La crisis alienta las quejas de los usuarios.

Las crisis son un verdadero problema, son caldo de cultivo para generar inconformidad, rabia, desaliento y frustación en las personas y; finalmente se traducen en reacciones adversas tanto para las organizaciones de servicios públicos como para las privadas. Más, cuando la gente percibe que hay por un lado una ineficiencia supina y por el otro una desenfrenada especulación con los precios de los bienes y servicios. Por supuesto, todo eso lo que hace es agravar la situación de inconformidad.

A pesar de que no disponemos de estadísticas confiables en relación a las reclamaciones de los consumidores y usuarios en los sectores en consideración, es lógico suponer que el total de éstas se han incrementado (ver periódicos y otros medios de comunicación en relación a las quejas de los servicios públicos y hable con la gente en la calle para percibir el efecto especulativo del sector empresarial) en comparación al año anterior, epoca en la cual muchos no se imaginaban que vendría el lobo, ni mucho menos con todo y tormenta.

Las organizaciones que prestan servicio público y las empresariales deben percibir, y sino lo han hecho, hagan un análisis por favor, que la gente en su mayoría tiene rabia y que no quiere seguir dejando pasar por alto las arbitrariedades y malos servicios que reciben. Es cierto, que estas quejas hace un año hubieran sido menores en su cuantía. No obstante, el nivel calamitoso que se esta viviendo, permite observar que la gente empieza a perder la paciencia y la típica vergüenza a reclamar aunque sea de boca a boca, ya que no disponemos en este país de un mecanismo de hacer denuncias formales en el sitio donde ocurre la desatención, ni quien le responda por nada de lo que le suceda a la gente.

En este sentido muchas de las quejas se las llevan las ya conocidas organizaciones gestionadas por el sector público (seguridad, electricidad, agua, educación y pare de contar) y por el otro lado, el sector empresarial que con agresivas tácticas de marketing que buscan subsanar su carencia de visión estrátegica han adoptado medidas caracterizadas por la especulación y que solo contribuyen a reducir más, el ya alicaido poder adquisitivo de los consumidores. Sin saber, que estas estrategias son comida para hoy y hambre para mañana.

Sin embargo, desde una perspectiva positiva pudieramos señalar que no todo es malo, ya que a pesar de que muchas de las reclamaciones se producen por la falta de liquidez, también hay que rescatar el hecho de que se comienza a desarrollar una cultura de los derechos de los consumidores y una sensación de que las quejas sirven para algo y no van a un saco roto.