Juegos Olímpicos versus Juego Político

Cada cuatro años los Juegos Olímpicos de verano, nos llenan de un sentimiento profundo que lo pudiéramos denominar de “Espíritu Deportivo”; claro está que, esta emoción es sólo la punta de un iceberg, en vista que, el verdadero significado que encierra una Olimpiada, va más allá de lo mero deportivo, pues existen algunos factores como: el espíritu de compañerismo, el juego limpio, organización deportiva, marketing, entre otros, que forman un conjunto de principios fundamentales de esta magna cita.

Ahora bien, todos estos principios tienen su razón de ser y, si desde un punto de vista más pragmático, una relativa importancia, ya que el precepto a mi modo de ver, más relevante de los Juegos Olímpicos, es el espíritu fraternal entre todas las naciones del mundo. Esto en teoría significa que, mientras se celebran los juegos, las diferentes naciones, culturas, costumbres y diferencias religiosas o políticas entre países, deben hacerse a un lado. Claro está que, los seres humanos somos muy complejos y que este bello o cándido sentimiento, ha quedado relegado, por la inclusión de manera desproporcionada, de la Política y todo su aparataje, no sólo en la actualidad, si no desde los primeros relatos que se conocen de las Olimpiadas Antiguas.

Es conocido por todos, que el aspecto político se ha hecho presente a través de los años en los Juegos Olímpicos modernos, convirtiéndose con el paso del tiempo, en una especie de protagonista infaltable y difícil de prescindir de ellos. Pero cabe destacar que, la política que se hace presente no es sólo aquella, que se refiere al control antidoping, las reglas de competición, las normas de transmisión, las normas para los atletas; si no aquellas que, como la antítesis del mítico Rey Midas, todo lo que toca lo destruye.

Han sido muchos los capítulos y escenas desastrosas, donde la política ha estado presente dentro de unos Juegos Olímpicos; si bien, unos más intrascendentes que otros, todos forman parte de una crónica que ha marcado y lo sigue haciendo de manera alarmante el “Espíritu Deportivo” Olímpico. A través de la historia Olímpica moderna, numerosos acontecimientos de carácter político han sucedido. Por ejemplo, en los juegos de Munich en 1972, el secuestro y asesinato de varios miembros del equipo israelí marcaron para siempre al movimiento olímpico. En este hecho murieron once atletas, cinco miembros de la banda de secuestradores, quienes afirmaron “actuar en nombre del pueblo palestino” y un policía. En las Olimpiadas de 1980, primeras realizadas en un país comunista, se emprendió por parte de Estados Unidos, la República Federal Alemana y Japón el boicot a los juegos, esto a raíz de la invasión soviética a Afganistán en 1979.

En pleno siglo XXI, donde se supone que el hombre ha conseguido los más grandes adelantos en diferentes áreas tales como tecnología, ciencia y comunicación, es en el aspecto social donde estamos regresando a la era de piedra, pues es cada vez más evidente, las diferencias que nos separan a unos de otros; lo que no deja de salpicar a las Olimpiadas de Beijing 2008. Las recientes manifestaciones en varios países del mundo, por donde ha pasado la Antorcha Olímpica, deja abierta la puerta al fantasma de la duda e incertidumbre, que tiene cualquier hecho relacionado con política en el deporte. Los problemas que se vienen para China, país organizador de los juegos, no son alentadores, ya que la denuncias y condenas que han recibido los orientales, por la violencia y la violación de los derechos humanos en el Tibet, están desarrollando un movimiento que se acrecienta con el paso de los días, dirigido a boicotear, por ahora/i>, la inauguración de los juegos.

Vemos así, que desde que Prometeo escaló el Monte Olimpo y robó al Dios de la mitología griega Zeus el fuego para regresárselo al hombre, como algunos acontecimientos han marcado, para bien o para mal, el desarrollo de los Juegos Olímpicos, que si bien, han estado absueltos dentro del dinamismo político mundial, nunca dejarán de ser -cada cuatro años-, el acontecimiento deportivo más relevante, digno, fraternal y necesario para el hombre.

Dirección-E: [email protected]