La nueva visión del comercio internacional.

Por la importancia que ha tomado la discusión en el país acerca de los convenios, tratados o formulas de integración internacional, hemos considerado conveniente abordar en este número como tema central, el Comercio Internacional.

Estamos conscientes y compartimos el criterio de los empresarios y otros interesados, de que las decisiones sobre la incorporación de Venezuela al MERCOSUR y la desincorporación a la CAN y al G-3, se ha discutido poco, a pesar de la significación económica que estas tienen para el futuro de Venezuela; pero también es cierto, que de la forma como van las cosas tiene poco sentido enfrascarse a discutir sobre lo que ya es un hecho.

Lo que si no debemos dejar de hacer, sobretodo los empresarios y académicos, es analizar públicamente lo relativo a los peligros y ventajas que surgen de esas decisiones inconsultas y presionar para solicitar del Gobierno, la incorporación en la definición de las acciones de corto, mediano y largo plazo que permitan paliar nuestras debilidades y hacer una realidad las potenciales ventajas que proporciona la referida incorporación. La pertenencia a este grupo implica la oportunidad de ganar nuevos mercados y ampliar nuestras exportaciones, incluso las no tradicionales, pero también habrá que enfrentarse a las claras amenazas de competitividad de los productos de los otros países.

Lo anterior conlleva a replantearse nuevas acciones en lo atinente a lograr mayor disciplina económica, innovación en métodos de producción, normas sanitarias y técnicas importantes que son reglamentadas y de obligatorio cumplimiento para las naciones que integran el grupo denominado MERCOSUR. Frente a este nuevo escenario, corresponde analizar serenamente cuales son los sectores o actividades productivas, tanto agrícolas como manufactureras, con verdadero potencial para la exportación y congeniar esfuerzos tanto del sector empresarial como del estado para que sumen alrededor de este propósito.

Luce indispensable, que tanto el sector empresarial como el gubernamental en Venezuela deban adoptar criterios de conductas diferentes a los que se han venido utilizando hasta el momento. Vale decir, que será necesario más temprano que tarde, trabajar en conjunto para mejorar la calidad de la gestión y producir con menores precios y por lo tanto mejores condiciones de productividad y competitividad.

Tampoco, podrán descuidarse las acciones que refuerzan la asociatividad entre los potenciales exportadores, para desarrollar una serie de actividades que permitan bajar costos y conseguir mejores resultados que trabajando aisladamente, tales como los estudios de mercado, la realización de misiones comerciales, llevar adelante actividades de inteligencia comercial, creación de sus propias bases de datos de información y actividades de promoción y publicidad conjunta. En otras palabras, se deberá trabajar por la conformación de una infraestructura profesional que apunte a desarrollar habilidades de negociación para el comercio internacional.

Entre las medidas del ámbito estatal cabe mencionar la importancia de contar con activas y bien equipadas oficinas comerciales de Venezuela en cada uno de los países del MERCOSUR, así como el apoyo que a nivel municipal, regional y nacional hay que darle a los grupos de exportadores para que fortalezcan su asociatividad, su capacitación e innovación. (promoción de modelos y premios de excelencia en la gestión para organismos públicos y privados, estas iniciativas deben emprenderse desde las alcaldías y gobernaciones y de ser posible alinearlas con un modelo nacional de excelencia de la calidad).

En general la incorporación al MERCOSUR debe ser asumida, por empresarios y por gobernantes, como un gran desafío nacional, en la cual muchas empresas y sectores productivos pueden alcanzar posiciones ganadoras, pero entendiendo que el éxito solo podrá venir de acciones estratégicas y proactivas de los agentes involucrados.