La Década de las Crisis

1.- Crisis de la economía global: El fenómeno de la globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la economía estén interrelacionados entre sí debido a la consolidación de los oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos por lo que la crisis económica será global y vinculante. Para llegar a dicha crisis, (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en el próximo quinquenio), han contribuido los siguientes elementos:

Sustitución de la doctrina económica de Equilibrio presupuestario de los Estados por la del Déficit endémico, práctica que por mimetismo, adoptarán las economías domésticas y las empresas y organismos públicos y privados contribuyendo a la desaparición de la cultura del ahorro, endeudamiento crónico y excesiva dependencia de la Financiación Exterior.

Política suicida de las principales entidades bancarias mundiales, en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo: Inmersos en la vorágine expansiva de la economía mundial del último decenio y en aras de optimizar su cuenta de resultados, actuarán obviando las más elementales normas de prudencia crediticia, convirtiéndose en meros brokers especulativos y descuidando las dotaciones a los Fondos de Provisión e Insolvencia y unido a la falta de supervisión por parte de las autoridades monetarias de los índices de solvencia de las entidades bancarias, originará la crisis de las subprime de EEUU, seguida de un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras.

Brutal incremento del consumo de materias primas y productos elaborados por parte de los países emergentes, debido a sus espectaculares crecimientos de los PIB anuales en el último decenio que coadyuvado por la intervención de los brokers especulativos, ha conllevado una espiral de aumentos de precios imposibles de asumir por las economías del Primer Mundo, (al no poder revertirlas en el precio final del producto dados sus altos costes de producción), y como consecuencia de lo anterior, se ha producido una sensible pérdida de su competitividad, estancamiento de sus exportaciones y aumento de los Déficits por Cuenta Corriente y Deuda Externa, dibujándose un escenario a cinco años en el que se regresaría al proteccionismo económico, con la consiguiente contracción del comercio mundial y subsiguiente finiquito a la globalización económica.

2.- Estrangulamiento de la producción de crudo y posterior crisis del petróleo:

Repunte de las commodities: El repunte generalizado en los precios de los commodities podría reflejar un cambio en la tendencia de las condiciones económicas dentro del escenario mundial y no sólo influye la recuperación del petróleo, sino que también juegan algunos factores coyunturales, como las malas condiciones climáticas (sequías, falta de humedad y bajas temperaturas) que se registraron en las principales zonas productoras del mundo y el regreso de la especulación de la mano de los fondos de inversión.

La OPEP ha revisado al alza su previsión de demanda mundial de petróleo para el 2011 hasta 1,2 millones de barriles al día (mb/d), lo que representa un aumento de 50.000 barriles por día (tb/d) y la previsión de crecimiento económico ha sido elevado desde el 3,8% al 3,9%. convirtiendo a China en el segundo consumidor mundial.

Sin embargo, el estancamiento del precio del crudo en el bienio 2008-2010 (a pesar de los sucesivos recortes de producción por parte de la OPEP) debido a la severa contracción de la demanda mundial y a la huida de los brokers especulativos, ha imposibilitado a los países productores conseguir precios competitivos (rondando los 90) y que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones.

Por tanto, no sería descartable un posible estrangulamiento de la producción mundial del crudo en el horizonte del 2014, al concatenarse la recuperación económica de EEUU y la UE con factores geopolíticos desequilibrantes, como la inestabilidad social en los países árabes productores de gas y petróleo, que podrían desembocar en una acusada reducción de la producción de crudo en dichos países (recordemos que Arabia Saudí es el mayor productor del mundo con alrededor de 9.5 millones de barriles al día), lo que aunado con el incremento de tensiones en el Canal de Suez podría terminar por provocar la interrupción del suministro de alrededor de 2,6 millones de barriles diarios, de los 86,6 millones de barriles que se demandan al día en el mundo.

Todo ello, originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo hasta niveles del 2008 (rondando los 150) que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas, lo que aunado con la aplicación de restricciones a la exportación de commodities de los principales productores mundiales para asegurar su autoabastecimiento terminará por producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial en el horizonte del 2016.

3.-Crisis bursátil:

Posible crash bursátil: La euforia de Wall Street (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras los resultados de los llamados «test de estrés» de las entidades financieras llevadas a cabo por la Administración EEUU y el goteo de datos económicos negativos inferiores a las más pesimistas previsiones, habrían ayudado a la sobreponderación de los brotes verdes de la economía (aumento del 3% del PIB de EEUU para 2010 y notable mejora de resultados de la Banca y Wall Street).
Sin embargo, el seísmo y posterior tsunami y explosión nuclear sufrido por Japón y los efectos colaterales en forma de incontables pérdidas humanas y materiales, (cerca de 10.000 personas y unos 100.000 millones de ), provocaron el crash del Nikkei que se desplomó un 10,55%, obligando al Banco de Japón a realizar una gigantesca inyección de capital cercana a los 200.000 millones de dólares en el mercado para evitar los ataques especulativos que sin duda sufrirá el yen y que obligará a una inevitable subida de tipos y los costes de reconstrucción provocarán que el Gobierno nipón tenga cada vez más dificultades para presentar un plan de recuperación presupuestaria creíble, con el riesgo evidente de una doble recesión en la economía nipona y posterior estancamiento económico, reeditando la Década perdida de los 90.

Ello unido al incesante aumento de la Deuda externa contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado con el hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos meses, (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior), la adopción de medidas extraordinarias como implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria y la devaluación del dólar para estimular las exportaciones podría agudizar el riesgo evidente de estancamiento de la crisis económica.

Ello, aunado con la inevitable depreciación del euro frente al dólar debido a los problemas de Deuda soberana de los países fleco de la Eurozona (periféricos y emergentes), dudas sobre el límite de endeudamiento de EEUU y el alza galopante del precio de los alimentos y del crudo (rondando el Brent los 113 dólares) debido a factos geopolíticos desestabilizantes, podría dar lugar al Double Dip y a episodios de estanflación para el 2012 en la mayor parte de las economías del Primer Mundo y confabulado con el elevado endeudamiento de las empresas, podría producir un nuevo crash bursátil mundial.

4.- Crisis alimentaria mundial

La carestía de productos agrícolas básicos para la alimentación (trigo, maíz, arroz, sorgo y mijo) y el incremento bestial de dichos productos en los mercados mundiales que tuvo su punta de iceberg en el 2007, irá presumiblemente “in crescendo” a lo largo de la próxima década hasta alcanzar su cenit en el horizonte del 2016.Para llegar a dicha crisis, (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse con toda su crudeza al final del decenio) han contribuido los siguientes elementos:

A ello se unirá el incremento del uso por los países del primer mundo de tecnologías depredadoras (biocombustibles) que bajo la etiqueta BIO de países respetuosos con el Medio Ambiente no dudarán en fagocitar ingentes cantidades de maíz destinadas en un principio a la alimentación para la producción de biodiesel , aunado con inusuales sequías e inundaciones en los principales graneros mundiales.

Por otra parte, el hundimiento del precio del crudo durante el quinquenio 2008-2013 (a pesar de los sucesivos recortes de producción por parte de la OPEP) debido a la severa contracción de la demanda mundial y a la huida de los brockers especulativos, ha imposibilitado a los países productores conseguir precios competitivos (rondando los 90 $) que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones, por lo que no sería descartable un posible Estrangulamiento de la producción mundial del crudo en el horizonte del 2016.

Ello originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas, lo que aunado con la aplicación de restricciones a la exportación de los principales productores mundiales para asegurar su autoabastecimiento terminará por producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.

La hambruna afectaría especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Egipto, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la inanición de los 1.000 millones actuales a los 2.000 millones estimados por los analistas

5.-Declive de las democracias: Como explica el escritor Samuel Huntington en su libro The Third Wave, el mundo ha pasado por tres olas de desestabilización y democratización. Una ola de democratización es un conjunto de transiciones de un régimen no democrático a otro democrático, que ocurren en determinado período de tiempo y superan a las transiciones en dirección opuesta durante ese período y también implica la liberalización o la democratización parcial de sistemas políticos.

Así, en el mundo moderno se habrían producido tres olas de democratización y cada una de ellas ha afectado a un número escaso de países y durante su transcurso algunos regímenes de transición fueron en una dirección no democrática; pero no todas las transiciones hacia la democracia ocurren durante las olas democráticas.

Tercera ola de democratización (1973-1990): En su análisis de la “tercera ola” mundial de las transiciones a la democracia, (iniciada en 1974 con la Revolución de los Claveles en Portugal), Samuel Huntington observó que las posibilidades de democratización aumentaron cuando estos países salieron de la pobreza y alcanzaron un nivel intermedio de desarrollo socioeconómico, momento en el cual ingresaron en una “zona de transición política”.

Las dos primeras olas de democratización fueron seguidas por una ola inversa, con países como Brasil; España, Portugal, Grecia, Granada, Brasil y Panamá que hicieron una posterior transición hacia la democracia y que fue completado en la Década de los 90 con la democratización de los países de la extinta URSS y Sudáfrica.

Lo más importante de esta ola es que fue un momento universal (en 15 años la ola se trasladó por Europa del Sur, saltó a Latinoamérica, se trasladó a Asia y diezmó las dictaduras del bloque soviético). Así, en 1974, ocho de los 10 países sudamericanos tenían gobiernos no democráticos, en 1990, 9 tenían gobiernos democráticamente electos y, según Freedom House, el 32% de la población mundial vivía en países libres y en 1990, cerca del 39%, disminuyendo por primera vez la cantidad absoluta de estados autoritarios.

Nueva ola desestabilizadora mundial (2009-2019): Sin embargo, las últimas elecciones democráticas del último quinquenio han estado marcadas por acusaciones inequívocas de fraude electoral (Irán y Afganistán), aislamiento internacional de los gobiernos democráticamente elegidos (Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Franja de Gaza); pseudo-elecciones para intentar edulcorar “golpes de mano blandos” (Honduras) y aceptación por la comunidad internacional de sistemas políticos devenidos en meros gobiernos autocráticos (Bielorrusia, Georgia y Rusia).

De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de la nueva ola desestabilizadora mundial originada por el ocaso de la economía global; la pérdida de credibilidad democrática de incontables gobiernos de países del Tercer Mundo; el declive de EEUU como primera potencia mundial y la irrupción de nuevos actores en el marco geopolítico mundial como China, Rusia, India y Brasil y que tendrían a Honduras, Paraguay, Grecia, Turquía, Egipto, Pakistán y Afganistán como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos“ que protagonizarán la próxima década en el nuevo escenario geopolítico mundial.

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