La confianza no se decreta

Cuando se tiene claro lo que se va hacer en una semana, resulta indispensable llevar a la realidad aquello que anhelamos. Por una parte, ¿qué aprendizajes tenemos de lo vivido?, ¿con qué nos sentimos orgullosos? Y por la otra, ¿qué queremos construir?, ¿cómo queremos que sea esa familia, organización, sociedad o comunidad, con quienes la compartimos?

Para llevar a cabo cualquier proyecto requerimos; relacionarnos, intercambiar, acordar, hacer peticiones, también ofertas, y de manera especial cumplir con los acuerdos. Para ello, es indispensable contar con el otro, en toda su íntegra dimensión, es decir, con sus capacidades y su actitud para llevar, con calidad y de manera oportuna, aquello que se acuerda llevar a cabo.

La confianza no se decreta, más podemos construirla, sea cual sea el rol y el contexto. Demanda que nos fijemos en nosotros mismos antes que en los demás. Requiere un trabajo amplio de auto-observación, estar atento a nuestras conductas y a la congruencia que el pensar, sentir y decir, tienen con nuestra cotidianidad. Exige una conciencia y capacidad reflexiva para con nosotros mismos.
Nos amplía las oportunidades de relacionarnos con el otro, de construir confianza, no sólo con personas parecidas a nosotros, sino en especial con personas distintas, que ven el mundo en forma diferente, y forman parte de ese amplio entramado social. En familia sentimos la confianza para dar el ejemplo, sembrar aquello que consideramos valioso y trascendente.

En la cotidianidad laboral, construir confianza amplía tanto las posibilidades como los aprendizajes. Contribuye a que los colaboradores quieran comunicarse de manera amplia y franca con su supervisor o gerente. Promueve un sentido de cooperación en toda la unidad o el departamento. Auspicia un clima organizacional para que provoque estar allí.

Por ejemplo, la confidencialidad al compartir con otro algo reservado o íntimo, el reconocimiento al respaldar comportamientos provechosos. Al momento de acercarnos al otro y comunicarnos; al dar o recibir un feedback que puede ser vital para el desarrollo conjunto de un proyecto o tarea. A la hora de celebrar, por haber tenido la confianza a lo largo del proceso y al lograr las metas, sin importar su tamaño.

FUENTE: Héctor Caldera Tosta. Director de Imago Consultores
www.imagoconsultores.com