En cuanto a los genitales externos hay que descartar patologías como la inflamación de las glándulas de Bartholino que en ocasiones pueden infectarse y terminar en abscesos que pueden dificultar los tratamientos de reproducción.
En el introito vaginal y en los labios menores puede observarse manifestaciones clínicas del virus del papiloma humano que pueden poner sobre aviso al médico en cuanto al despistaje de patologías malignas tanto de vagina que son muy pocos frecuentes así como del cuello uterino que aún en este tiempo sigue siendo una de las primeras causas de cáncer en la mujer.
La vagina puede ser asiento de infecciones tanto bacterianas como micóticas , por lo que su evaluación clínica, así como la toma de muestras de las secreciones para estudios microbiológicos, nos llevan a un diagnóstico preciso, el cual nos permite identificar el germen causal y, por medio del antibiograma, prescribir el tratamiento adecuado para cada caso en particular.
La inspección del cuello uterino, así como la toma de muestras citológicas de las dos porciones del mismo como son el exocervix y el endocervix, nos permite hacer pesquisa de patologías malignas en esas regiones, que como se comentó anteriormente, continúa siendo el cáncer ginecológico más frecuente en mujeres jóvenes.
Una citología alterada o la observación de lesiones en la superficie del cuello, es indicativo de un análisis más profundo; por lo general, en estos casos se utiliza un instrumento óptico conocido como colposcopio, que actúa como una lupa de gran aumento y permite la observación del epitelio cervical, en busca de imágenes atípicas y, a la vez, facilita la toma de muestras directamente en el sitio de esos tejidos anormales, para su posterior estudio anatomopatológico.
Dentro del examen ginecológico es muy importante conocer la forma, la situación, el tamaño y la contextura tanto del cuerpo uterino como de los ovarios.
Esta información se obtiene, en primer termino, clásicamente con el tacto bimanual y más específicamente, mediante el uso del ultrasonido, el cual puede realizarse tanto por vía abdominal como transvaginal.
Todo examen ginecológico debe complementarse con una evaluación de las mamas, por la acción que ejercen las hormonas ováricas a ese nivel y también, por el aumento de las patologías malignas de las mismas, que amerita un examen profundo de los senos, en toda mujer que acuda a una consulta ginecológica y más específicamente, en aquellas con problemas de subfertilidad, debido a que muy probablemente estas pacientes sean sometidas a tratamientos hormonales, los cuales pueden tener repercusiones en el tejido mamario.
La consulta obstétrica en Infertilidad
Una vez logrado el embarazo, que es el objetivo fundamental en toda unidad de reproducción, este debe ser monitorizado muy de cerca, y nadie mejor capacitado para realizarlo, que el equipo multidisciplinario que las conforman.
Es necesario conocer, sobre la base a los momentos en que se realizan las relaciones sexuales dirigidas, las inseminaciones artificiales intrauterinas, las transferencias embrionarias ó las transferencias de oocitos microinyectados en el interior de las trompas de Falopio, precisar la edad gestacional, hacer diagnóstico precoz de embarazos extrauterinos, del número de embriones obtenidos como producto del tratamiento realizado, el desarrollo del embarazo, sobre todo en los 3 primeros meses de la gestación, la prescripción de soportes hormonales y de medicamentos específicos para mejorar la evolución de los mismos, evitando así rechazos que pueden terminar en pérdidas del producto de la concepción, el tamizaje ecográfico de enfermedades genéticas, y algunas unidades ofrecen la atención obstétrica integral, hasta el momento crucial de todo este complejo proceso, que es la obtención de un niño sano en una madre sana.
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