La Calidad de la Educación Superior Venezolana deja mucho que desear

«El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de
convertirse en un buen ciudadano.”

Platón

Resumen

Las universidades nacionales requieren de transformaciones, cambios en la gestión educativa y todo lo que ella involucra, a fin de evitar que la crisis de la educación superior, tanto a nivel de pre y postgrado se siga manifestando en el escenario nacional, en donde hay un gran deterioro en la capacitación formación de profesionales, especialistas, maestros, doctores, de acuerdo a los requerimientos que el país necesita para afrontar los retos, saber aprovechar las oportunidades y colaborar en pro del desarrollo del país, que deja mucho que decir y más, cuando algo tan relevante, como es la educación, no se le da la importancia que requiere para salir adelante.

Es un hecho cierto, que la educación superior no sólo preocupa a los participantes en el proceso educativo (profesores, alumnos, investigadores y rectores universitarios) y, a los gobiernos y sus agencias, sino también a los empresarios y empleadores que consideran a las instituciones universitarias como centros de capacitación de profesionales de alto nivel y de producción de conocimiento y tecnología esenciales para mantener el ritmo de desarrollo
económico. Por esto, se ponen de manifiesto nuevas vinculaciones de la calidad universitaria con factores de costo-efectividad y costo-beneficio.

La realidad educativa actual obliga a ser analizada y a que se tomen las acciones correctivas que rescate la excelencia académica que se ha perdido en el país.

Palabras claves

Calidad, excelencia académica, capacitación formación, gestión educativa, docentes.

Opiniones, consideraciones, alcance, repercusiones, notas
Las constantes críticas, opiniones que se manifiestan en el escenario nacional, sobre la educación venezolana no puede ser eludida, porque es una realidad que afecta seriamente al país, sobre todo cuando no hay garantía con la capacitación y formación de los profesionales que egresan de las universidades públicas y privadas en sus distintas especialidades.

Deja mucho que decir la ausencia de hacer realidad las políticas que se señalaron en el 2001 de reorientar la educación superior y que abarca:

Estructurar el sistema de educación superior.

Elevar la calidad académica de las instituciones, a partir del fortalecimiento de las funciones de docencia, investigación y extensión, consecuencia del evidente deterioro que presentan muchas de las instituciones oficiales, como también privadas.

Mejorar la equidad en el acceso y en el desempeño de los estudiantes, no descuidando su preparación en su formación, preparación de secundaria.

Lograr una mayor pertinencia social de las instituciones, los programas y los currículos.

Lograr una mayor interrelación con la sociedad y con los otros niveles educativos.

Promover y fortalecer la cooperación nacional, regional e internacional.

Para lograr esto, se creó, como nos lo recuerda María Cristina Parra Sandoval, en enero de 2002, la creación del Ministerio de Educación Superior como ente encargado de la dirección estratégica de la educación superior venezolana, la cual hasta ese momento era responsabilidad compartida entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (Vice-ministerio de Educación Superior) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU), a través de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). Ministerio que ha dejado mucho que decir en todo lo concerniente a su gestión, políticas, logros.

Comenta además, la fuente señalada, que no se llegó a constituir el sistema de educación superior, tampoco se logró elevar la calidad ni la pertinencia social, ni se implementó el sistema de evaluación ni el de carrera académica que hubiesen implicado un logro en el avance hacia la garantía de alcanzar la calidad.

En una reciente publicación sobre este tópico, opina Luís Ugalde (2012 Diario Notitarde), que en Venezuela el presupuesto real por estudiante es bajo y sigue bajando, los profesores e investigadores ganan menos de la mitad que hace diez años, que ya era menos que dos décadas antes. Los homólogos universitarios de otros países de nuestro nivel ganan más y también los profe4sionales equivalentes fuera de la universidad.

Todo ello conlleva a que cada vez hay menos posibilidades de que la Universidad retenga los mejores talentos del país dedicados a la investigación y docencia universitaria.

Se olvida, señala el exrector de la Universidad Andrés Bello, que la educación integral y de calidad para todos (Art.103 de la Constitución) es la batalla que Venezuela debe ganar. Tiene con qué, pero la falta de conciencia de que en educación estamos más o menos bien hace que la calidad (sobre todo en los pobres) no ocupe el lugar prioritario que se requiere, ni tenga la verdadera preferencia exigida en la constitución.

Agrega, que hoy la calidad es peor. Hay evidencias que señalan: como las continuas protestas de los profesores, maestros por el pago efectivo del pobre salario. Cercano al mínimo; entre los jóvenes, el ser educador no es una opción preferente, sino marginal y para los que tienen cerradas otras puertas.

Por su parte, para el secretario de la Universidad de Carabobo (2012), su opinión es muy preocupante, cuando manifiesta, que las deficiencias en la educación venezolana representa un plan orquestado, malévolo del Gobierno en provocar la dominación a través de la educación.

Agrega, que todo parece indicar, que no intervenir en educación, no es el fuerte; ello indica, que no tiene mucha importancia para los gobiernos que carecen de visión de fututo. Lo cierto, que la formación, capacitación de los profesionales que egresan de las universidades es de baja calidad, de poca excelencia académica, afectando seriamente al país en su desarrollo, en la utilización correcta de los profesionales que egresan en sus diferentes especialidades.

No pueden las universidades, anclarse con el mismo pensum académico, programas, currícula, en donde muchos cursos no se han actualizados, se repiten conocimientos que ya han sido sustituidos y no se manifiesta una renovación de nuevos cursos, de acuerdo a los requerimientos que el presente exige y que generen competencias, que permitan a los profesionales aportar sus conocimientos en pro del desarrollo del país.

Es necesario dar paso a nuevos enfoques, modelos, herramientas, conocimientos, que las ciencias han alcanzado , así ,como tomar en cuenta los logros alcanzado por el desarrollo e innovación de las nuevas tecnologías de tal forma, que permitan interpretar las características de los actuales escenario, colaborando con soluciones, nuevas propuestas a los distintos
problemas que actualmente se dan en el escenario nacional.

Se necesita de docentes avalados de calidad educativa, excelencia académica, formación, respaldada de experiencia, vinculación dinámica, proactiva con el sector empresarial, Instituciones, organizaciones, que necesitan de colaboración, ayuda en pro de afrontar los grandes retos.

Urge desde luego de una política de renovación del personal académico, traduciéndose en acciones de reemplazo académico adecuadas a las necesidades del escenario actual.

Conclusiones

Es necesario rescatar la calidad educativa en las universidades venezolanas, tomar en cuenta, lo que comenta Graells, (2002) que: «La calidad en la educación asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades destrezas y actitudes necesarias para equipararles para la vida adulta.»

No pueden seguir descuidando las universidades su excelencia académica, calidad educativa y no ser reconocidas a nivel nacional e internacional por la excelencia de su producción académica, traducida en la formación integral y calidad profesional de sus egresados, en el nivel de sus servicios y demás actividades, y en un proceso permanente de modernización tecnológica.

Dirección-E: www.carmorvane.com

*Fuentes debidamente señaladas

Docente de Postgrado de FACES. UC. EXATEC