La palabra comunicación viene del latín que expresa comunicare. Además, que significa en compartir ideas, emociones, sentimientos y otros dentro de un clima de amplia cordialidad y reciprocidad mutua. De lo antes planteado, este término representa entonces apoyar, acompañar, acercamiento.
Ribeiro (2000, p53) señala:”Que la comunicación significa comulgar, que proviene de latín que se le conoce como comunicare que se traduce en compartir, tener en común, ideas, sentimientos y otras actividades”. En fin, de cuenta, comunicar es una acción en común, solidaridad, e intercambio de ideas con los demás personas.
Verbigracia, la comunicación puede observarse, en una pareja de baile en un espacio donde comparten la sala en total armonía y sintonía. Cuando ello ocurre no es fácil determinar quien lleva el paso de la música, quien dirige sus pies. También, se ve en la armonía en una orquesta sinfónica, donde todos sus instrumentos están en afinados y en plena articulación para producir una melodía. Eso constituye la comunicación.
Cuando existe realmente una comunicación entre los seres humanos, en ese instante se dará lugar a la trasmisión de significados mediante el lenguaje, las palabras, el tono de voz, la forma como logras escuchar, la manera como miras y como le presta la atención a la otra persona.
De acuerdo con Luhmann (1991), la sociedad no se compone de hombres, sino de comunicaciones. Por ello, la forma como se realiza la comunicación entre las personas, permite que se encuentre el éxito o fracaso de una relación ya sea en el orden familiar, parejas, política, grupos y de la sociedad en general.
De ahí que, cientos de problemas de altercados, criticas, gastos de energía, malos entendidos, diatribas, conversaciones mal canalizadas y otras en el orbe, son el resultado de deleznables y pésimas relaciones comunicacionales entre los seres humanos. Por lo tanto, más del 90% de los problemas que se producen en el planeta se encuentran vinculados con los contenidos lingüísticos y comunicacionales entre las personas.
Luther King (1954) decía: ¨Que para tener enemigos, no hace falta declararle la guerra a nadie, sino decir lo que piensas¨. Lo que revela a todas luces, la importancia de desarrollar e impulsar una comunicación asertiva y efectiva con los seres humanos para el logro de los mejores objetivos y resultados.
En función de lo anterior, se dan a conocer algunas claves para lograr la comunicación altamente efectiva:
En primer lugar, tienes que decir, de forma sincera y respetuosa hacia la otra persona lo que sientes y lo que deseas comunicar, controlando el estado de ánimo, así como de respirar y contar hasta diez (10) segundos antes de responder.
Para Gandhi (1930), no hay nada mas hermoso que sonreír, cuando una persona espera que tu reacción, sea de forma violenta ante sus agresiones. En palabras mas, palabras menos, se trata de no perder los estribos, ante las distintas situaciones y realidades que ocurren en la sociedad. Recuerda siempre aquella máxima que establece: “Cada quien es esclavo de lo que dice y dueño de lo que callas”.
En segundo lugar, en cualquier dialogo, que ocurra siempre tienes que hablar con la verdad. Según (Juan 8:31), “Jesús la verdad os hará libres”. Igualmente, Bolívar (1812), que la mejor política es decir, la verdad. Por ende, al entablar un diálogo debe ser franco y sereno entre la discusión, es conversar con la verdad y no en convertir el escenario de la discusión en un campo de batalla entre vencedores y vencidos. En un proceso donde exista la comunicación efectiva, no puede haber ganadores, ni perdedores, sino que la consigna es ganar – ganar.
Curiosamente, el ser humano cuenta dos (2) orejas y una boca. De lo anterior, se traduce simple y llanamente que la persona debe escuchar el doble de lo que habla. Por ello, es impostergable la necesidad de escuchar con mucha atención lo que dice la otra persona en cualquier deliberación.
En tercer lugar, una consideración necesaria en la comunicación se traduce en no sacar en el dialogo de las partes, las facturas, las cuentas por cobrar, así como las cosas del pasado. Tampoco conviene en el debate introducir palabras escatológicas denominadas groserías, que contribuyen a soliviantar a la otra persona. Esto lo que hace es enredar mas las cosas.
En este contexto, conviene no culpar a nadie de los problemas que puedan suceder. Uno observa con atención, en la práctica diaria de las personas, como se formulan acusaciones y juicios hacia los demás, de las derrotas y fracasos que se han tenido en la vida. En este sentido, los seres humanos tienen que asumir su responsabilidad por los riesgos que asumen. Lo antes expuesto, se le llama como el “síndrome del enemigo externo”; es decir que todo lo que le pasa en la vida, siempre hay un responsable afuera y nunca se mira en su interior.
Finalmente, procura que en cualquier conversación presentar argumentos convincentes, no para humillar a los demás, sino fundamentalmente para que las personas reflexionen sobre sus actuaciones y comportamientos. En todo caso, no somos seres perfectos, sino que en cualquier momento se está propenso a cometer errores y omisiones. Por consiguiente, surge la frase célebre: “Errar es de humanos y rectificar es de sabios”.
Carlos Blanco; seminarion1@yahoo.es