La inseguridad personal y la falta de oportunidades

Solo basta con hacerle seguimiento a los medios de comunicación radial, escritos, televisivos, internet y boca a boca para darse cuenta del nivel de inseguridad reinante en Venezuela. Es más; como nunca en nuestro país, se habla de violencia, de armas, de agresiones, robos, asaltos, secuestros y sicariatos a los cuales no estábamos acostumbrados. Pareciera que estamos en guerra.

Por lo relevante del tema, la inseguridad personal en Venezuela ha dejado de ser información exclusiva de las páginas de sucesos de los diarios venezolanos, sino que los medios en el exterior reseñan con interés hechos delictivos ocurridos en nuestro territorio y hasta se le trata de buscar explicación recurriendo a estudios realizados en otros países.

Tal es el caso del estudio Empleo y delincuencia, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) tutelado por el catedrático Carlos Resa, que indica que “la privación relativa tiene como consecuencia el enfado en los individuos y el subsiguiente comportamiento delictivo, que constituye, aparte de una fuente de ingresos, una expresión de su frustración”.

Aclara el estudio referenciado, que cuando el consumo se dispara el efecto de oportunidad para los potenciales delincuentes o quienes ya lo son, se hace inmediatamente visible, ya que circulan más bienes y más capital, en manos de más personas.

Pudiéramos indicar que esas conclusiones del estudio mencionado se asemejan a la actual situación que vive el país, dado que ante un consumo exacerbado se genera un incremento en la violencia, pues el grupo de los que no tienen acceso a los bienes mayormente transados por la vía legal, buscan acceder entonces de cualquier manera, recurriendo a la violencia.

Para algunos pudiera parecer lógico pensar que hay una relación inversamente proporcional entre el alza o mejora general del ingreso económico de la población y los índices de delincuencia. Es decir, que mientras más dinero hay en la calle, mejor debería ser la seguridad personal.

Sin embargo, la realidad es otra, pudiendo destacar que la teoría que cobraría más vigencia es aquella que refleja la privación relativa y la carencia de oportunidades para un importante sector de la población.

Generar oportunidades de educación, empleo, inversión y confianza en nuestro país pareciera ser más racional que, solo hablar de incrementar la vigilancia policial. Esta es necesaria por los niveles que ha alcanzado la inseguridad, pero se requiere actuar más inteligentemente, de lo contrario iremos a acabar con Venezuela.