La actividad empresarial pasa por la recuperación del ingreso personal del venezolano.

Para el mejoramiento de los resultados de la actividad económica empresarial en Venezuela,  es necesario que los consumidores y usuarios de los bienes y servicios mejoren su capacidad de compra. Será imposible impulsar la capacidad de compra del venezolano con bolívares cada vez más depreciados frente al atosigamiento de unos  precios dolarizados.

En otras palabras, de lo que se trata es de recuperar el ingreso real de los venezolanos para levantar el consumo y la producción agrícola e  industrial.  Pero esto, no será posible si no hay cambios en el modelo económico y en la conducta  de los agentes económicos que participan en el mismo. De lo contrario, no sorprenda que más temprano que tarde, la crisis, especialmente la alimentaria, pueda rebotar de forma inesperada y con ásperas consecuencias.

Estamos hablando, de que en este momento el salario del 90% de la población es, si acaso un poco más allá del salario mínimo, lo que lo ha obligado a consumir huevos como la principal proteína y a consumir carne molida en vez de otra presentación de carne;  y así, con otros productos. Estos hábitos y conductas son la respuesta a disponer de un sueldo mínimo inferior a 4 dólares mensuales, monto inferior al de países como Cuba y Haití con 30 y 70 dólares respectivamente.

Con los números señalados en el párrafo anterior,  es de esperar, que el consumo y la producción agrícola e industrial hayan disminuido representando una baja en los ingresos de los productores;  pero cómo esperar que sea diferente, si a la gente no le alcanzan sus ingresos ni para adquirir su canasta alimenticia.

Está claro entonces, que es necesario reactivar el aparato productivo industrial, recuperar la producción agroalimentaria en los rubros competitivos, recuperar el tejido comercial y generar empleos bien remunerados cónsonos con la realidad del país. Entendiendo que el sacrificio debe ser compartido y evitar la especulación. Así mismo, será indispensable, generar políticas  que contribuyan de manera rápida a recuperar los servicios públicos que sirvan de soporte al objetivo propuesto.

Es verdad, que las políticas gubernamentales deberían orientarse a apoyar a la industria y a los sectores productivos en general. No a limitar las posibilidades de financiamiento como sucede actualmente y eliminar aquellos controles que retrasan y encarecen las labores de producción y comercialización. Es decir, defender la actividad de los productores venezolanos. Pero tampoco, creer a ciegas que la mano invisible de los manejadores del mercado solucionará el problema. De lo que se trata es de un esfuerzo compartido..