Según la opinión de Alfredo Ángel, en su artículo Pragmatismo, élites y liderazgo (20-06-2001) en la revista Acá Consultores, señala que en el mundo gerencial y en el político, se ha sostenido durante años que, los buenos gerentes y los buenos políticos, son esencialmente pragmáticos. Literalmente, esto lo que significa es que, se trata de gente enfocada en lo práctico y en lo que da resultados, en oposición a lo intelectual, o a los principios; gente que valora el poder y lo busca, gente que dada a la importancia  de sus altas responsabilidades, no tiene normalmente ni el tiempo, ni la inclinación para considerar lo relacionado con la ética de sus decisiones, particularmente, con los efectos indeseables de estas, Los gerentes y políticos pragmáticos, no tienen ningún tipo de dificultad separando los principios de los medios, porque lo importante es el resultado y la eficacia en lograrlos. El pragmatismo es algo más que un simple problema semántico.

   Se hace referencia que el pragmatismo gerencial venezolano es muy conocido. Habrá escuchado las famosas máximas: “No me hables de los dolores de parto, enséñame el muchacho.”; “aquí están las metas, entrégame resultados, tu verás que haces”. El Pragmatismo Gerencial generó en el mundo y en Venezuela, todo un estilo gerencial muy estudiado en los últimos años, debido a sus efectos despotenciadores y aniquiladores de liderazgo: el estilo gerencial autoritario.

   Lo cierto es, se menciona, que historias de gerentes pragmáticos en el mundo y en Venezuela, hay muchas. Tuvieron éxito, muchísimo, medido ello en “bottom line & profits”; pero a costa también de muchos muertos internos, a costa de muchos resentimiento de la gente, de una cultura organizacional fundamentada en el chisme, en grupos, en lealtad,  en gente de confianza a toda prueba, en gerentes adulantes y tenientes hacia arriba, pero autoritarios  e irrespetuosos hacia abajo . El profesionalismo, el buen desempeño, el trabajo en equipos y la ética, vinieron siempre en último lugar.

  Al respecto de la gerencia pragmática, también  nos recuerda además Axel Pineda, que  no olvidemos que  el gerente pragmático es aquel personaje que solamente se enfoca en resultados, sin importar los procesos integrales para obtener los logros deseados. El gerente pragmático no está interesado en el mejoramiento y desarrollo de su equipo, y mucho menos está interesado en los problemas o conflictos de origen psicológico y biológico, que bien afectan de forma directa la calidad de productividad de parte de los colaboradores en la empresa.

  Este gerente es excelente para presionar, gritar, ofender, y hasta degradar a sus colaboradores, si no se obtienen los resultados que él ha propuesto como meta en la productividad. El gerente pragmático cuando se le habla acerca de la importancia de capacitar a sus colaboradores, él responde: “Eso es perder el tiempo y tirar el dinero a la basura; ya que esos temas son asuntos de filosofía, y en esta empresa el nombre del juego es productividad”. El gerente pragmático tiene un comportamiento negativo, desconfiado, arrogante, y debido a estas características, vive con niveles altamente estresantes que terminan dañando tanto su propia salud mental y física como la salud integral de los que le rodean.

  Dicho gerente estimula la dependencia, no le gusta facultar a sus colaboradores debido a su alto nivel de desconfianza hacia sus colaboradores.

  Agrega además  Pineda, que si bien es cierto en la organización, a nadie se le contrata para resolverle sus problemas; sin embargo, en la gerencia tipo pragmática se le pone muy poco énfasis e importancia a los perfiles, valores, competencias, indicadores de desempeño, sin tomar en cuenta que todos estos elementos influyen directamente en la conducta de los colaboradores siendo esta la clave de la buena o mala productividad.

 La gerencia pragmática asume, que las personas deben saber hacer su trabajo, sin proveer capacitación, mucho menos motivación asumiendo que, a la gente se le contrata para que sean productivos, y cuando no es así, solicitan su inmediata renuncia; esa es una de las razones del porqué en muchas organizaciones, se experimenta el continuo reclutamiento, sin darse cuenta que este proceso es mucho más caro a largo plazo para la corporación.

 Definitivamente, como lo comenta clubensayos.com, para gestionar un cambio basado en la teoría pragmática, es necesario identificar aquellas brechas en el proceso, que puedan generar dilación o sean la causa de no alcanzar los objetivos; el pragmatismo nos indica, que “solo es verdadero cuando se haya verificado con los hechos”; es decir, que mientras no se materialice una desviación en los objetivos, no será necesario implementar un cambio; sin embargo, un cambio no siempre es consecuencia de una falla. Una característica importante del pragmatismo es, que “canaliza el conocimiento no para investigar y conocer la verdad, sino para poder orientarse a la realidad”, de tal forma que aplicar este criterio, le permitirá al Gerente identificar -el momento preciso- para gestionar un cambio basado en el entorno del negocio, competencia, demanda, tecnología, etc.

 Para que un Gerente pueda aplicar el pragmatismo, tiene que visualizar sus propias capacidades, además de su nivel de liderazgo y su compromiso con la organización, la ética y su actuar moral.

(*) Fuentes debidamente mencionadas

Docente de Postgrado. Exatec, Egade

Web: www.carmorvane.com