La grandeza y curiosidades de Gioachino Rossini

“Después del silencio, lo que más se acerca
a expresar lo inexpresable es la música”.

Aldous Huxley

Italia ha sido cuna de grandes músicos, justamente uno de ellos es Gioachino Rossini o Gioacchino Rossini quien nació en Pésaro, Italia, el 29 de febrero de 1792 y fallecido en París, Francia, el 13 de noviembre de 1868.

Sin duda alguna, muy conocido especialmente por sus óperas y, particularmente, por las bufas. Se cuenta, que todo ello le hizo asumir el «trono» de la ópera italiana en la estética del bel canto de principios del siglo XIX, género que realza la belleza de la línea melódica vocal sin descuidar los demás aspectos musicales.

Nos aporta Wikipedia sobre él, que empezó a tocar en la banda municipal a los seis años, Rossini mostró un extraordinario genio musical desde la más temprana edad y estudió música con su padre. Aprendió la espineta con el vinatero Giuseppe Prinetti, después en Lugo, estudió con el canónigo Giuseppe Malerbi en cuya biblioteca, leyó las partituras de grandes compositores del pasado. En Boloña, tuvo por primer profesor a Angelo Tesei e ingresa al prestigioso Liceo, bajo la tutela del sacerdote Stanislao Mattei, ganando un premio por una cantata a los dieciséis años de edad. Siendo acompañante clavecinista en teatros, Rossini es llamado para componer una ópera breve(1810) y, dado el éxito que logra, seguirá componiendo, particularmente en Venecia y Milán, con éxitos sonados en la mayoría de los casos (su séptima ópera conquistó la Scala con cincuenta y tres funciones iniciales) y repentinos fracasos, pero afianzándose como el primer compositor de su tiempo (a pesar de no contar siquiera veinticinco años de edad).

En esos momentos, Rossini lleva a la perfección musical el género bufo. Tenía a la mano Rossini, ya en esta primera etapa, a grandísimos cantantes en quiénes pensaba al momento de desarrollar la melodía de los personajes, considerando las posibilidades de sus voces. Ellos eran cantantes como Marietta Marcolini, Filipo Galli y Paolo Rosich.

Nos recuerda terra.es/personal/aiolozil/revista/revzap2/art001.htm, que sus dotes innatas para la música quedarán muy pronto reflejadas, al estrenar en Venecia, a la edad de 18 años, su ópera «El Contrato Matrimonial»; hay que apuntar, que no fue su primera ópera, puesto que ya, a la edad de 14 años, había compuesto «Demetrio e Polibio».

La década de los años veinte traerá a Rossini muchos momentos felices: desde contraer matrimonio con su enamorada Isabella Colbran (mezzosoprano, que estrenará sus óperas románticas, convirtiéndose en su esposa en 1822, tras haber sido su amante), hasta conseguir el reconocimiento internacional, pasando por serle ofrecido en París el puesto de primer Compositor del Rey.

Francia también se rendirá a sus pies, siendo su ópera «Guillermo Tell» el mayor exponente de este éxito, introduciendo ahora, en esta etapa francesa, números de ballet en sus obras.

Algunas de las obras de Rossini, conservador por naturaleza, pero innovador por sus enormes dimensiones creadoras, sientan las bases del romanticismo desarrollado por sus sucesores compositores.

Se nos agrega, que el grado de dificultad vocal de las óperas rossinianas es tan extremo que, desde mediados del siglo XIX, hasta los años setentas del siguiente, muchas de sus obras eran imposibles de cantar, hasta la irrupción de «supercantantes» tales como Giulietta Simionato, Renato Capecchi, Francisco Araiza, Rockwell Blake, Marilyn Horne, Samuel Ramey, etc., que emulan a los grandes Giovanni Davide, Filipo Galli, Geltrude Giorgi-Righetti y Andrea Nozzari originalmente, destinatarios de las obrasçSe sabe, que En 1816, estrena en el Teatro Argentina de Roma con un magnífico argumento de Cesare Sterbini, la obra que está considerada como una de las cinco más famosas del mundo en la actualidad. Basada en la trilogía literaria del barón francés Pierre-Augustin de Beaumarchais, cuya segunda parte, Las bodas de Fígaro, fue hecha ópera por W. A. Mozart , El barbero de Sevilla de Rossini, originalmente, un anecdótico fracaso, fue una ópera que Verdi y decenas de compositores posteriores, alabarían efusivamente y todos los públicos de las épocas que han transcurrido desde su creación, han gustado. Previamente puesto en música por el respetado compositor napolitano Giovanni Paisiello, el Barbero, como muchas otras óperas de Rossini, borró del cartel permanentemente las obras de grandes compositores como Zingarelli, Mercadante, Mayr, Paër, Mosca, Coccia y el propio Paisiello, recordándoselos únicamente a partir de nuestros días.

Algunas curiosidades

terra.es/personal/aiolozil/revista/revzap2/art001.htm, nos reseña, que la verdadera pasión de Rossini fue la Gastronomía.

Se narra, que en el año 1830 y Rossini, con 38 años, decide darse un merecido descanso de la composición y dedicarse, casi por completo, a su verdadera pasión: la gastronomía. Este descanso del que hablamos estuvo acompañado de enfermedades, tanto reales como supuestas, puesto que era bastante hipocondríaco; no obstante nunca le abandonó un carácter vitalista y supo sacarle sustancia a la vida.

Como anécdota y referencia obligada del apasionamiento que en él levantaba el tema gastronómico, se dice que en toda su vida lloró únicamente en dos ocasiones: a la muerte de su padre, y cuando se le cayó por la borda del barco un pavo trufado. Situación comprensible, si tenemos en cuenta, que para Rossini la trufa era «el Mozart de las setas».

Radiciotti, biógrafo y buen conocedor de Rossini, nos cuenta varias anécdotas (Radiciotti 1927):

Una noche, al salir de un concierto al cual acababa de asistir el compositor, se acercó una señora.
–Maestro –le dijo–, ¡finalmente puedo contemplar esta cara genial, que sólo conocía por retratos! No se puede equivocar: Ud. tiene en el cráneo la joroba de la música.

–¿Y que me dice de ésta, señora? –Contestó Rossini tocándose la barriga–. Ud. no puede negar que sea aún más visible y desarrollada. Y es cierto que mi verdadera joroba es la gula.

Se narra, que en 1864, el Barón Rothschild le mandó como regalo unos racimos de las maravillosas uvas de sus invernaderos, y recibió esta respuesta:

–¡Gracias! Su uva es excelente, pero no me gusta mucho el vino en pastillas.

El Barón entendió la alusión, y le gustó tanto este divertido comentario, que hizo mandar en seguida al Maestro un tonelete de su mejor Chateau-Lafitte.

El compositor Alberto Lavignac, que conocía perfectamente los vicios de Rossini, le regalaba de vez en cuando una docena de las deliciosas sardinas que se pescan en el Golfo de Gascuña.

El Maestro le dijo un día: «Por favor, no me mande estas cosas el sábado. El sábado, hay siempre mucha gente a la mesa conmigo, y yo, cuando tengo las sardinas quisiera comerlas sólo, pero como soy tan buen marido, tengo que regalar siempre una a Olimpia (su esposa)».

Se comenta, que Rossini, además de tener muy buen gusto en su paladar, también era un excelente cocinero, gustándole mucho cocinar –sobre todo los macarrones– de los cuales era un apasionado; también lo era del paté de pollo con cangrejos a la mantequilla.

En un famoso encuentro con Ludwig Van Beethoven, durante la visita de Rossini a Viena, en 1822, aquél al terminar la conversación dijo a Rossini: «Sobre todo, componga usted muchos -Barberos-» refiriéndose a la más afamada composición de Rossini).

Algunas de sus óperas:

· * L’inganno felice (1812)
· * Ciro in Babilonia, o sia la caduta di Baldassare (1812)
· * La scala di seta (1812)
· * La pietra de paragone (1812)
· * L’occasione fa il ladro, o sia il cambio della valigia (1812)
· * Il signor Bruschino, o sia il figlio per azzardo (1813)
· * Tancredi (1813)
· * L’italiana en Algeri (1813)
· * Aurelino in Palmira (1813)
· * Il Turco in Italia (1814)
· * Sigismondo (1814)
· * Elisabetta Regina d`Inghilterra (1815)
· * Torvaldo e Dorliska (1815)* Il barbiere di Siviglia (1816) [título original «Almaviva, o sia L’inutil precauzione»]
· * La gazzetta, o sia il matrimonio per concorso (1816)
· * Otello, o sia il moro di Venezia (1816)
· * La Cenerentola, o sia la bontá in trionfo (1817)
· * La gazza ladra (1817)
· * Armida (1817)
· * Adelaide di Borgogna, o sia Ottone, re d’Italia (1817)* Mosé in Egitto (1818)
· * Adina, o ll califfo di Bagdag (1818)

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