción complementaria, mejoran con cada invención que surge en el área. Tampoco hay duda de las oportunidades que surgen para los comunicadores sociales en este nuevo orden mundial que impone la llamada Revolución de Información. Pero como toda tecnología resulta beneficiosa para la humanidad en la medida que el hombre reconoce sus atributos y les da uso en esa dirección, queda en manos de los profesionales de la comunicación la labor de continuar planteando las interrogantes e ir buscando las respuestas.