La Caída de las Bolsas golpea todos los bolsillos

La crisis financiera mundial en la era de la globalización, debilita las economías

Se ha reducido intempestivamente el capital de los ciudadanos, quienes recibirán menos renta anual o mensual. Los niveles de crecimiento económico bajan, así como los índices de empleo, consumo y de ventas.

La mayoría de la población no tiene claro cómo les afecta –a ellos y al país- este asunto de la baja de los valores que se transan en las principales Bolsas de Valores del mundo. Todos se enteran de las cifras relativas a la caída diaria de los precios de los papeles que se transan en esos mercados -y del pánico que eso genera en aquellos ciudadanos que, se supone, deben entender más sobre estos asuntos-, pero no tienen claridad sobre los mecanismos o los eslabonamientos que relacionan esas situaciones con su trabajo o con el bienestar de ellos o de sus familias. Vamos a tratar de reflexionar un poco al respecto.

En las Bolsas de Valores de todo el mundo, no se transan mercancías propiamente tales, sino que se transan papeles. Se trata de papeles que tienen valor mercantil, porque alguien –una empresa o un gobierno- se ha comprometido a pagar, al cabo de algunos años, ciertas rentas fijas o variables a quienes tengan y mantengan esos papeles en su poder. Esos papeles pueden cambiar de propietarios, es decir, se pueden comprar o vender en esas instituciones llamadas Bolsas, y ese precio de compra o venta es el que se registra diariamente como expresión del alza o de la caída de la Bolsa.

Si el precio de los papeles –llámense acciones o bonos– sube, entonces los propietarios correspondientes se hacen más ricos, pues sus activos han aumentado de valor en el mercado. Si esos papeles bajan, los propietarios correspondientes se hacen más pobres, pues sus activos han disminuido de precio o de valor en el mercado. Se dice que el Sr. Slim, el hombre más rico del mundo, perdió 8 mil millones de dólares en la semana pasada, pues sus acciones de muchas compañías bajaron su valor de mercado. Sin embargo, hasta ahí, ninguna empresa ha dejado de producir, ni nadie ha perdido su trabajo.

Se reduce el Capital

Pero la situación se complica si suponemos que además del Sr. Slim hay viudas y otros ciudadanos que viven de un pequeño capital depositado en sociedades de inversión las cuales, a su vez, lo han invertido en diferentes papeles bursátiles. El capital de esos ciudadanos se ha reducido de la noche a la mañana, y recibirán, por lo tanto, una renta anual o mensual de menor cuantía, lo cual los obligará a reducir o suprimir sus vacaciones o a postergar los arreglos que querían hacer en su casa. Ahí, entonces, la cosa comienza a complicarse, pues estamos en presencia de una reducción del consumo, que cuando afecta a millones de personas, termina por reducir lo que las empresas esperan vender en el mercado. Si se reducen las expectativas de venta, se reducen también los planes respecto a producción y a inversión. También podemos suponer que muchos bancos nacionales o extranjeros tienen inversiones en diferentes papeles que se transan en bolsa. Al bajar el precio de esos papeles, los bancos correspondientes pierden capital, lo cual los obliga a reducir los créditos que otorgan a sus clientes. Esos clientes, a su vez se verán obligados, ante la carencia de créditos, a reducir sus expectativas de consumo o de inversión. Ello lleva a muchas empresas, a su vez, a redimensionar sus visiones sobre el eventual crecimiento de sus ventas en el mercado, lo cual las puede conducir a reducir parte de su personal.

Baja el crecimiento

Todo ello termina por afectar los niveles de crecimiento económico de esa economía, así como sus niveles de ocupación, de consumo y de ventas. Además, es altamente probable, que esos efectos negativos se trasladen al exterior, pues la demanda de bienes terminados y/o de materias primas –de petróleo entre otras- se hará menor, con lo cual bajarán los precios y las cantidades demandadas, y el comercio internacional se reducirá.

Cabe agregar, finalmente, que si el precio de los papeles está bajando, la emisión de nuevos papeles sólo se podrá colocar en esos mercados, si la tasa de interés que se ofrece es mayor que la previamente vigente. En otras palabras: la baja de los precios de los papeles corre a parejas, con el incremento de las tasas de interés en el mercado de colocación de nuevos papeles, lo cual es una situación que también se traslada rápidamente al conjunto del sistema financiero internacional.

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