La contabilidad y los activos intangibles de una organización como factor clave en la era de la información

La diferencia de valores que existe entre los estados financieros y los valores bursátiles de las compañías ha puesto a inversionistas y académicos de todo el mundo a cuestionarse sobre la utilidad de la contabilidad , tanto en las grandes como en las pequeñas empresas. La creciente importancia de los activos intangibles no reconocidos en los balances, atendiendo a las normas contables en vigor, lleva a leer afirmaciones como que la información contable esté perdiendo relevancia (Lev y Zarowin, 1999:2), o que los estados contables actuales proveen de escasa información sobre los intangibles (Lev, 2002 a, pp.1).

En efecto, parece que el sistema contable tradicional ya no logra reflejar el valor de la nueva economía, basada en la creación de activos intangibles tales como el desarrollo de marcas y patentes, la capacidad de innovación, la experiencia y formación de los empleados, entre muchos otros. De este modo, la contabilidad financiera se está alejando de su objetivo suministrar información útil a los diferentes usuarios, con el fin de que puedan tomar las decisiones más adecuadas . Esta es la postura teórica del “subprograma de utilidad para el decisor”, dentro del “programa de investigación económica” (Cañibano y Gonzalo, 1995: 35 y ss), a la que se denomina también “paradigma de la utilidad en la toma de decisiones” (Belkaoui, 1992: 499). En este sentido se pronuncia el SFAC (Statement of Financial Accounting Concepts) nº 1, que en su párrafo 34 indica que los estados financieros proveerán de información financiera útil para la toma de decisiones racionales sobre inversiones, créditos y decisiones similares, a los inversores, acreedores y demás usuarios presentes o potenciales.

Así, ya anticipaban Kaplan y Norton (1997: 15-16) que «el entorno de la era de la información, tanto para las organizaciones fabricantes como para las de servicios, exige tener nuevas capacidades para obtener el éxito competitivo. La habilidad de una empresa para movilizar y explotar sus activos intangibles o invisibles, se ha convertido en algo mucho más decisivo que invertir y gestionar sus activos tangibles y físicos”.

Sin embargo, los intangibles no son algo nuevo; existen desde el albor de la civilización. La actual relevancia de su estudio, surge por una combinación única de dos fuerzas económicas Lev (2001: Chapter 1):

a) la competitividad intensificada por la globalización y la liberalización de sectores económicos clave (telecomunicaciones, electricidad, transportes, etc.)

b) el advenimiento de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, como el caso de Internet.

Atendiendo a su relación con la generación de activos, indica que tres son los nexos con los intangibles: la innovación, las prácticas de la organización y los recursos humanos.
Entre las conclusiones de trabajos recientes, se encuentra la afirmación de que la incorporación de información acerca del capital intelectual indica que las compañías y sus consejeros creen que este tipo de información es importante en el mercado de capitales para la valoración de la firma. La cantidad de información de capital intelectual esta creciendo en la ultima década, con la creencia de que las compañías con mayores intangibles – educación superior, investigación y desarrollo, patentes, etc., tienen una sofisticada y variada información no financiera para reducir el “gap” de información (Bukh, 2003:54).

En este conTEXTo, para que la Contabilidad recupere su importancia, necesita desarrollar nuevas normas de capitalización y amortización de intangibles Lev (1997: 34).
El razonamiento es que si los precios de las acciones dependen tanto de la información financiera como del conocimiento que se tenga de los intangibles, los estados contables convencionales, al no ser capaces de recoger esos intangibles, son incapaces de explicar el valor de mercado. Ahora bien, no todas las diferencias entre el valor de mercado y el valor en libros se corresponde con la existencia de Intangibles; en algunas ocasiones obedece simplemente a las leyes de la oferta y la demanda, más o menos influenciada por algunos factores determinantes , mientras que en otras procede simplemente de la transmisión de información sesgada, o incluso falsa, sobre la realidad o las expectativas. Por ejemplo, en el caso Enron, en su momento más alto, a finales del año 2000, las diferencias entre el valor de mercado y el valor en los libros (por un importe de 64.000 millones de dólares) obedecía a la existencia de un fraude y no a “la existencia de intangibles que de repente se desvanecieron” como algunos llegaron a creer. Como dijo Lev (2002,b:6): “people are not intangibles. This was just fraud, in this case”.

En estos momentos actuales, es importante para las empresas, sean grandes o pequeñas, que comiencen a prepararse para descubrir, identificar, medir y comunicar a sus allegados y usuarios de información, la situación actual de sus activos intangibles. En definitiva se trata de hacer aflorar los intangibles, porque como remarca García-Ayuso (2003:57) la ineficiente valoración de los intangibles determina que la posición financiera de las compañías resulte significativamente dañada para éstas y para sus accionistas.

REFERENCIAS:
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