¿Jugar o cobrar?…he allí el dilema

No cabe duda que a través de los años el deporte, en todas sus disciplinas, ha evolucionado a nivel tecnológico, médico, físico, entre otros aspectos. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar, uno de los avances más significativos que han tenido las prácticas deportivas, sobre todo el deporte organizado desde hace algunos años, como es el factor económico, es decir: “el dinero”.

La Historia

Desde finales del siglo XIX y principios del XX, cuando ya habían surgido deportes organizados como, el Fútbol en Europa y el Béisbol en Estados Unidos, los diferentes campeonatos comenzaron a ser más competitivos, lo que llevó a los dueños de equipos a considerar la posibilidad de fomentar un negocio rentable y obtener ganancias, bueno, además de ganar prestigio de estos campeonatos.

De esta forma se crea la necesidad de contratar jugadores, o más bien, asalariar algunos de los mejores atletas a tiempo completo, para que jugaran en equipos ya formados; pues debemos recordar que en los inicios del deporte organizado, los jugadores tenían que trabajar en otras áreas, pues toda práctica deportiva se desarrollaba a nivel amateur.

De modo que, para ese entonces, era ilegal pagar un salario a cualquier atleta, ya que el espíritu de los campeonatos o ligas cuando se iniciaron, fue la competitividad deportiva. Claro que ésta premisa no duró mucho; por ejemplo: en Estados Unidos en el año 1857 aproximadamente, algunos equipos de béisbol ya constituidos, pagaban un salario a sus peloteros, no obstante, según los registros de esa época, fueron los Medias Rojas de Cincinati, los que emergieron como el primer club de béisbol con jugadores totalmente asalariados.

Actualidad

Desde entonces hemos visto, cómo el deporte organizado se ha transformado en una gran empresa comercial con diferentes sucursales en todo el mundo; es decir, la FIFA con todas las federaciones de fútbol; la Major Basseball League, la Liga de Béisbol Profesional de Japón y las ligas de Béisbol de América Latina, la NBA, la NFL, entre otras disciplinas; es más, hasta el deporte universitario cayó en la garras del comercio y el mercadeo. Todo esto está creando, desde mi punto de vista, una nueva cultura deportiva en algunos atletas; es decir, además de un salario, también la publicidad y el mercadeo forman parte del contrato. El manejo que le dan los equipos, jugadores y patrocinantes a estos dos últimos aspectos, “que parecieran que son la regla número uno en cualquier estatuto deportivo”, nos hacen reflexionar y meditar si los jugadores de cualquier disciplina piensan así en la actualidad: “¿me preparo mejor físicamente para el campeonato o preparo mejor el físico para la foto?”

Aunque suene un poco exagerado, es un hecho que ocurre en la actualidad -no literalmente por supuesto- pero ya hay algunas historias, tal es el caso reciente de David Beckham, quien firmó un contrato multimillonario con el club Galaxy de la liga de fútbol de Estados Unidos (MLS), por unos doscientos cincuenta millones (250.000.000) de dólares en cuatro o cinco años, y bien, qué importa el tiempo cuando se gana tanto. Este jugador, a mi modo de ver, es un futbolista destacado, más no galáctico como algunos lo han querido hacer ver y que vivió su mejores años con el club inglés de fútbol Manchester. Si bien es cierto, tiene una pierna derecha educada para cobrar tiros libres y hacer pases de profundidad, entre otros aspectos básicos para jugar fútbol; es la mercadotecnia que este jugador genera donde va el aspecto más importante de este. Sus palabras, después de conocerse la noticia de su traspaso al club de los Angeles, fueron: “No lo hago por el dinero, si no porque el fútbol en Estados Unidos ha crecido en estos años”. En verdad el “soccer”, como lo llaman los estadounidenses, ha crecido desde hace diez años; pero no cabe duda que su impulso tuvo más de 250 millones de razones para dejar al Real Madrid, eso y los fuertes rumores de cambios de jugadores que han aportado poco al club blanco en los últimos años.

Esto no ocurre con todos los deportistas. Hay grandes jugadores que, en ciertos casos, pasan desapercibidos a nivel monetario, pero en materia deportiva, siempre dan satisfacción a sus fanáticos. De igual forma sabemos que los atletas deben cobrar por su trabajo y más cuando son estrellas. No obstante, es posible que el jugador piense primero en el deporte que practica, sin desmeritar cualquier ganancia económica y sin olvidarse de que lo mejor que saben hacer es… jugar.