La importancia del coaching espiritual

«Para hacer grandes cosas, para lograr grandes objetivos, tienes que estar dispuesto a hacer cosas que la gente normal rara vez hace»

No se puede descuidar el rol de la espiritualidad dentro del estudio del coaching y desde luego en su práctica, aspecto sumamente relevante en nuestro comportamiento y más cuando se está comprometido en la cultivación espiritual mientras se está en esta dimensión.

Dentro de mis estudios sobre el coaching, alcance, repercusiones, me ha interesado el reforzar los conocimientos con lo que algunas enseñanzas espirituales nos llegan y ayudan a comportarnos correctamente en nuestras interrelaciones y en la dirección de los grupos, contribuyendo en utilizar adecuadamente el potencial de cada miembro.

Concretamente, ¿Qué es el coaching espiritual? formula presenciazen.com.

Al respecto señala:

Desde una perspectiva no religiosa, en el sentido de desvinculada totalmente de cualquier iglesia o religión, el coaching espiritual acompaña a los directivos a comprender y a vivenciar cómo el reconocimiento y la integración de la espiritualidad natural en la vida cotidiana y en el trabajo les dota de una serie de cualidades muy saludables:

– Mayor coherencia interna
– Mayor serenidad personal
– Más claridad para la toma de decisiones
– Más empatía con sus colaboradores, y por tanto, mejora de la comunicación
– Creatividad para la resolución de conflictos y para encontrar nuevas soluciones.

La fuente de información mencionada, pregunta, además: ¿En qué consiste concretamente el coaching espiritual para directivos?

Al respecto expone: En acompañar a la persona, de forma individual o en pequeños grupos, a descubrir y desarrollar su fuerza interior.

Mediante ejercicios surgidos de las ancestrales técnicas de meditación zen, se trabaja sobre los principios activos de la espiritualidad cotidiana, dotando a la persona con herramientas que puede usar en su día a día de forma continua.

Ejercicios para:
– centrarse en lo esencial,
– para serenarse y encontrar el buen nivel de estrés,
– para aprender a observar el mundo interior, ganando en coherencia
– para desarrollar la creatividad liberándose de algunos condicionantes que limitan
– para concentrar la energía interior y dirigirla a la meta de forma más eficaz

En definitiva, un buen coaching no puede descuidar lo que comprende el coaching espiritual, que es es un proceso que nos acompaña a nuestra fuente espiritual y nos ayuda a encontrar el sentido y lo sagrado de nuestra vida diaria.
Ya es hora se nos indica, de apaciguar el trepidante ritmo de vida que llevamos y empezar a escucharnos a nosotros mismos.

Es hora de dejar de vivir nuestras vidas de acuerdo a las expectativas de los demás y de dar a los demás sin darnos a nosotros mismos.
Es hora de amarnos, aceptarnos y cuidarnos. Es hora de tomar una respiración profunda, escuchar a nuestro corazón y satisfacer los verdaderos anhelos de nuestra alma.

*Fuentes indicadas