La Nueva Sicología del Liderazgo: Por qué Chávez está donde está (Parte 3 de 3)

Uno más de la Banda

Cuando existe y se comparte una identidad social, los individuos que mejor pueden representar esa identidad, tendrán la mayor influencia sobre los miembros del grupo y serán los líderes más efectivos. Los mejores líderes son prototipos del grupo, no sólo parecen pertenecer a él, sino que también son un ejemplo de lo que diferencia a un grupo de otro, sean superiores o rivales. Por ejemplo, Bush se estaba conectando con el americano promedio, intencionalmente o por casualidad, cuando incluyó algunas metidas de pata en las palabras que utilizaba, lo que según Kevin Drum, del Washington Monthly, lo ayudò mucho en su victoria electoral de 2004.

Hasta la forma en que los líderes se visten, los pueden ayudar a representar el grupo que lideran. Las chaquetas de cuero y las ropas de Cowboy redondean la imagen de Bush como una persona común. Yasser Arafat adoptó el turbante a cuadros, para identificarse con su gente, (n.r. Chávez sus camisas y guayaberas rojas). El fundador de Pakistán, Muhammad Ali Gina, usaba ropas con aplicaciones provenientes de las distintas regiones del nuevo país, simbolizando la identidad de una nueva nación que él estaba uniendo. Estos ejemplos cuestionan la creencia que el liderazgo, en realidad, necesita un conjunto específico de destrezas personales o que los líderes deben comportarse de una manera determinada. Las características y acciones más deseadas, tienen que encajar en la cultura del grupo que se lidera y por eso es que varían de grupo a grupo. Hasta aquellas habilidades del liderazgo más destacadas, como la inteligencia, pueden llegar a ser cuestionadas en ciertos ambientes. Muchas personas consideran que ser llano y realista o confiable, es más importante que ser brillante. En este caso, ser percibido como demasiado astuto, puede más bien minar la credibilidad de un líder, como sugieren las tácticas de Bush. Los seguidores pueden, asimismo, obviar una habilidad específica, por ejemplo: La inteligencia, si hacerlo los ayuda a diferenciar a su grupo de sus competidores. En un estudio publicado el año 2000 por Turner, hoy en la Universidad Nacional de Australia, y uno de nosotros, (Haslam), preguntamos a los estudiantes de negocio acerca de las características ideales de un líder. Cuando los estudiantes fueron confrontados con un grupo rival que tenía un líder inteligente, (pero también desconsiderado y poco comprometido), los estudiantes prefirieron un líder menos inteligente, (pero considerado y dedicado); pero cuando el líder rival era poco inteligente, casi ninguno de ellos quiso un líder otro así.

Si encajar es importante para lograr influencia y control, entonces cualquier cosa que diferencie un líder del resto del grupo puede comprometer su efectividad. Actuar como si él fuera una persona superior, dejar de oír, o faltar el respeto a sus seguidores, puede comprometer su credibilidad y su influencia. Lo mismo puede suceder en una empresa, si la brecha entre el nivel de ingreso del líder y sus seguidores es demasiado amplia. El financiero J. P. Morgan, hizo la observación que la única característica que compartían las empresas fracasadas que él tuvo que rescatar, era la tendencia malsana a pagar exageradamente a aquellos en los niveles altos. Otro de nuestros experimentos corroboró, este sabio comentario de Morgan. Creamos equipos de trabajo en los cuales la remuneración de los líderes era, en unos casos, igual y en otros, el doble o triple del resto del grupo. Aunque las diferencias en las estructuras de compensación no afectaron el esfuerzo de los líderes, los esfuerzos de los miembros de los equipos, se redujeron en forma marcada donde existían condiciones de inequidad. El fallecido Peter Drucker, escribió en su libro Las Fronteras de la Gerencia: “Los salarios demasiado elevados arriba desbaratan los equipos. Ello hace ver a la gente en los niveles altos, como adversarios en lugar de cómo colegas, lo que reprime la voluntad para superarse uno mismo, a menos que sea por razones egoístas.”

Favoreciendo la Equidad

Otra razón para no remunerar con excesiva generosidad a aquellos en los niveles altos, es que los seguidores perciben la inequidad financiera como injusta. Los seguidores respetan el sentido de equidad en quienes los lideran, aunque cada seguidor puede tener una interpretación distinta de lo que significa equidad. Algunas maneras de comportarse, incluyen, evitar beneficiarse personalmente y hacer sacrificios por el grupo. Gandhi se ganó a la gente al usar la ropa del
campesino común para simbolizar su rechazo por el lujo. Aung San Suu Kyi (Gotas de Conocimiento: Libres de Miedo), logró el apoyo con su disposición a sufrir arresto domiciliario por promover la resistencia colectiva contra el régimen militar en Myanmar, Birmania. Los líderes efectivos pueden también mostrar equidad y justicia, por la forma como solucionan disputas entre los miembros del grupo. El favoritismo, incluso hasta la sospecha de favoritismo, es una causa segura de guerra civil en las organizaciones, partidos políticos y países. En algunos casos, los líderes pueden favorecer aquellos que apoyan su propio grupo, a diferencia de los que favorecen otros grupos. Un líder que representa un grupo que cree profundamente en la igualdad, debe tratar tanto a su grupo como a los otros en forma igualitaria, en armonía con esa creencia. Un buen liderazgo no significa aplicar reglas universales de conducta, sino entender el grupo que lidera y el tipo de acciones que ese grupo considera legítimas.

Esgrimiendo las palabras

Sin embargo, liderazgo no es sólo un asunto de ajustarse a las normas del grupo. Cualquiera que esté en el negocio de movilizar gente… sea llevarlas a las mesas de votación, o a la oficina, o a protestar por una injusticia, debe esforzarse por definir y moldear esas normas. Presidentes y otros moldean sus identidades alrededor de sus palabras, igual que lo hizo Bush en su discurso del 11-9-2001.

Los líderes más efectivos definen la identidad social de su grupo, de manera que calcen con las políticas que piensan promover, facultándolos para posicionar esas políticas, como expresiones de lo que sus electores ya creen. En el Discurso de Gettysburg, que comienza: “Hace 87 años, nuestros padres fundaron, en este continente, una nueva nación cuya base es la libertad y la proposición de que todas las personas son creadas iguales.”, Abraham Lincoln enfatizó con fuerza, el principio de la igualdad para unir a la gente y convocarlos alrededor de la clave de su política: La unión de los estados y la emancipación de los esclavos. Aunque la Constitución contiene muchos principios, donde ninguno destaca sobre los otros, Lincoln elevó la igualdad a una posición de importancia suprema y la hizo el puntal de la identidad americana. Este reacomodo de la identidad americana alrededor de la igualdad, permitió a Lincoln unir y movilizar a los norteamericanos para liberar a los esclavos, un tema divisionista hasta entonces. Usando su habilidad verbal, este supremo forjador de identidades se aseguró uno de los mayores logros de la historia Americana.

Identidades y realidades

Si la definición de la identidad americana por Lincoln, movió a la gente a crear una sociedad más igualitaria, entonces las realidades de la emancipación sirvieron para reforzar la igualdad, como el centro de la identidad americana. En otras palabras, hay una relación recíproca entre la Identidad Social y la Realidad Social: la identidad influencia el tipo de sociedad que la gente crea y, a cambio, esa sociedad afecta la identidad que la gente adopta. Una identidad descentrada de la realidad, no tiene posibilidad de realizarse, y más aún, pronto será desechada a favor de alternativas más viables.

Nuestro Estudio BBC, es un claro aviso de lo que puede pasar, si la visión del líder no viene acompañada de una estrategia, para transformar esa visión en una realidad. En ese estudio, el colapso del sistema de los guardias, llevó a los participantes a establecer una comunidad, cuyos miembros creían apasionadamente en la igualdad. Pero los líderes de la comunidad fallaron, en establecer estructuras que promovieran la igualdad o controlara a aquellos que retaban el sistema. Al final, la comunidad también de debilitó y la profundización de la desigualdad llevó, hasta a los más comprometidos, a perder la fe. Comenzaron a creer en un mundo jerárquico y se transformaron hacia un estilo de liderazgo tiránico, que los llevara a alcanzar su visión. La sapiencia de un líder se fundamente, no sólo en hacer que las identidades parezcan reales, sino que también ayuda a sus seguidores a creer que sus identidades son reales. En este orden de cosas, los rituales y los símbolos crean perspectiva, al reproducir una muestra dramatizada del mundo en miniatura. En su libro Festivales de la Revolución Francesa, Mona Ozouf, directora de investigaciones del Centro Nacional Francés de Investigación Científica, escribe que los revolucionarios orquestaron todo un conjunto de festivales, para simbolizar una Francia basada en: Libertad, igualdad, fraternidad. “En el pasado, la gente desfilaba de acuerdo a su nivel social, pero ahora los ricos y los pobres desfilaban juntos, organizados por edad”. En contraste, la coreografía de los mítines de Núremberg de Adolf Hitler, mostraba una sociedad autoritaria. Hitler se mantenía entre la masa, pero en un momento estratégico cuidadosamente calculado, ascendía al podio desde donde dirigiría sus arengas hacia los estratos inferiores.

Sin importar cuán habilidosa sea una persona, su efectividad como líder no está totalmente en sus manos. Como hemos visto, los líderes son muy dependientes de sus seguidores. ¿Ven los seguidores a los líderes como uno de ellos? ¿Encuentran los seguidores obligantes la visión y la identidad de sus líderes? ¿Aprenden los seguidores las lecciones que pretender dar los rituales y ceremonias? Nuestro nuevo análisis psicológico nos dice que para que el liderazgo pueda ser efectivo, tanto líderes como seguidores deben estar enlazados por una identidad compartida, con la misión de usar esa identidad como un mapa para la acción. La distribución de responsabilidades en esta cruzada puede ser variable. En los casos de mayor autoritarismo, los líderes pueden reclamar responsabilidad absoluta sobre la identidad, y castigar cualquier disidencia. En las instancias más democráticas, los líderes pueden convocar a la población a un diálogo acerca de esa identidad y sus metas. En cualquier caso, el desarrollo de una identidad social, (gregaria), es el fundamento de un liderazgo creativo e influyente. Si Ud. controla la definición de identidad, Ud. puede cambiar el mundo.

(*)La Nueva Sicología del Liderazgo, por: Stephen D. Reicher, S. Alexander Aslam, Michael J. Platow, MIND Scientific American.

Compilación y Análisis Comparativo, Dr. Rogelio Carrillo Penso.

Pàgina Web: www.gotasdeconocimiento.com