La Complejidad Organizacional

La complejidad es una cantidad extrema de interacciones o interferencias entre un número muy grande de unidades. Todo sistema auto organizador (viviente) hasta el más simple de ellos, combina un número muy grande de unidades. La complejidad también comprende incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios. La complejidad coincide con un aspecto de incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro entendimiento fenomenológico. La complejidad no se reduce a la incertidumbre, es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados.

El problema teórico de la complejidad que trabaja el autor Morín y en la cual se basa este artículo, estriba en entrar a las cajas negras, considerando la complejidad organizacional y la complejidad lógica. La eliminación de la imprecisión, la ambigüedad y la contradicción. Todo progreso importante del conocimiento, se opera necesariamente por la quiebra y la ruptura de los sistemas cerrados, que no tienen dentro de ellos mismos la aptitud de trascendencia. Una teoría sustituye la antigua teoría y, eventualmente, integra a la antigua teoría provincializándola y relativizándola.

La perspectiva transdiciplinaria estará siempre presente en los sistemas y estructuras organizativas como sistemas abiertos que son, básicamente por el carácter radical y poli dimensional de la información. La idea de unidades complejas está dada por un pensamiento analítico reduccionista y por un pensamiento global. La complejidad está en la cotidianidad, no solamente en la sociedad, sino a nivel particular en cada una de las personas. La aceptación de la complejidad individual, es tal, que al ponernos en el centro de nuestro mundo ponemos también a los otros, la concepción del sujeto debe ser compleja, ser sujeto es ser autónomo y al mismo tiempo dependiente. La autonomía humana es compleja, porque depende de condiciones culturales y sociales. Esta se nutre de la dependencia.

El paradigma de la complejidad provendrá del conjunto de nuevos conceptos, nuevas visiones, de nuevos descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a conectarse y reunirse. Es necesario abandonar los programas, hay que inventar estrategias para salir de la crisis; se requiere abandonar las soluciones que solucionaban las viejas crisis y elaborar soluciones novedosas. La complejidad no es una receta para conocer lo inesperado, pero nos vuelve prudentes, atentos. La complejidad requiere una estrategia. El pensamiento complejo, requiere no olvidar que la realidad es cambiante, lo nuevo puede surgir y de todos modos va a surgir.

La empresa en la visión de Morín, también es un organismo viviente; se auto organiza y realiza su auto producción, al mismo tiempo realiza la auto eco organización y la auto eco producción. Las partes están en el todo, pero también el todo está presente en las partes, en su interior. Una parte se auto eco organiza en torno a su mercado, el mercado es un fenómeno ordenado, organizado y aleatorio. Las organizaciones necesitan orden y desorden, no hay recetas de equilibrio. La única manera de luchar contra la degeneración es, la regeneración permanente y de reorganizarse.

Estos hechos plantean consideraciones de cómo hacer para integrar en la empresa las libertades y los desordenes que pueden aportar adaptabilidad e iniciativa, pero también la descomposición y la muerte en si misma. Hay ambigüedad de lucha, de resistencia, de colaboración, de antagonismo y de complementariedad, necesaria para la complejidad organizacional. Mientras más compleja es una organización, más tolera el desorden, Un exceso de complejidades no es estructurante. Las redes informales, la resistencia a la colaboración, las autonomías, los desordenes son ingredientes necesarios para la vitalidad de la empresa.