La llave del desarrollo es la educación

El rector de la UBA, reflexiona sobre los beneficios de la educación en los países desarrollados y subdesarrollados, y afirma que «las sociedades se estructuran en la práctica, en función a los conocimientos que les provee su sistema educativo y viceversa. El alcance en términos de calidad de vida de la población en la Sociedad se encuentra en relación directa con la Educación que se haya recibido».

De acuerdo a la calidad de la educación que tenga un país, se encuentran sus posibilidades de desarrollo, en tanto que la población, puede procurarse el manejo teórico y práctico de los conocimientos relativos a su vida y quehaceres, los cuales se traducen en bienes y servicios que promueven una mejoría sensible de la calidad de vida. Sin educación, es imposible obtener esos objetivos.

Pero, además de ello, en la educación radica la posibilidad de arraigar las posibilidades de prosperidad, independientemente de la contingencia que se deba afrontar una nación.

Básicamente, la llave del desarrollo es la educación. La brecha entre países desarrollados y no desarrollados, se encuentra sustancialmente en el tipo de Educación, con la cual se cuenta en cada uno de ellos. Y en particular, donde el maestro coloca su énfasis, si simplificamos el análisis para hacerlo comprensible y sencillo. En los países desarrollados, el maestro transmite conocimiento, el alumno lo reflexiona, lo asimila y lo utiliza. En los países subdesarrollados, el maestro transmite información, el alumno la memoriza y más tarde la olvida. En el lado oculto de la ecuación, se encuentra quizás, que los conocimientos que se imparten en los países subdesarrollados, no se utilizan en la práctica vivencial, en la frecuencia debida y por lo tanto al no utilizarlos, no se reintegran al dominio del conocimiento pleno, favoreciendo el subsiguiente olvido. Quizás se enseñan unas cosas en lugar de otras, que al suplir necesidades más inmediatas, sean utilizados en el corto plazo y por supuesto, tengan la oportunidad de ser recordados y no olvidados.

Ello ocurre, porque las sociedades se estructuran en la práctica en función a los conocimientos que les provee su sistema educativo y viceversa, el alcance en términos de calidad de vida de la población en la sociedad, se encuentra en relación directa con la educación que se haya recibido.

Por otra parte, el conocimiento crece en forma exponencial. Y su tasa de transferencia a la sociedad, es alrededor del 5% de los adelantos producidos cada cinco años, según Estudios de Naciones Unidas y esa tasa se irá incrementando con el tiempo, en la medida en que la tecnología permite su inserción ,cada vez en forma más inmediata. Una proyección de esa realidad, nos indica que el 80% de lo aprendido, tendrá que ser reaprendido, desechado o repensado.

Frente a estas tendencias, los países que lideran el desarrollo de la Educación en el mundo, muestran tres actitudes: en primer lugar, una alta preocupación por mejorar la eficacia de sus sistemas educativos, especialmente su enseñanza pública. En segunda instancia, una educación en donde los valores universales asociados a la solidaridad, la comunicación, el apoyo mutuo, la tolerancia, la equidad, la integridad, el liderazgo, la participación, serán cada vez más importantes, en un mundo en donde los conflictos religiosos y de poder, así como la lucha por competir cobran mayor presencia. En un tercer escenario, la orientación es hacia la inversión en educación en forma equitativa, aumentando la productividad y competitividad de las naciones y sus ciudadanos, comprobando los positivos efectos de un mayor nivel educativo de la población, sobre la salud, el empleo, la cohesión y la estabilidad social.

¿Cuáles deben ser las prioridades educativas, de cara a los retos que plantea el desarrollo?
Se debe levantar el nivel de los planteles con mal desempeño, empleando para ello, los de más alto rendimiento para apoyarlos y hacer de la educación, una profesión profusamente dotada de conocimientos, capaz de emplear el adelanto tecnológico, permitiendo el acceso a las mejores experiencias y prácticas de enseñanza del mundo y el desarrollo profesional de la más alta calidad, lográndose generar altas expectativas de aprendizaje, en procura de estándares cada vez más elevados de rendimiento, en grupos de alumnos cada vez más diversos.

Esto tiene que ver, más allá del uso de las tecnologías de última generación, con el empleo de una poderosa herramienta de exploración motivacional de alta penetración, capaz de encontrar en el interior del educando, las claves que puedan derivar en el mayor aprovechamiento, que por cierto, tiene que ver mucho más, que ver con el individuo que con su clase y donde pueden estar presentes, perturbadores elementos que modifican la conducta cognitiva del estudiante.

Es por ello, que se hace imperioso que los profesores dejen de lado prácticas obsoletas, basadas en el uso recurrente de los viejos apuntes, ya asentados en páginas amarillas, de esas que nos acostumbramos a ver portadas bajo el brazo, como muletillas en las seculares exposiciones año tras año, como recurrentes en todas sus clases, sin que la renovación de conocimiento haya hecho mella en la vieja y celosa práctica, desfasada de las exigencias científicas y sociales profundas del mundo de hoy, mas visual e inmediato, mas de interrelación en tiempo real que secuencias iteradas de informaciones frías, carentes de la necesaria y refrescante actualidad.

En medio de las improrrogables transformaciones en la mecánica didáctica de la educación, no cabe duda de que a ésta, en tanto Sociedad del Conocimiento, le toca asumir el protagonismo de los cambios civilizatorios requeridos No parece haber duda, que uno de sus mayores desafíos es reducir significativamente la desigualdad social, a través de la promoción activa del desarrollo sustentable y de la necesaria estabilidad social.

El segundo desafío será reducir las brechas de cantidad y calidad de educación. Comienza a crecer el número de países desarrollados, en donde la población de 15 a 64 años, cuenta con casi secundaria universal y el 40%, tiene algún título de educación terciaria. Sin capital humano bien formado, no hay posibilidades de generar una economía competitiva, con alta productividad y crecimiento económico sostenido.

La Educación del futuro próximo, deberá ofrecer aprendizaje a todos los que los soliciten, desformalizándose en cuanto a requisitos académicos y de edad: enseñará en sus aulas, en sus laboratorios, en sus campus; pero también en la fábrica, en la empresa, en las instituciones del Estado y en los propios hogares. Se universalizará y se extenderá a toda la Sociedad.

La metodología docente, tenderá más al aprendizaje que a la enseñanza convencional. Por otro lado, resulta incuestionable, el hecho de que los ritmos en que los nuevos conocimientos aparecen, rebasan con mucho, las posibilidades de las instituciones para aprehenderlos e incorporarlos con la misma agilidad, al cuerpo de sus retículas programáticas. Por ello hay que tener flexibilidad en el desarrollo curricular, para que la novedad pueda llegar sin alcabalas. Finalmente, no hay dudas de que se debe asumir el reto de la educación Permanente que dura toda la vida, en fin, como la articulación estrecha entre educación y trabajo, los mecanismos de acreditación de saberes para la constante reconversión de conocimientos, son, además de los mencionados, otros desafíos que la educación en general y la educación superior en particular, deberán enfrentar en las sociedades globalizadas de la información y del conocimiento.

http://noticias.universia.edu.ve/en-portada/noticia/2010/10/15/628724/guarisma-llave-desarrollo-es-educacion.html
Fuente: Diario El Siglo