La Banca para Microfinanzas

Guillermo García N. (*) – En la pasada entrega me referí a la nueva dinámica del mundo empresarial y de los negocios que está surgiendo hoy a nivel mundial: Los emprendedores. Ellos están cambiando las estructuras de negocios, las economías y los esquemas de crecimiento y generación de empleo. La pregunta pertinente es… ¿se está haciendo algo en Venezuela para dar apoyo a estos emprendedores?

La Banca para emprendedores

Las microfinanzas crean no sólo un reto para el sistema bancario tradicional, el cual ha tenido que adecuarse rápidamente a ello con mayor o menor éxito; sino que al mismo tiempo abre una oportunidad de negocios interesante y rentable para instituciones financieras especializadas en este tipo de negocios.
Por ser las microfinanzas un sector que requiere una experticia y una metodología particular y de manejo distinto al formal y tradicional bancario; la banca venezolana hasta el momento no cuenta con la amplia experiencia, conocimiento y especialización que poseen otros países latinoamericanos en dicha área, que le haya permitido atender adecuadamente este segmento bastante amplio de la población y que en su gran mayoría no está “bancarizado”.

Mercado potencial

Los clientes de las microfinanzas son todos aquellos emprendedores, empresarios “autoempleados” de bajos ingresos tanto en áreas urbanas como rurales; en la gran mayoría de los casos: comerciantes, vendedores con pequeños puestos, pequeños agricultores, proveedores de servicios, pequeños productores, artesanos, todos con un alto nivel de informalidad. También se incluyen aquí los graduados universitarios y técnicos superiores con proyectos e iniciativas empresariales.

Si a esto le agregamos un estudio reciente, que mide a nivel mundial la voluntad de emprender un negocio a través de un “índice de emprendimiento”, los venezolanos se clasificaron de acuerdo a las últimas mediciones, como uno de los países con el más alto porcentaje de voluntad emprendedora a nivel mundial. Esto reafirma que el potencial de captación y crecimiento de este segmento, para bancos especializados en microfinanzas, es inmenso.

No obstante, que en el país contamos con un buen sistema financiero tradicional, la competencia en esta área de negocios, como es el de las microfinanzas, está prácticamente virgen ya que la banca tradicional no está en su gran mayoría preparada para servir un segmento y área de negocios nueva, y que requiere de manejos distintos a la de la gran banca. En consecuencia, instituciones especializadas en las microfinanzas y en la asistencia a emprendedores tienen un potencial de desarrollo y crecimiento enorme.

El manejo de una institución microfinanciera, requiere de un esquema operacional y de negocios poco convencional, cuando se compara con el manejo de una institución financiera tradicional. Por el hecho de que su nicho de mercado son personas con poca o ninguna relación bancaria, carecen en su mayoría de referencias crediticias y comerciales y de documentación formal; el tratamiento, análisis, mercadeo y comercialización y productos financieros y de inversión requerirá de sistemas, operatividad y políticas que se amolden a las características y necesidades muy particulares de este segmento del mercado.

Es por ello, que un sistema microfinanciero eficiente, rentable y abierto, como sucede en otros países latinoamericanos debe establecerse y ampliarse en Venezuela; y en este sentido, la Superintendencia de Bancos debe cumplir una labor fundamental en la promoción y establecimiento de estas nuevas instituciones microfinancieras, abriendo la participación a nuevos emprendedores financieros con la capacitación profesional, innovación, creatividad y la experiencia necesaria para llevar adelante y con éxito estas iniciativas.

El desarrollo de estas nuevas instituciones debe dársele todo el apoyo posible. Si tomamos los casos de países latinoamericanos como: Colombia, Ecuador y Perú, vemos cómo estos países con menores recursos que el nuestro han desarrollado unos sistemas de microfinanzas bien avanzados y rentables.

En el caso colombiano, por ejemplo, The Woman World Bank ha creado un modelo de negocios extraordinario, rentable y con un alcance en los estratos más bajos y más urgidos de la población. Al mismo tiempo esta institución no solo participa por el lado de los pasivos, sino también de los activos, ya que son instituciones microfinancieras que brindan y ofrecen productos dirigidos a su mercado objetivo, como previsionales, cuentas de ahorro, cuentas corrientes, créditos educativos, de vivienda, líneas de crédito rotatorias, seguros entre otros productos.

Son verdearas instituciones financieras dirigidas al mercado con menos recursos. Esto no significa, que por ello estas instituciones no sean rentables y eficientes. Cuando se les compara con instituciones financieras tradicionales con mucho más capitalización, número de empleados y agencias, vemos a nivel regional que muchas de ellas son incluso más rentables que las grandes instituciones en términos de rentabilidad /activos y patrimonio. Lo que derrumba el mito de que el mercado de las personas con menores recursos no es un mercado atractivo y rentable.

(*) Asesor Financiero

Direcciones-E: [email protected] / @asesorfinaciero

Fuente: http://www.el-carabobeno.com/miscellaneous/impresa/#