La deuda venezolana y sus implicaciones

A objeto de plantear como una preocupación el endeudamiento del país y sus implicaciones futuras, me he permitido revisar unos escritos de especialistas financieros, que permiten poner en su justa dimensión, las consecuencias a la que pudiésemos estar sometidos en los próximos años, donde lo inconcebible es, que este fenómeno del endeudamiento se da cuando el país ha recibido la mayor cantidad de ingresos que en período alguno.

Victorino Márquez quien se ha formulado la pregunta ¿Cuánto le debe Venezuela al mundo?, nos ofrece una relación por lo demás detallada y que según él: ¨la información recabada de Bloomberg, de las páginas del Ministerio de Finanzas y del BCV y del blog The Devil’s Excrement, me senté a hacer unos cálculos veloces de lo que le debemos al mundo y de la relación de esa deuda con el tamaño de nuestra economía. Sumando todos los bonos en circulación emitidos por la República, PDVSA, Electricidad de Caracas y Sidetur tenemos US$ 62.740 millones. A esta cifra le agregamos US$ 6.206 millones de préstamos bilaterales de la República y otros US$ 4.000 millones de préstamos bancarios de PDVSA. Por otra parte, tenemos el Fondo Chino que es deuda con privilegios sobre barriles de petróleo, por un monto de US$ 28.000 millones. No hay que olvidar por otro lado la deuda de PDVSA con sus proveedores (US$ 7.000 millones aproximadamente) y los préstamos internos de la República denominados en moneda extranjera que ascienden a US$ 5.600 millones. Y de último, pero no menos importante, está la deuda por expropiaciones a compañías extranjeras que hemos estimado conservadoramente en US$ 10.000 millones. Lo anterior arroja un total de US$ 123.546 millones que podrían convertirse en US$ 135.564 millones si el gobierno cumple con el endeudamiento anunciado de US$ 12.000 millones para el 2012¨

Para poner en perspectiva esta cifra calculamos la relación Deuda-PIB en el caso venezolano. El PIB de 2011 asciende a Bs. 1.057.508.137.000. Utilizando la tasa de cambio oficial en vigor (1US$=Bs. 4,3) la relación Deuda-PIB se ubica en 55%. Si en el 2013 el gobierno hiciera un ajuste cambiario del 50% (1US$=Bs. 6.5) esa relación se colocaría en 83%. Si el ajuste fuera de la misma magnitud que la última devaluación (2010), esto es de un 100% (1US$=Bs. 8.6) la relación quedaría en 110%. Los tres escenarios resultan bien distantes del 21,3% declarado por el Ministro Giordani a principios de 2011.

Para determinar que tan comprometida está la capacidad de pago de un país, los economistas complementan la relación Deuda-PIB con la relación Deuda-Exportaciones. En el caso venezolano, esa relación es en la actualidad de 150%. Otra relación que ayuda a medir la capacidad de pago de un país es la relación entre servicio de la deuda (lo que se paga anualmente por vencimientos de capital más intereses) y el nivel de exportaciones. Para 2011 el servicio de la deuda representa el 15% de las exportaciones petroleras y el número se estima subirá a 20% en el 2013, todo ello asumiendo que el precio del petróleo se mantenga estable alrededor de US$ 100 (Barcalys).

Si bien éstas últimas relaciones indican que Venezuela tiene capacidad para seguir pagando su deuda con cierta holgura, no es menos cierto que el tamaño de la deuda en relación con el PIB, puede entrar en una zona poco confortable, especialmente si se utiliza una tasa de cambio más sincera, lo cual es probable que suceda en el 2013. En un mundo donde los “cisnes negros” hacen acto de presencia con más frecuencia de lo deseable, y las percepciones de riesgo cambian de la noche a la mañana, el peso de la deuda nos hace vulnerables, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra capacidad de pago está atada a una sola variable: lo que suceda con el precio del petróleo.

Por último, cabría preguntarse, de que vale mejorar la capacidad de pago con relación a la deuda con el mundo, si a lo interno sufriremos los embates odiosos de reducir nuestra capacidad de compra, por los efectos de la inflación que ocasiona la devaluación y; el hecho adicional, de ver mermadas nuestras posibilidades de alcanzar un mejor nivel de vida, por la carencia de empleos y de hasta, los productos más básicos.

Diferente sería, si ese endeudamiento se utilizara para una verdadera independencia tecnológica y productiva a través de inversiones reproductivas, que le permita a nuestros jóvenes visualizar claras y ciertas oportunidades de empleo y no tener como una alternativa de vida, migrar del país en búsqueda de mejor futuro.