La bebé que vino del frío

El mantenimiento de los elementos perecederos para evitar su descomposición, aprovechando el efecto que tienen las bajas temperaturas, se han utilizado desde hace largo tiempo en la historia de la humanidad.

Esto ha traído como consecuencia un desarrollo constante en el campo de la industria de la refrigeración y, por supuesto, el área médica no ha escapado de todos estos avances tecnológicos.
La preservación de órganos, tejidos y células para su posterior utilización, constituye un reto para la medicina y, específicamente, en el área de la reproducción humana es donde, quizá, la investigación en este sentido ha alcanzado su mayor desarrollo.

La Criopreservación, definida como la congelación a temperaturas bajas por debajo de cero, es utilizada para almacenar ovocitos humanos, semen, embriones y tejidos gonadales. En los últimos 30 años han sido aplicados diversos procedimientos de criopreservación existiendo protocolos bien establecidos, los cuales están clasificados como “Congelación Lenta” o procedimientos de Congelación Equilibrada (Elliot y Whelan, 1977 ; Liebo 1986 ; Manssur, 1990), y protocolos no equilibrados clasificados como “Vitrificación”, “Congelación Rápida” y “Congelación Ultrarrápida”.

Todos los protocolos rápidos difieren de los lentos, en que la mayor parte de la deshidratación y la penetración del crioprotector, toman lugar antes de que se inicie la congelación y ésta es usualmente realizada en un sólo paso, donde el espécimen es congelado directamente desde una temperatura mayor de cero grados a temperaturas por debajo de cero grados, entre menos 130 grados y menos 196 grados, que es la temperatura de almacenamiento.

Haciendo un recuento histórico, podemos mencionar que en 1866 Mantegazza propone la congelación del esperma del hombre; pero es en 1949 cuando Polge y sus colaboradores demuestran la acción crioprotectora del glicerol sobre los espermatozoides. En 1953, Funge y Sherman reportan 3 embarazos, utilizando semen glicerado y congelado hasta la temperatura de solidificación del gas carbónico (menos 70 grados centígrados) y, en 1964, se obtienen las primeras gestaciones con semen congelado en nitrógeno liquido (menos 196 grados centígrados). Es a partir de esta fecha que los bancos de semen se generalizan en todo el mundo.

El 25 de Julio de 1978 nace en Inglaterra Loise Brown, el primer ser humano concebido con técnicas de fertilización In Vitro, y el 28 de Marzo de 1984 nace en Australia Zoe (palabra griega que significa vida) producto de un embrión congelado.

La congelación de óvulos utilizables para la reproducción humana, es la técnica más reciente de las antes mencionadas, Cheng en Corea y Trounson en Australia, han sido pioneros en estos estudios, quienes a finales de 1985 reportaron los primeros embarazos a partir de óvulos humanos congelados; pero estas técnicas, hasta el momento, han sido poco aplicadas, pues, gran parte de los óvulos congelados quedan dañados y, por lo tanto, inservibles para la reproducción humana.
Los protocolos de criopreservación rápidos, comienzan a ser evaluados para ovocitos y embriones humanos en los años 80; pero hasta hace relativamente poco tiempo, fueron utilizados ocasionalmente en unidades de reproducción humanas.

Las primeras experiencias con técnicas de vitrificación se realizaron en animales, en el año 1990 Kassai y colaboradores, reportan vitrificación de embriones en roedores, y en el mismo año Yuswiati y su equipo de investigadores lo logran en ganado caprinos; en 1991 Shiewe y colaboradores. en Ovinos; en 1992 Kassai y su grupo en murinos ; en 1997 Vatja y su equipo. reportan vitrificación en bovinos y en porcinos, siendo en 1998 que Mukaida y su cuerpo de investigadores. reportan las primeras experiencias en humanos; mientras que el grupo encabezado por Uberstein en el año 2001. reportan vitrificación en equinos.

Kuwayama y su equipo de trabajo. en Japón en el año 2001, modifican las técnicas de vitrificación e introduce el uso del Criotop para almacenaje de oocitos, reportando ese mismo año el primer embarazo, luego de vitrificación ultrarrápida de óvulos humanos.

Por ser la vitrificación un procedimiento cuyo uso no ha sido generalizado, relativamente pocos clínicos y embriólogos están completamente familiarizados con los términos técnicos usados, específicamente, para los protocolos de Criopreservación Rápida. Esto se ha suscitado en parte, por que mucho de los términos utilizados en Criopreservación han sido adquiridos de la física de bajas temperaturas, química e ingeniería.

Estos procedimientos están diseñados para minimizar los daños causados por formaciones y crecimiento de cristales de hielo. Las soluciones de congelación rápida para ovocitos y embriones, utilizan ingredientes que tienen como objetivo, eliminar las formaciones de hielo, tanto intracelulares como extracelulares.

Los ovocitos humanos pueden ser particularmente vulnerables al daño por congelación/descongelación, durante los protocolos de congelación lenta, porque comienza a formarse hielo intracelular a temperaturas altas (-5 grados centigrados). Las soluciones vitrificantes (libres de hielo), se enfriarán y calentarán en tasas relativamente uniformes.

Altas concentraciones de componentes crioprotectores, hacen que la solución forme un estado similar al vidrio cuando se enfría. Esta “capacidad” constituye la base de protección a la célula viva. Los químicos anticongelación utilizados son: Glicerol, Propanediol, Etilenglicol y DMSO (Dimetilsulfóxido). Éstas sustancias pueden ser tóxicas, por lo cual es necesario el equilibrio de las concentraciones usadas en las soluciones criopreservantes, en cuanto a volúmenes, tiempo de exposición y temperaturas.

Los beneficios tangibles, como ahorro de costos y conveniencia, hacen que la vitrificación reciba más atención/mención que otros procedimientos de enfriamiento rápido. Sin embargo, la supervivencia ovocito/embrión dependerá de todo el proceso criopreservante.

A nivel latinoamericano es el Dr. Elkin Lucena Quevedo, Director Científico del Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (CECOLFES), quien conoce de las bondades de la Vitrificación Ultrarrápida de óvocitos humanos, por lo cual envía a la Dra. Diana Bernal, (Biólogo del equipo de Cecolfes), a la clínica de mujeres del Dr. Kato en Japón para el aprendizaje de la misma, bajo la dirección del Dr. Kuwayama; posteriormente, tiene la iniciativa de traerlos como invitados a la ciudad de Bogotá, para la divulgación, en esta parte del mundo, de sus exitosas experiencias.

A finales del año 2003, Lucena y su equipo de investigadores inician sus experiencias de Criopreservación de óvulos en Bogotá, reportando el primer nacimiento, luego de la fertilización y posterior transferencia de un embrión, producto de una vitrificación y desvitrificación de ovocitos, en Enero del 2005. Posteriormente, el Dr. Luis Arturo Ruvalcaba, reporta a mediados de 2005 en Guadalajara, (Mexico), el segundo nacimiento en Latinoamérica aplicando esta tecnología; y es el 15 de Febrero del 2006, cuando el grupo CEVALFES (Centro Valenciano de Fertilidad y Esterilidad), bajo la dirección del Dr. Antonio Sanoja Breña, anuncia el nacimiento de Margerita, con un peso de 3.300 grs y 53 cms de longitud, en perfectas condiciones de salud, como la primera niña en Venezuela y tercera en Latinoamérica, producto de una reproducción médicamente asistida luego de criopreservación de ovocitos, teniendo así entre nosotros, para la felicidad de todos, a una linda bebé que vino del frío.