La investidura de Pedro Sánchez naufraga y abre paso a una repetición electoral

Un total de 155 votos en contra, 124 votos a favor y 67 abstenciones. Ésta es la última respuesta que el Congreso ha dado a la candidatura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, y que pone en marcha la cuenta atrás para una repetición electoral el próximo 10 de noviembre, si en los próximos dos meses ningún candidato logra ser investido. La negociación será posible hasta el día 23 de septiembre. Si ese día culmina sin un candidato investido, el Rey disolverá Las Cortes y convocará elecciones.

Los partidos dispondrán hasta el 23 de septiembre para negociar. Si no hay investidura, el Rey disolverá las Cortes

No ha habido claudicación del secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, en el último momento, como apostaban PP y Ciudadanos. El líder morado tan solo ha ablandado su postura manteniendo la abstención por la que ya optó el pasado martes. Una posición que impedía que el candidato socialista, que solo contaba con los apoyos de su formación (123 diputados) y del único escaño del Partido Cántabro, superara la unión de fuerzas de la bancada conservadora en su contra. Juntos, PP, Cs y Vox sumaban 149 escaños. A ellos se unió JxCat y Coalición Canaria, hasta alcanzar los 155 votos en contra. La exigencia para que el candidato superara esta segunda votación era obtener más «síes» que «noes».

El líder socialista se convierte en el más «fallido» de la democracia, al sumar cuatro votaciones de investidura perdidas

Los independentistas ERC y Bildu así como el PNV y finalmente Compromís optaron también por la abstención, para no bloquear la investidura. Esta postura ha sido insuficiente para que Sánchez resultara reelegido.

La segunda votación del debate de investidura concluye así con un nuevo fracaso del jefe del Ejecutivo en funciones, que se convierte en el candidato más «fallido» de la democracia. Cuenta a sus espaldas con cuatro votaciones de investidura perdidas, dos en el debate de investidura al que se presentó como candidato en marzo de 2016, y las dos del pasado martes y hoy.

Sánchez perdió el martes la primera votación al lograr solo 124 votos a favor de su investidura —a los 123 «síes» del PSOE solo se unió el del PRC—, en tanto que 170 diputados le dijeron «no». Ningún candidato había cosechado tan pocos apoyos en una votación de investidura.

Durante su intervención en el Congreso, Sánchez advirtió a Iglesias de que de ningún modo estaba dispuesto a renunciar a sus principios, aunque eso supusiera perder la votación. «Si para ser presidente del Gobierno tengo que renunciar a mis principios y a sabiendas de que no será útil a mi país, yo no seré presidente ahora. He renunciado a cosas muy valiosas antes que a mis convicciones. Si me obliga a optar entre ser presidente del Gobierno sabiendo que no será útil a mi país y mis convicciones, no tengo ninguna duda de, elijo mis convicciones», argumentó.

Los socialistas rechazaron con un «no» rotundo durante la mañana la penúltima maniobra de Podemos, que a tres horas para la votación hizo una nueva oferta que incluía una vicepresidencia social para Irene Montero y los ministerios de Sanidad y Consumo, Trabajo y Ciencia. El PSOE no se ha movido de la oferta que realizó ayer porque «no hay carteras de primera ni de segunda», todas «contribuyen a mejorar la vida de los ciudadanos y forman parte del Consejo de ministros de España».

La oferta de Iglesias en el último minuto, desde la tribuna, de renunciar al Ministerio de Trabajo a cambio de las políticas activas de empleo tampoco ha permitido desbloquear la situación.

Pedro Sánchez