La demanda laboral que se avecina en Venezuela


Es cierto que en la última década Venezuela ha estado viviendo la situación más calamitosa de su historia moderna en casi todos los aspectos que conforman el quehacer de un país. Pero también es cierto, que como dice el dicho ¨llueve, pero escampa¨ y para ese escampar se ha tomado la iniciativa de impulsar lo que hoy se conoce como ¨El Plan País¨, el equivalente de lo que se conoce como el Plan Marshall, el plan de ayuda económica que salvó a 16 países que quedaron devastados de la 2da Guerra Mundial.

No obstante, hacer realidad un plan de tal naturaleza exige la incorporación de muchas voluntades preparadas al efecto, tanto de los que no hemos emigrado y de los que por una u otra razón regresarán cuando el país inicie su rebote y crecimiento. Es decir, personas con conocimientos, destrezas, habilidades y experiencias para incrementar las actividades agroalimentarias, industriales y de servicios, las cuales generarán grandes oportunidades de trabajos que, a decir de los planificadores, serían cifras superiores al millón de empleos nuevos.

Dada la importancia que las oportunidades de trabajo tienen para la salud familiar del venezolano, quiero llamar la atención acerca de los resultados de investigaciones recientes como las presentadas en el 2018 en el  Foro Económico Mundial, que indican que para desarrollar las habilidades que serán necesarias y más demandadas por los países y;  para que las personas puedan aspirar a un buen empleo, no bastará con poseer un titulo profesional y varios años de experiencia, porque la situación que nos esta tocando vivir ha coincidido con un mundo profesional en el cual se están introduciendo muchos cambios, básicamente por la revolución tecnológica y digital que cada vez se hace más intensa.

Para afianzar el comentario anterior, traemos a colación las referencias de los investigadores de la Universidad de Oxford donde se afirma que, en aproximadamente 10 años, las profesiones que conocieron nuestros ancestros se han ido desvaneciendo y señalan que cerca del 50% de las categorías profesionales que conocemos desaparecerán. De manera que los empleos, oficios y artes caducan mientras nuevas necesidades emergen, cuyos nombres aún son desconocidos para la mayoría de la población.

Entre las preguntas claves que nos debemos formular y en especial los más jóvenes, son:  ¿qué se hacer?, ¿qué debo aprender? ¿Para que soy bueno? y demostrarse que además de ser ingeniero, administrador, programador o experto financiero, reúne las habilidades que las organizaciones o las compañías están buscando. Es más, según resultados de LinkedIn en un estudio publicado por la red social ¨esas habilidades cruzan distintas profesiones, dado que finalmente se trata de la forma en que puedes resolver los desafíos laborales¨.

Ante tal situación, las personas y más los venezolanos, deben ser capaces de identificar con acierto lo que son y lo que pueden llegar a ser, ya que eso nos permitirá mantenernos conectados con este mundo cambiante que nos ha tocado enfrentar y poder seguir aportando valor para recuperar nuestra sociedad. De ahí que, a la hora de pensar en el trabajo que nos toca enfrentar, no es muy constructivo basarnos en las estructuras que todavía existen.

Según el estudio, las premisas de los empleadores se orientan a una combinación de: habilidades blandas, tales como: creatividad, persuasión, manejo de relaciones interpersonales, manejo del tiempo y disposición de trabajar en equipo y de: habilidades duras relativas a destrezas y conocimientos específicos para desempeñar una determinada función, tales como: manejo de datos en la nube, inteligencia artificial, razonamiento analítico y la capacidad de adaptar los desarrollos tecnológicos y hacerlos de fácil integración a los consumidores destacando la creatividad como el tope de la lista. Idea que coincide con el informe del Foro Económico Mundial en cuanto a ¨El futuro del trabajo¨ donde se señala que la iniciativa, la originalidad y el pensamiento crítico serán cada vez más valoradas en la medida que los avances tecnológicos están transformando el mercado laboral a una velocidad vertiginosa.

También es cierto, que lograr todo lo que hay que hacer no será fácil, ni tampoco será en poco tiempo; pero, lo que si nos debe acompañar en un grado superlativo es el deseo de cambiar y no volver a creer en las fantasías e ilusiones de advenedizos y exigir como una obligación de los gobernantes la transparencia en los procesos de contrataciones con dinero público. Por tanto, nos corresponde enfrentarnos a una situación inédita para el país; para la cual debemos prepararnos conscientemente.


Arturo Navarro Vargas

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